La República

Referimientos

El doctor Yunén expresa cómo logró controles

Explicación. El doctor José R. Yunén dijo que erradicó en la clínica el pago de incentivos por referimientos de pacientes.

El ofrecimiento de pagos de “incentivos” por referimientos de pacientes, sobre todo a centros diagnósticos, es una práctica que tiene años en el país, por lo que la decisión de rechazarlos es una responsabilidad que corresponde a cada médico, asegura el reconocido cirujano urólogo José R. Yunén.

Cuenta que en el inicio del ejercicio de su profesión tuvo que enfrentar y rechazar ofrecimientos al respecto y establecer reglas con el personal que laboraba a su alrededor, y que además estableció regulaciones para recibir a los visitadores a médicos, para lo cual estableció sólo un día al mes, lo que le creó incluso al principio ciertos problemas.

A su juicio, es adecuado que el médico participe en congresos internacionales como parte de su educación continuada, pero no que el médico se vea atado a recetar sus productos cuando una industria se compromete a pagarle el viaje con hospedaje y viáticos con esa finalidad.

El doctor Yunén, quien tiene 54 años de ejercicio profesional en el país, se refirió a las denuncias de pagos de “incentivos” que de acuerdo a funcionarios y especialistas se dan en el ejercicio de la medicina para el referimiento de pacientes a determinados servicios, recogidas en varios reportajes publicados por LISTÍN DIARIO.

Entiende que el médico debe apoyarse más en su pericia y el chequeo clínico, y que los estudios de imágenes deben ser utilizados con mayor rigor para confirmar el diagnóstico.

El especialista cuenta que después de ocho años en Estados Unidos regresó al país en 1963 y que luego de una intensa búsqueda para montar una oficina, finalmente lo hizo en su misma residencia de la avenida Máximo Gómez esquina Bolívar, donde instaló el bufete de consultorios para empezar a trabajar.

Agrega que orientándose con distintos colegas les preguntó para hacer pruebas de laboratorios; cuáles serían las instituciones disponibles en la ciudad de Santo Domingo, y le dieron referencia de dos laboratorios, incluyendo uno para los cultivos de orina.

“Iniciando la práctica le mandé al laboratorio una investigación de espermatograma, y efectivamente el procedimiento que utilizaba era excelente; sin embargo, una semana más tarde me visita a la oficina y me lleva un remanente del pago que hizo el paciente por el estudio de fertilidad y me dice que ese tipo de remuneraciones es rutinaria en casi todos los facultativos que se encontraban laborando en la ciudad de Santo Domingo”, narra.

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