Violencia roba la tranquilidad de los ciudadanos

Asaltos a bancos con armas de alto poder, disputas que han degenerado en muerte y crímenes sin sentido, mantienen en vilo a la sociedad dominicana.

Al menos 20 personas han perdido la vida en hechos de violencia en los últimos 15 días, lo que coloca un duro reto para la Policía Nacional que también se ha visto cuestionada por sucesos aún confusos y errores protocolares por parte de sus agentes uniformados.

El asalto a la sucursal del Banco Popular en el sector La Isabelita, el pasado jueves, realizado por varios hombres armados con fusiles provenientes de Haití y con pertrechos militares, ha dejado como saldo, a un mayor de la Policía muerto, así como a uno de los implicados en el robo. También ha dejado en condiciones graves a otros tres agentes policiales que allanaron la morada de uno de los señalados sin la presencia de ningún fiscal.

Además, está el atraco al banco Vimenca en Santiago de los Caballeros, donde varios individuos sustrajeron alrededor de 11 millones de pesos.

El vigilante de la entidad bancaria y supuesto cabecilla de la banda, Antonio Polonia, de 47 años, supuestamente se suicidó mientras era custodiado por efectivos de la Policía, luego de que este hablara a periodistas que estaban dando cobertura al hecho.

Aunque desde el principio las autoridades han dicho que se trató de un suicidio, el fiscal Miguel Ramos, quien está adscrito a la Dirección Cibao-Central para casos de homicidio, dijo que están a la espera de la autopsia para determinar si fue suicidio u homicidio.

Otro de los casos que estremeció al país, ocurrido a mitad de junio de este año, fue el degollamiento de la empleada de la joyería en El Conde, Anneris Peña Pérez, a manos de Henry Daniel Lorenzo Ortiz, quien luego de asesinar a la mujer se dirigió a una tienda de ropas y tenis ubicada en Los Guarícanos, donde gastó gran parte del dinero robado en el lugar, y posó para el fotógrafo del establecimiento con los productos comprados con el botín.

Lorenzo Ortiz admitió haber asesinado a la mujer supuestamente porque ésta lo reconoció.