Damnifi cados
Abinader busca ayuda para criollos en San Martín
El licenciado Luis Abinader informó ayer que proseguirá sus esfuerzos para llevar ayuda a dominicanos que se mantienen en condiciones de damnificados en la isla San Martin, tras los destrozos causados por el huracán Irma en esa isla caribeña.
El dirigente político informó que tuvo restricciones el vuelo de un avión gestionado por allegados suyos, y que se había informado partiría en horas de la mañana desde la base aérea de San Isidro con agua y medicamentos, para regresar en la tarde con niños y adultos mayores de nacionalidad dominicana.
El líder político opositor informó que las limitaciones fueron comunicadas a su esposa, Raquel Arbaje, y al empresario Opinio Díaz, quienes se apersonaron a las instalaciones aeroportuarias a supervisar la salida del vuelo y coordinar el regreso de personas que debían retornar en horas de la tarde.
Abinader dio cuenta de que está haciendo esfuerzos para seguir ayudando a los dominicanos varados en San Martin, con algunos de los cuales ya se ha comunicado, exponiéndole las dramáticas condiciones en que se encuentran. Dijo que una parte del agua y los medicamentos enviados fueron entregados en San Martin y tiene informaciones de que en la tarde se trajo a personas a las que se tenía programado dar un adecuado recibimiento y transporte a sus respectivos hogares.
Responde a gesto Agradeció “la cooperación y diligencia con que han actuado dominicanos que han acudido al llamado de solidaridad en apoyo a nuestros compatriotas en la isla caribeña”.
Abiander citó el apoyo de la coordinación del Equipo de Ultramar de su proyecto presidencial, que dirige Margarito Carlos de León; la dominicana Carmen Rosa Santos, coordinadora de programas de crecimiento, y el empresario Díaz, enlace de Ultramar con la Dirección Nacional residente en el país.
La isla de San Martin está dividida entre el control francés y el holandés.
La semana pasada más del 70 % de los hogares de San Martín fueron destruidos tras el paso del huracán Irma, que también dejó sin agua corriente ni red telefónica a grandes zonas de la isla.