Hace un año que la vida de Cielo cambió y su verdugo sigue prófugo
El sueño de Cielo era ser modelo. Se pasaba horas tomándose fotos y simulando que la pequeña sala de su casa era una gran pasarela, hasta que aquel 17 de mayo de 2017 la adolescente salió con unos amigos a un río, donde fue atacada a machetazos por un haitiano que quería ser su novio.
Hoy se cumple un año de aquel crimen que dejó a Cielo, de 15 años, sin sus brazos después de recibir 24 machetazos, y que no solo conmocionó a la familia de la adolescente, sino también de todo el país que todavía reclama que se haga justicia.
Aquel miércoles 17 de mayo del año pasado, Cielo salió al mediodía de su casa ubicada en Pedro Brand con unos amigos en ruta hacia un río cercano para bañarse. Estando allí, se presentó el ciudadano haitiano conocido como Jeffrey, quien sin mediar palabras la emprendió a machetazos contra la menor, dejándola por muerta.
Un niño de menos de diez años fue quien corriendo se dirigió a la casa de Cielo a dar la voz de alerta, y cuando los familiares de la adolescente llegaron al río, la encontraron tendida en el piso llena de sangre, con herida hasta en el cuello, pues la intención final del ciudadano haitiano era decapitarla.
Sus familiares pensaban que estaba muerta, pero cuando se acercaron se dieron cuenta que estaba viva y que a pesar de todas las heridas que tenía, en ningún momento perdió el conocimiento. Fue dirigida a un hospital donde ese mismo día tuvieron que someterla a una operación y apuntarle el brazo izquierdo.
Días después, los médicos no pudieron salvar su brazo derecho y también tuvieron que amputárselo, quedando la menor sin sus extremidades superiores.
Después de varias semanas ingresada en el hospital, la joven fue dada de alta, y para empeorar la situación, días después tomó una bacteria en las heridas, debido a que la vivienda en la que vivía no estaba en condiciones.
Las promesas sobraron
Cuando a través de Listín Diario miles de ciudadanos se enteraron del caso de Cielo, comenzaron las promesas de ayuda para la adolescente y su familia. Muchas se cumplieron, pero otros se aprovecharon de la vulnerabilidad de esa familia para estafar.
La familia de Cielo recibió diferentes envíos, alimentos, medicamentos, incluso, una persona que nunca quiso ser identificada, pagó los días que Cielo estuvo ingresada en una clínica para curarla de la bacteria que tenía en sus heridas.
Pero como no todo puede ser perfecto, otras personas se hicieron pasar por familiares de Cielo y recibieron dinero y otras ayudas.
El Ministerio de Defensa construyó una pequeña casa para la familia y la equipó con todos sus enseres.
En tanto, una de las promesas que todavía queda a la espera, es la prótesis para los brazos de Cielo. Algo esencial para ella.
El responsable sigue huyendo
Pasado un año, todavía las autoridades no han dado con el paradero del ciudadano haitiano solo identificado como Jeffrey, incluso, las autoridades lo han confundido en varias ocasiones con otros haitianos que luego son dejados en libertad.
En agosto del año pasado, el juzgado de Atención Permanente del Municipio de Santo Domingo Oeste, dictó prisión preventiva en contra de dos haitianos, acusados de esconder a Jeffrey.
El tribunal dispuso que Filius Filima y Wacept Pie, cumplan la medida de coerción en el penal de La Victoria, mientras que una menor edad, cuyo nombre se omite por razones, quien también participó en el ocultamiento del autor principal fue recluida en un centro de corrección para menores.
El padre de Cielo se siente destrozado porque Jeffrey no ha sido apresado. Fausto Sena se quejó de que no ha tenido repuesta de las autoridades sobre el apresamiento de Jeffrey, a pesar de que este se encuentra en el país y vive enviando mensaje retando a que lo arresten. “Me da mucho coraje ver cómo Jeffrey se burla de nosotros en las redes sociales”.
“Yo estoy muy indignado con este caso, yo quiero que se haga justicia, lo único que yo estoy pidiendo es justicia”, dijo Sena.
Fausto indicó que siguen luchando “para que este lamentable caso no sea olvidado”.
Expresó su incredulidad y dolor porque no entiende cómo es posible que a un año del crimen que cometió el haitiano en contra de su hija, las autoridades no lo hayan apresado.