La República

ZONA ESTE

El Seibo quedó aislado

FAMILIAS VIVEN EL DRAMA DE PERDERLO TODO TRAS EL PASO DEL PODEROSO CICLÓN MARÍA

Un verdadero drama se ha vivido en esta ciudad, especialmente en los barrios Capotillo y Ginandiana, donde 1,200 viviendas han quedado afectadas, algunas en su totalidad y semidestruidas, producto del agua y el lodo que trajo el paso del huracán María por la costa norte y este del país.

El Seibo quedó aislada e incomunicada por más de 24 horas producto del bloqueo de sus principales entradas y salidas al igual que el municipio de Miches, a causa de las inundaciones y el desbordamiento de ríos y arroyos.

Al desastre se sumó el deterioro de las líneas telefónicas que quedaron anuladas por una avería en una plataforma de la empresa Claro, lo que evitó que se pudiera utilizar el internet y los celulares.

Las inundaciones pusieron en peligro la vida de cientos de damnificados que estaban en la escuela Severina Cerda de Mota de Ginandiana, quienes subieron al techo en horas de la noche asistidos por una pala mecánica de Obras Públicas, tras llamados de auxilio.

Damián, un menor de apenas 6 años, cuando regresaba a su vivienda en medio de los escombros, en Ginandiana, le comentó a su padre: ¡Papi, pero esa no es la casa, donde nosotros vivíamos!, en referencia a lo que quedó de la vivienda ubicada en la calle Teófilo Hernández del referido sector.

Colchones, camas, muebles, electrodomésticos y ropas totalmente inservibles eran removidos en medio de lágrimas y suspiros de los residentes, quienes fueron evacuados en la noche del jueves, cuando se intensificaron las lluvias. Las autoridades del COE despacharon raciones alimenticias cocinadas facilitadas por los Comedores Económicos a los refugios, mientras brigadas de Obras Públicas trajeron maquinarias pesadas y la compañía de electricidad EdeEste envió brigadas para reparar averías por caída de postes y líneas.

Las emisora Radio Seibo coordinó un operativo de ayuda en ropas y enseres para asistir a los hogares que quedaron destruidos, en medio del drama, ruegos y pena que ha provocado el paso del fenómeno atmosférico, mientras se pedía asistencia para personas enfermas y niños.

VECINOS DE BARRIOS VIVEN UN PANORAMA DESOLADOR En las calles de barrios como Ginandiana, Villa Nené, Canta Maco y Capotillo, entre otros, ubicados a lo largo de toda la franja del río Soco, se observa un panorama desolador con personas que han perdido todos sus ajuares y, en el peor de los casos, también sus casas. A estos, el río les arrastró sus viviendas y solo lograron escapar de allí sin poner a salvo sus pertenencias. Los que tuvieron más suerte, cuyas casas quedaron anegadas pero lograron sobrevivir a las embestidas de las aguas, perdieron neveras, estufas, tanques de gas, colchones y sábanas, entre otros enseres que fueron arrastrados por las aguas o dejados inservibles. La situación se agrava por la carencia de agua potable. De manera que en estos barrios se observa un panorama desolador con personas que carecen de lo más indispensable, como un cepillo de dientes, y de un techo donde guarecerse. Anoche se observaba familias a la intemperie sentadas junto a sus ajuares enlodados sin tener hacia dónde ir. Las iniciativas de ayuda buscan recabar agua potable, alimentos no perecederos, sábanas, colchones y ropa, para ayudar a los miles de damnificados en esta ciudad por los efectos del huracán María.

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