Banda mató a Virginia Veras para evitar que la delatara

La señora Virginia Veras Rosa, así como el comerciante Rafael Cruz Hernández (a) Randy, fueron asesinados por una violenta banda que se dedica al sicariato, narcotráfico, extorsión, cobro compulsivo y lavado de activos, según explicó ayer la Policía Nacional.

A esa conclusión llegó la institución luego de apresar a siete hombres y dos mujeres integrantes de un grupo criminal, del que dijo, está liderado por un hombre que fue extraditado a los Estados Unidos por pertenecer a la banda de Quirino Ernesto Castillo, de donde fue repatriado luego de cumplir condena.

Se trata de Carlos Alberto Villavizar Guzmán (a) El Viejo y/o el Profe, a quien las autoridades lo han vinculado a varios casos de narcotráfico, incluso después de su repatriación.

Este imputado de narcotráfico fue arrestado en junio de 2005 ante la solicitud de extradición de Estados Unidos, la cual se ejecutó a finales de ese mismo mes, junto a otras 14 personas que habían sido extraditadas por formar parte de la red de Paulino Castillo.

¿Por qué mataron a Virginia? Según la explicación que dio el oficial que comandó las investigaciones, el mayor Isaías Tamáres, quien acompañó al vocero de la Policía Nacional, coronel Frank Durán, en la rueda de prensa donde se ofrecieron los detalles de esos asesinatos, la mujer fue ejecutada “para que no hablara”. La policía explicó que esta mujer se enteró (aunque no dice cómo) de que Geury del Carmen Cruz Bencosme (a) El Patrón, para quien había trabajado durante cuatro años como doméstica en la ciudad de Santiago, iba a ser asesinado por Cruz Hernández (Randy).

Con esta noticia, Veras alertó a su antiguo jefe, quien la puso en contacto con Villavizar, para quien trabajaba El Patrón, y quien tenía bajo su mando toda una organización de narcotráfico, cuyo brazo operativo era el exteniente de la Policía, Eudy Adinin Roa García, prófugo condenado a 20 años de prisión, ya que junto al haitiano, Michael Lindor, robaban yipetas de lujo, entre ellas la de la Defensora del Pueblo, Zoila Medina.

Como represalía, entonces, el grupo decidió matar a Cruz, un comerciante de vehículos asentado en San Cristóbal, pero nativo de Altamira, Puerto Plata. El lugar de origen podría ser la conexión entre las dos víctimas, ya que el informe policial no precisa el cómo la señora Veras Rosa, nativa de Santiago, pero residente en el sector Los Tres Ojos de la capital, pudo enterarse de los planes de Randy.

Para coordinar los planes, Veras Rosa se reunió con Villavizar el pasado día 2 de febrero en una plaza comercial de la avenida Jhon F. Kennedy, de esta capital, según evidencian las cámaras de seguridad del lugar, y de ahí se fueron en un vehículo del segundo. Paralelamente, a una ferretería próxima al lugar, acudió Roa García (El Sicario o El Verdugo) para comprar un paquete de “tai rag”.

Según la cronología de la Policía, ese mismo día el grupo secuestró a Cruz y lo llevó al callejón La Copla, sector La Ceiba Jayaco, en Bonao, donde lo ejecutaron a disparos en el interior de su vehículo, luego de estar amarrado de las manos y en el cuello con el tai rag.

Esto sucedió en presencia de Virginia Veras y los ejecutores por temor a que ésta hablara decidieron eliminarla.

Su cuerpo fue encontrado el 27 de febrero pasado en la carretera del sur, entrada a las comunidades de Fondo Negro y Vicente Noble, después de que sus familiares llevaban varios días buscándola. Estaba en estado de descomposición, y no se informó la forma en que fue asesinada.

Apresan Para esclarecer lo que había sido un enigma, la Policía informó que apresó a nueve miembros de la banda en operativos donde murió uno de los acusados, cuando supuestamente recibió a tiros a los agentes. Se trata de César Augusto Brea (Canita).

Los apresamientos se realizaron mediante allanamientos simultáneos en las provincias Santo Domingo, Monseñor Nouel y Santiago, donde fueron incautadas armas de fuego, lujosos apartamentos y vehículos, dinero y utensilios de comunicación.

Los detenidos son Luis Alfredo Astacio Polanco y José Amaury Santiago Nuez (a) El Gordo. Cuando las autoridades se presentaron al apartamento, ubicado en la calle Manuel de Jesús Troncoso, en el Ensanche Piantini, del Distrito Nacional, propiedad de Villavizar (detenido), César Augusto Brea (a) El Flaco y/o El Grande o Canita (occiso), disparó contra éstos, y en la acción murió en un intercambio de disparos, dice la Policía.

Otro de los detenidos es Carlos Enmanuel Abreu Ogando (a) Carlos y/o El Gordo, quien se encontraba en el apartamento junto al occiso.

Villavizar Guzmán (a) El Viejo, fue apresado junto a su pareja, Andreti Vallejo, en un apartamento localizado en la calle San Juan Bautista de la Salle, del sector Renacimiento, en el Distrito Nacional, donde también se ocupó una camisa, color azul, que él usó al momento de reunirse con Virginia Veras (occisa) el pasado 2 de febrero, igual que una gorra roja y blanca.

(+) AUTORIDADES ADEMÁS INCAUTAN PROIEDADES LUJOSAS Otros apresamientos se produjeron en Santiago de los Caballeros así como la retención de la yipeta que fue rentada en esa ciudad para secuestrar a las víctimas. En Santo Domingo fueron incautados apartamentos lujosos en sitios residenciales valorados en millones de pesos, propiedad del grupo.

Los verdugos de la fosa Una revisión en los archivos periodísticos determinaron que al menos dos miembros de la banda, Roa García y Marcos Cabrera Ortiz (Marquito o Cabrerita) estaban condenados a la justicia acusados de haber robado la yipeta de la Defensora del Pueblo, Zoila Martínez, y pertenecer a un grupo que tiene una cabeza en República Dominicana y otra en Haití, donde vendían los vehículos sustraídos. Ambos fueron condenados a 20 años de prisión, pero estaban libres. A la banda se les vinculó con “Los choferes de la fosa” como es conocido el caso de varios choferes de autobuses encontrados en un hoyo ubicado en una casa abandonada en Juan Dolio, provincia San Pedro de Macorís.

Cancelación de exteniente Roa El exteniente de la Policía, Eudy Adinin Roa García, fue cancelado de las filas de la institución el 29 de mayo del 2009, por tener en su poder el arma de reglamento del extinto sargento Mario de Jesús Rosario Quezada, ultimado el primero de enero de 2007, por lo que fue sometido ante el tribunal de justicia de la provincia Monseñor Nouel.