VIOLENCIA

“Estamos luchando para que el caso de Cielo no sea olvidado”

La familia de la menor agredida a machetazos por un haitiano vive en la pobreza en un pequeño barrio llamado La Nueva Esperanza, en Pedro Brand.

La familia de la menor agredida a machetazos por un haitiano vive en la pobreza en un pequeño barrio llamado La Nueva Esperanza, en Pedro Brand.

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Santiago Benjamín de la CruzSanto Domingo

Los familiares de la adolescente Cielo, de 15 años, a quien un ciudadano haitiano le amputó ambos brazos en mayo del año pasado, aseguran que siguen luchando “para que este lamentable caso no sea olvidado”.

Fausto, quien es el padre de la adolescente, continúa considerando que no es posible que pasado un año del crimen que cometió el ciudadano haitiano identificado como Jeffrey en contra de su hija, las autoridades no lo hayan apresado.

La agresión contra Cielo ocurrió en Pedro Brand, el 17 de mayo de 2017, cuando Cielo salió al mediodía con unos amigos para bañarse en un río y allí se apareció el ciudadano haitiano Jeffrey, quien sin mediar palabra emprendió a machetazos contra la menor, dejándola por muerta.

“Ver a mi hija en esa situación, una niña que era tan alegre y ahora siempre está cabizbaja, me llena de tristeza, y me da mucho coraje ver cómo Jeffrey se burla de nosotros en las redes sociales”, dice.

Considera que si el caso le hubiera pasado a una persona de mayor estatus social que su familia, el caso estuviera resuelto.

Sobre la prótesis prometida para que su hija pueda tener movilidad en los brazos, precisó que todavía siguen a la espera, aunque considera que “parece que olvidaron esa promesa”.

“Seguimos a la espera de esas prótesis. Realmente el proceso ha sido más largo de lo que pensábamos, tienen mucho que no se han comunicado con nosotros, pero seguimos a la espera”, indica.

Dijo que “no hay palabras que describan cómo se siente nuestra familia después de la tragedia. No sé qué hacer cuando Cielo trata de realizar cualquier actividad y se ve limitada ante la ausencia de sus brazos”, lamenta.

“Ya la vida de nosotros está transformada. Yo no puedo hacer nada, porque Cielo y yo siempre hemos sido muy unidos y ella no quiere despegarse de mí, no puedo trabajar, no puedo hacer nada, porque no la puedo dejar sola un segundo”, agregó.