La República

UNA SOCIEDAD EN APUROS

Desesperanza crea apatía al cambio social

La situación social y económica del país afecta la perspectiva de futuro y la actitud de los ciudadanos ante la vida.

Las actitudes y las expectativas, explica la psicóloga clínica y social Fior D’Aliza Alcántara, se forman de los sistemas de creencias de las personas y estos sistemas de creencias, a su vez, son el resultado de la convivencia y de la interrelación con redes familiares, sociales, comunitarias, de protección social y educativa, entre otras.

“Si tomamos como referencia que vivimos en un sistema social y económico lacerado por la desigualdad, la injusticia, los feminicidios, la violencia intrafamiliar y la inseguridad social, es común la pérdida de la confianza, o la sensación de que nada va a cambiar, de que no habrá mejor vida”, expone la profesional de la conducta.

Ese pesimismo generalizado y esa pérdida de confianza pueden influenciar de diversas formas a los individuos. Generan, por ejemplo, apatía hacia el cambio social, rechazo al sentido de pertenencia y negación a participar en organizaciones sociales y en la vida política por falta de confianza en quienes dirigen la nación.

“Otro aspecto -señala Alcántara- es la promoción de pensamientos catastróficos y generalizadores, tales como: ‘¿Qué cosas buenas pueden pasar aquí?’, el abandono de los proyectos de vida porque se instaura desesperanza en las personas, una especie de pensamiento de impotencia y falta de confianza en uno mismo, el contexto y las personas que le rodean a uno”.

Influencia Las desigualdades sociales, la injusticia, la violencia y la pérdida de valores tradicionales no son los únicos factores que inciden en las expectativas de la población.

La psicóloga y coach de vida Ángela Merán expresa a LISTÍN DIARIO su preocupación por la forma en que los medios de comunicación, las redes sociales, figuras reconocidas, campañas políticas e, incluso, cierta clase de música pueden estar moldeando la visión presente-futuro de la sociedad dominicana.

¿Podrían los dominicanos verse arropados por un pesimismo colectivo? “Pesimismo, como tal, colectivo... no sé si es un concepto muy grande”, contesta la especialista, “pero todos sabemos que se puede afectar a una población, a un grupo de personas, hacia ver la parte negativa”.

“Los seres humanos somos influenciados por otros seres humanos”, afirma Merán, aunque aclara también que en todo grupo hay individuos no manipulables que cuestionan la visión colectiva y que se forman su propio juicio.

¿Luz al final del túnel? En el transporte público, en los comercios o en las redes sociales, la conversación cotidiana de los dominicanos abunda en expresiones de inconformidad y crítica frente a la realidad actual del país.

Ese fenómeno, señala Alcántara, no resulta del todo nuevo, pues muchos de los problemas que hoy arrastra la sociedad y de los cuales se queja la gente son generacionales.

Por eso la psicóloga concluye que, en esencia, los dominicanos no son pesimistas: “Aunque podemos perder transitoriamente la confianza, al final volvemos a confiar, nos emocionamos con los cambios políticos, creamos organizaciones, participamos en los procesos, aunque sea con desconfianza (...). Y aunque parezca contradictorio repetimos con total seguridad que somos el país más feliz del mundo”.

Las circunstancias individuales y los factores intrínsecos no se deben perder de vista al analizar el ánimo de los dominicanos en el contexto social actual. “Tener una visión negativa de la vida tiene mucho que ver con la manera en cómo hemos sido formados”, comenta al respecto Merán.

Si bien la situación socioeconómica del país tiende a afectar a mucha gente en cuanto a su perspectiva de futuro, la coach aclara que las circunstancias por sí solas no determinan el pesimismo o positivismo de una persona.

“Una persona que se enfoque en las oportunidades va a encontrar oportunidades donde otra gente no las encuentra -explica Merán-. Ahora, el que tiene una visión pesimista de la vida puede tener las mejores oportunidades que cualquiera puede desear y no las va a aprovechar”.

Reflejo de la salud mental El pesimismo de una persona puede, en ciertos casos, ser una muestra de que esta padece un problema a nivel de salud mental y emocional.

La falta de esperanza se encuentra entre los síntomas que manifiestan los pacientes que sufren depresión, un problema que, según un informe dado a conocer en 2017 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 4.7 por ciento de la población dominicana (este porcentaje resulta similar al de otros países de la región).

Aunque la depresión no es el único trastorno de salud mental asociado con el suicidio (y en ella inciden tanto factores internos como externos), sí se trata del problema que con más frecuencia lleva a las personas a tomar una decisión tan radical.

El número de suicidios reportados en República Dominicana entre 2011 y 2016 ronda en promedio los 600 casos anuales, según datos recogidos por la Oficina Nacional de Estadística (ONE).

En 2011 se registraron 637 episodios y al año siguiente, 638.

En 2013, la cifra descendió a 567, mientras que para el 2014 fue de 557. De acuerdo con los reportes de la ONE, en el año 2015 se quitaron la vida 547 personas y al año siguiente lo hicieron 569.

OPINIONES DESIGUALDAD SOCIAL. No hay razón para serlo, desde la óptica espiritual; sin embargo, la respuesta inmediata del dominicano es pesimista debido a la costumbre social de ver que los hechos de una sociedad dependen de la estratificación”. JULISSA S.

LOS “GOLPES” RECIBIDOS. Somos pesimistas por los golpes recibidos por los gobernantes, pues ¡toda la carga siempre la llevamos nosotros, mientras ellos viven de lujo! Solo Dios nos da consuelo y fe para continuar”. JUAN CARLOS C.

UNA SOCIEDAD “PODRIDA”. Tenemos razones para ser pesimistas respecto al futuro del país. Tú nada más tienes que ver la sociedad cómo es que va, esta sociedad en la que vivimos está podrida”. MARTHA C.

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