ANÁLISIS PERIODÍSTICO

Ven a Leonel Fernández en una seria encrucijada

LAS PRIMARIAS CONFRONTAN DIRECTAMENTE A LOS LÍDERES DEL PLD

Después de años soportando golpes políticos y acoso judicial a su entorno sin pestañear, el expresidente Leonel Fernández dio la cara el pasado lunes con su artículo “Las primarias abiertas son inconstitucionales”, publicado como es habitual en Listín Diario.

Es la primera vez que hace un aporte directo, concreto y bien documentado sobre un tema de debate político nacional después de su elocuente alocución por una cadena de emisoras de televisión y radio el 25 de mayo de 2015 para oponerse a una modificación constitucional para habilitar la reelección presidencial.

De ahí en adelante y hasta el pasado lunes, enmudeció políticamente, la modificación constitucional pasó por encima de su alocución, la reelección se materializó y nunca ha dado una explicación a sus seguidores y al país de por qué se rindió sin batalla o si admitió que no tenía razón.

En aquella ocasión, como ahora, Leonel desenvainó su espada teórica para defender las esencias de la Constitución de 2010 que él inspiró.

Treinta y un meses después parece haberse dado cuenta de que los cercos no se rompen esperando que los adversarios los levanten, sino preparando una táctica que entronque con la estrategia para abrir un boquete por donde pasen sus fuerzas, y desde terreno abierto, lanzar la contraofensiva.

Leonel está obligado a asistir a un parto doloroso y corresponde a él ponderar si acepta que lo aplasten sin batalla o si en cambio lucha con el objetivo de vencer o caer con dignidad.

De lo que Leonel puede estar seguro es que existe la plena voluntad de reducirlo a cenizas en términos políticos y su alternativa es dejarse aplastar o luchar aunque sabe que recibirá golpes duros e insospechados. Si no está preparado para lo peor, que no lo intente, que será en vano.

Ventajas y desventajas Si Leonel avizora que la confrontación interna en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) puede concluir con una división orgánica de sus parciales frente a los del presidente Danilo Medina, le conviene forzar el pleito ahora por dos razones muy elementales.

Primero, porque tendría tiempo suficiente para articular una fórmula electoral propia para oponerse a la reelección en 2020, con amplias posibilidades de forjar un vigoroso frente opositor que arrastraría a sus antiguos adversarios, con escasas excepciones.

Segundo, porque este es probablemente el peor momento en materia de aceptación popular del gobierno de Danilo por la convergencia de múltiples factores políticos, económicos y sociales, como reflejan los estudios de opinión dados a conocer recientemente.

Creo que Danilo y sus seguidores están conscientes de esta realidad y por ello en la última reunión del Comité Político donde se debatió el tema de las primarias abiertas o cerradas, donde tienen evidente mayoría, optaron por ganar tiempo y nominar una comisión de “constitucionalistas” para que emitan un informe a ese organismo político sobre si serían constitucionales o no las primarias abiertas que ellos postulan.

Esa comisión no existe, pero en número creciente hay juristas opinando en consenso absoluto de que pese a las disposiciones constitucionales taxativas que establecen que los partidos deben ser entes democráticos con vida propia, tuercen y retuercen el rabo de la puerca para decir que las primarias mejores son las abiertas y simultáneas.

Estoy convencido de que si fuera Leonel quien contratara a juristas para que escribieran y defendieran el carácter inconstitucional de las primarias abiertas, sus escritos fueran diametralmente contrarios y “fundados en el mismo derecho constitucional”. ¡Esos son los intelectuales dominicanos de la época! ¡Paz a los restos de Bertrand Russell!

La táctica danilista parece tener el objetivo de “marear” con la espera a Leonel y a sus seguidores mientras el tiempo avanza para que llegue el momento en que se pueda gritar: ¡Ya no hay mañana! ¡Unidad del partido o nos sacan del gobierno!

Si el PLD aprueba las primarias cerradas o se divide ahora, el ganador sin duda será Leonel. Si Leonel pospone el pleito o acepta las primarias abiertas, está liquidado, y muy probablemente se quedará solo porque sus acompañantes no son cuadros ideológicos, sino aspirantes a estar cerca del poder. Y los últimos años han demostrado que poder tiene Danilo y lo usa sin reparar en los métodos.

De lo que tiene que estar consciente Leonel -si se decide a confrontar a Danilo en el PLD- es que con razón o sin ella, el poder le puede hacer pagar un alto precio por ser tan osado cuando no se le supone esa cualidad desde la oposición al poder.

No hay duda de que Danilo tiene muchas ventajas para una batalla abierta con Leonel dentro del PLD, pero si al final logra vencerlo, será una victoria pírrica -en el correcto sentido de esta definición- porque el desgarre político propio sería superior al deterioro del adversario. Eso fue lo que le pasó a Pirro, rey de Epiro, un general griego excepcional que tomó parte en la batalla de Heraclea contra los romanos, quien al ver los resultados del combate que acababa de ganar su coalición, gritó: “¡Otra victoria como ésta y volveré solo a casa!”.

Danilo puede contar con la torpeza de la mayoría de la oposición que no sabe navegar en una confrontación intestina del partido en el poder. Ese es un factor favorable a Danilo y muy significativo. Porque en la oposición habrá gente -pienso en Moreno y en Minou- que dirán que no se juntan con Leonel para cerrar el paso a la reelección de Danilo aunque están unidos con el hijo de Wessin -Dios lo tenga en la gloria-, de Vincho -salud y larga vida-, con los pupilos de Hipólito -saludos Andrés Bautista- para denunciar los efectos de la reelección cuando no hay candidaturas a disputar.

Otros opositores -dejemos los nombres- pueden entrar en el mercado para ser adquiridos como bisagras para el actual gobierno o para el hipotético que podría encabezar Leonel. Eso es materia prima en el mercado y se rige por las mismas reglas que se compra o se vende una descascaradora de arroz.

Lo cierto es que diciembre está caldeado y enero viene duro, por lo que nadie debe hacerse ilusiones de que Navidad y Año Nuevo van a pasar con la gente ocupada en fe cristiana y pachanga.

Solo falta saber a qué está dispuesto Leonel (mi gran duda) y hasta dónde podría llegar Danilo para aniquilarlo. Esos son los factores que pueden dar la dimensión de la confrontación o la negociación que puede venir.

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