LAS SEÑALES QUE PRECEDEN A ESE MOMENTO
Expertos advierten la depresión es una antesala del suicidio
Las familias deben estar atentas cuando un pariente cae en la depresión a consecuencia de una crisis que le resulta difícil de manejar, ya que el próximo paso podría ser un suicidio que puede prevenirse con una oportuna intervención psicológica y farmacológica.
Otro aspecto preocupante es el aumento de los suicidios en jóvenes, debido a su falta de tolerancia y a la incapacidad de manejar las frustraciones de la vida, según expertos consultados por LISTÍN DIARIO.
La pasada semana conmocionó a la sociedad el caso del joven de 21 años Rafael Esteban Herrera Guerrero, filántropo, graduado en psicología, deportista y músico, quien se suicidó luego de ser sometido a la justicia por una riña en que se vio envuelto a la salida de un bar de la capital.
A raíz de ese caso y el de la joven de 24 años, Indira Fernández, quien se suicidó ayer en la provincia Dajabón porque no soportaba el dolor por el fallecimiento de su hijo, LISTÍN DIARIO consultó al psiquiatra José Miguel Gómez, a la sicóloga Heidy Camilo, al director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Ángel Almánzar, y a Bethania Antigua, presidenta de una fundación que se dedica a la prevención del suicidio y quien cayó en una severa depresión por la muerte de su hijo.
El psiquiatra Gómez llamó a las familias y a la sociedad en general a no ignorar los síntomas de una persona depresiva y que se manifiestan con una tristeza patológica de más de 10 días, desánimo, abatimiento, sensación de pesadumbre, trastorno del sueño y visión pesimista de la vida.
El expresidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría precisó que otras señales son bloqueo cognitivo, pérdida de la capacidad de valorar, reaccionar y encontrar una solución satisfactoria frente al estresor psicosocial o una circunstancia vital de la vida, como perdida de un familiar, desempleo, enfermedades, conflicto moral o social o falta de afecto.
Gómez también puntualizó que una depresión que no se trata a tiempo desencadena en ideas suicidas, con el empleo de frases como “La vida no vale nada”, “La vida no tiene sentido”, “Para qué seguir viviendo”, “No merezco vivir en la situación en que estoy”, entre otras.
“Y si la familia o alguien cercano no le presta atención a esas señales, esa persona puede terminar quitándose la vida”, indicó Gómez, quien refirió que la depresión e ideas suicidas son más frecuentes en mujeres, pero los hombres materializan más el suicidio por los métodos que utilizan.
Sugirió valorar la historia familiar de un paciente depresivo, porque es una enfermedad en que inciden los factores hereditarios, además de tomar en cuenta otros indicadores como el tipo de personalidad y su inteligencia emocional y social para saber cómo responde ante las presiones sociales y los conflictos.
“El llamado que como psiquiatra siempre hago es que las personas y sus familiares aprendan a conocer los síntomas de la depresión para que busquen ayuda a tiempo del psiquiatra”, añadió.
El profesional de la conducta dijo que la depresión se cura, pero con tratamiento médico y el debido seguimiento.
Exhortó a las autoridades de Salud Pública a realizar de manera constante campañas de orientación y prevención para que las personas estén en capacidad de identificar la depresión.
Sugirió llevar también servicios de salud mental a comunidades apartadas como la provincia Dajabón, donde ocurrió el caso de la joven Fernández con camas disponibles para internar a personas en condición de vulnerabilidad fruto de la depresión.
Falta tolerancia
La sicóloga Heidy Camilo deploró la falta de tolerancia a las frustraciones y la poca capacidad de enfrentar las dificultades con las que está creciendo esta generación de jóvenes, algunos de los cuales recurren al suicidio, por encontrarse en una especie de “túnel”.
La especialista advierte que no poder manejar el duelo, por ejemplo, cuando se sufre la pérdida de un hijo o de la madre; cuando se es víctima de “bullying” (acoso físico o psicológico) o la persona ha sido expuesta públicamente, los lleva a trastornos del estado de ánimo como la depresión y la desesperación, siendo vulnerables a los pensamientos suicidas.
“Eso significa que tenemos a una generación de personas que al no tener y al no haber atravesado distintas situaciones, como antes se daban, han incorporado un concepto, algunos de ellos, de que las cosas son fáciles y cuando se enfrentan a dificultades no las saben manejar”, indicó Camilo, del Centro Vida y Familia Ana Simó.
Deploró que eso esté pasando en un momento en que existen más recursos, sicólogos, psiquiatras, terapeutas y mayor acceso a servicios de salud.
Consideró importante que los jóvenes y la población en sentido general aprendan a tener tolerancia a la frustración y a comprender que no todo siempre saldrá bien. “Eso no significa que la vida ha terminado, sino que amerita un esfuerzo mayor para afrontar todas las vicisitudes, con acompañamiento familiar, sin atosigar”, agregó.
Puntualizó que el acompañamiento de la familia es importante cuando lo jóvenes enfrentan problemas, para que puedan superarlos y no recurran al suicidio como única salida.
