La República

ANTE HACINAMIENTO

Fray Richardson pide al Ejecutivo asignar recursos para nuevas cárceles

El coordinador de la Pastoral Penitenciaria, Fray Arístides Jiménez Richardson, demandó aprobar asignaciones presupuestarias adecuadas para construir los cuatro nuevos centros que sustituirán al penal de La Victoria, como ya ha sido concebido por la Procuraduría.

Expuso que la construcción de los nuevos recintos penitenciarios exige voluntad de Estado. Y al preguntarle si cree que no ha habido esa voluntad, respondió: “Yo espero que la haya, porque la reforma penitenciaria no puede ser algo sin tiempo límite”.

Enfatizó que todas las reformas deben tener un tiempo de inicio y un tiempo de clausura, porque debe ser algo programático, realizable en el tiempo y en el espacio. Sostuvo que las reformas son costosas, en fatigas, en dinero, y en neuronas que se queman. Planteó que la República Dominicana debe tener un año tope para concluir la reforma penitenciaria, pero sin el penal La Victoria, el cual, recalcó, debe desaparecer.

Indicó que una nación debe tener un tiempo límite de la reforma.

Consideró que el centro carcelario de La Victoria constituye una retranca, porque mientras exista, la reforma penitenciaria de la República Dominicana está amenazada.

“El penal de La Victoria hay que cerrarlo, porque mientras esté abierto van a estar metiendo gente ahí como botellas en un huacal de refresco”, dijo Jiménez Richardson en una entrevista que concedió a Listín Diario.

Puntualizó que no puede darse una reforma penitenciaria dominicana total mientras se esté cargando con el penal de La Victoria en su concepción y estructura.

Sostuvo que ese recinto penitenciario fue concebido en la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo para que el ser humano se destruyera dentro. Recordó, además, que fue construido para albergar a 1,500 personas y ya sobrepasa las 9,000.

Señaló que en su génesis el penal de La Victoria no fue concebida para reformar a nadie.

Percibe que la reforma penitenciaria del país está en un momento estelar de dignificación. Sostiene que ese encuentro del sistema tradicional y del nuevo modelo aquí es un hito, una novedad y un indicativo de que la transformación hay que hacerla sin violencias estructurales, en un marco cívico de progreso.

Entiende que el sistema tradicional tiene que ser un ente de cierre de lo pasado.