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La República

TESTIMONIO

“Las puertas se movían de una manera horrible, yo nunca había sentido un sismo así”, dice mexicana

Karina Changpo se encontraba en el quinto piso de su trabajo en el sur de la Ciudad de México cuando apenas tres horas después del acostumbrado simulacro los 19 de septiembre comenzó a notar que las cosas se movían… Al darse cuenta de que se trataba de un temblor real se quedó paralizada.

“Me quedé como en shock, no supe que hacer hasta que un amigo me haló y me dijo vámonos. Las puertas se movían de una manera horrible, yo nunca había sentido un sismo así”, narró Changpo a LISTÍN DIARIO a través de una llamada de WhatsApp notablemente conmovida aún.

Contó que cuando intentaron bajar las escaleras de su edificio el movimiento era tan intenso que no podían moverse y tuvieron que quedarse parados hasta que el terremoto cesara.

“Yo pensé que no iba a salir de ahí. Esperamos a que el sismo pasara y posteriormente bajamos. Inmediatamente intenté comunicarme con mi familia, pero no podía porque las redes estaban saturadas. Ha sido un caos para poder comunicarnos”, relató.

Cuando Changpo se sentía a salvo y pudo constatar que su familia se encontraba bien, se percató de la desolación que el terremoto magnitud 7.1 había dejado en su país.

“Cuando estábamos caminando vimos los edificios caídos, fue una sensación muy fea, muy intensa”, expresó.

Colaboración

A pesar de la conmoción Changpo, como muchos mexicanos, sólo pensó en ayudar a sus compatriotas y decidió dirigirse a la colonia Condesa, donde varios edificios colapsaron, a ver en qué podía ayudar.

“Sentí que mi obligación era ir a ayudar. Pero la situación era muy intensa, el tráfico era terrible, duramos una hora sin poder movernos. Cuando llegamos todo estaba repleto de militares, la marina, policías, ambulancias, patrullas…”, relató.

Allí Changpo vio dos escenas que le “partieron el alma”: un niño llorando en medio de los escombros y una señora atrapada que clamaba por ayuda.

“Había un militar que estaba buscando a alguien en un edificio que prácticamente colapsó. Escuché el grito de una mujer y el militar le decía: ¿dónde estás?; es que no te escucho; sé que estás cerca, pero no te ubico…”, narró Changpo casi entre lágrimas.

Relató que en todos los lugares les pedían que hicieran silencio para poder escuchar las voces de las personas que había que rescatar.

“Eso fue algo muy impactante, muy rudo porque te pones en el lugar de esas personas y piensas que pudiste haber sido tú quien estuviera en esa edificación. Es una situación muy dura, muy intensa, se siente muy feo escuchar la voz de alguien que está atrapada”, agregó.

Cómo está la ciudad

Hoy en la Ciudad de México se han movilizado diversos grupos de apoyo para ayudar en los lugares donde hay problemas. También hay muchos centros de acopio, albergues y muchas personas dispuestas a apoyar.

“Los hombres de rescate siguen allí, siguen buscando vidas, buscando manos para que ayuden”, indicó Changpo.

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