Señales que pueden dar
Camilo refiere que las personas a veces no dicen que se van a quitar la vida, pero dan señales de alerta que deben ser tomadas en cuenta por sus familiares, porque requieren ir a consulta inmediatamente y ser observadas.
“Empieza a hacer discursos con ideas de muerte, como cuando yo me vaya, cuando yo me muera; empiezan a dejar encargos, es decir, hazte cargo de mi mamá, cuida a fulano y es una forma como de irse despidiendo, y empiezan a tener estas conductas y discursos con esta visión, la visión de terminar con sus vidas y despedirse de la misma”, indicó Camilo.
Otras señales que pudieran tratarse de ideas suicidas, aunque no lo digan, es cuando se aíslan, están tristes o pierden el interés por lo que antes les atraía
La sicóloga dice que hay situaciones en que las personas no están enfrentando episodios de depresión, pero ocurren “estados de dolor”, como la muerte de un ser querido, casos en que también recurren al suicidio.
Fue intervenida a tiempo
Mientras Antigua, presidenta de la Fundación Alan Cabrera, la cual fundó luego de que su hijo se suicidó, reveló que ella pudo superar una severa depresión por esa causa debido a que recibió atención psicológica y farmacológica oportuna, lo que lamentó que no ocurriera con la joven Fernández.
Recordó que su depresión fue tan intensa que estuvo interna una semana y hasta recibió dos sesiones de “electroshock” o terapia electroconvulsiva, un tratamiento psiquiátrico en el cual se inducen convulsiones utilizando la electricidad.
“La joven de Dajabón no se hubiera suicidado si hubiese recibido apoyo idóneo a tiempo, como fue mi caso”, indicó Antigua, quien pidió a los familiares de Fernández ponerse en contacto con la fundación que dirige, porque los otros hijos de ella necesitan apoyo profesional.
Deploró que la fundación que dirige no reciba el apoyo que requiere para tratar la depresión y prevenir los suicidios, pues aunque actualmente tratan a 140 personas, solo reciben el respaldo del Ministerio de Salud Pública. “Yo estoy hablando contigo hoy porque recibí ayuda. Esa madre joven no se hubiese suicidado con una intervención inmediata”, agregó.
Exhortó a ir más allá de las frases de consuelo como “Dios sabe lo que hace” o “Ten fortaleza”, porque en un momento de su crisis no surtieron ningún efecto en ella.
Propuso una línea de auxilio a la que puedan llamar las personas afectadas por depresión y con ideas suicidas, ya que cuando se llama al sistema de emergencia 911 es porque la persona ya está muerta o a escasos minutos de concretar un suicidio.
Dijo que las personas con depresión ameritan un seguimiento riguroso, tras citar el caso de una joven que desde los 16 años intentó suicidarse en 10 ocasiones y finalmente lo logró a la edad de 22.
Antigua refirió que otros casos ni siquiera trascienden porque las familias prefieren ocultarlo debido al estigma, por lo que pidió también a los medios de comunicación involucrarse con campañas de prevención.
El entorno es clave
El director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Ángel Almánzar, considera que el entorno de una persona con depresión es clave para evitar que el caso termine en un suicidio.
Consideró que la única manera de brindar ayuda a una persona con depresión es si se acerca a un servicio de asistencia en salud mental público o privado.
Sugirió a familiares, compañeros de trabajo, vecinos, estudiantes o a cualquiera del entorno del depresivo estar atentos a los cambios de actitud de alguien cercano. “Son los que mejor conocen a esa persona y quienes pueden determinar con prontitud si ha cambiado su forma de ser habitual, y si necesita apoyo”.
“Si yo veo a alguien cercano así, yo estoy en el deber y en la obligación de decirle, mira te pasa algo, yo siento que tú has cambiado, yo siento que tú no eres el mismo o la misma de siempre, y tenderle la mano. Y tenderle la mano es invitarle a buscar ayuda”, estimó Almánzar.
Precisó que Salud Pública ha aproximado los servicios de salud mental a la población con las Unidades de Intervención en Crisis instaladas en los principales hospitales.
Exhortó a los psiquiatras a postular para los concursos que permitan llenar vacantes en comunidades apartadas como Dajabón, pues el objetivo de las autoridades de Salud Pública es llevar los servicios de salud mental a todo el país.
Hizo un llamado a cualquier persona que actualmente está pasando por una depresión a buscar ayuda, ya que hay esperanza, atención disponible y se trata de una condición que puede curarse con una intervención oportuna.
El director de Salud Mental pidió también a los medios de comunicación sumarse a los esfuerzos para asistir a depresivos y potenciales suicidas.
Indira Fernández, una joven madre de Dajabón, se suicidó el domingo en el interior de uno de los apartamentos construidos por el gobierno en el proyecto habitacional Villa Progreso de esta comunidad.
El pasado 1 de marzo, el joven Herrera Guerrero también se quitó la vida luego de ser sometido a la justicia por golpear a otro joven durante una riña a la salida de un bar en la capital.