Amigos y compañeros dicen que Heidy Martínez no daba señales de ser maltratada por su pareja

En la ventanilla donde trabajaba Heidy Martínez en la Fiscalía de Santo Domingo Oeste hoy hay una cinta negra. También la llevan sus compañeros de trabajo en sus vestimentas como luto por el último de los feminicidios ocurrido en República Dominicana.

“Heidy fue una muchacha que con lo que pasó nos dejó consternados, un dolor inmenso, es algo que todavía no he podido asimilar”, dijo Ramón Pérez uno de sus mejores amigos, con quien esta almorzaba todas las tardes.

Durante los 13 años en los que se desempeñó como secretaria de la fiscalía no tuvo problemas. Tenía la responsabilidad de recibir documentos de denuncias, pensiones, órdenes de alejamiento.

Ella no daba señales de que era maltratada. Siempre estaba alegre y por eso la reconocían como “el alma de las fiestas”, comentó una de las compañeras que no quiso revelar su identidad.

Heidy vivía sola en Caballona, Santo Domingo Oeste, en un apartamento que se ganó en una rifa realizada por la Procuraduría General de la República. Se sentía muy feliz porque antes residía en el barrio Los Minas.

Antes de irse el lunes, Heidy le pidió a Roberto Antonio Castillo, un compañero de trabajo, que le encaminara hacia su casa porque su vehículo estaba averiado, también le pidió que le buscara a un mecánico para que en esos días arreglara el carro porque sus hijos la visitarían y quería sacarlos a pasear.

Se supone que esa noche harían una cena con un grupo de amigas en la casa de la víctima pero se pospuso para el otro día. “Eso a mí me ha dejado… que tal vez si nos hubiéramos ido todos para allá eso no pasa”, dijo mientras lloraba su compañera, Yudith Caba.

Velatorio

Esta mañana en la capilla 2E de la Funeraria Blandino de la avenida Sabana Larga, había familiares y compañeros de labores de Heidy, quienes se sentían consternados por su muerte.

Una corona blanca estaba detrás del ataúd, “Heidy, nunca vamos a olvidarte”, decía. Los restos de Heidy fueron enterrados hoy a las tres de la tarde en el cementerio Cristo Salvador.

Entre los planes que tenía Heidy estaba ponerle verjas a su apartamento por medidas de seguridad.