La República

NOVELISTA

Roberto Marcallé advierte sobre la profesionalidad del periodismo digital

El novelista Roberto Marcallé Abreu, premio nacional de novela 2015 y periodista de vieja data, está convencido del auge del periodismo digital y de su hegemonía hacia el futuro, sin embargo, advierte sobre los niveles de profesionalidad y exigencias del periodismo impreso.

“El periodismo impreso es un periodismo con reglas, que requiere un nivel de profesionalidad y costos elevados, lo que impide la incursión masiva e indiscriminada que observamos en los medios digitales”, dijo.

El laureado autor dominicano se expresa para Listín Diario sobre el controversial fallo de los premios anuales de Literatura, de los que fue jurado en el renglón novela, género que quedó desierto, por lo que ha recibido mil y una críticas:

Otros temas álgidos son tocados, habla de la calidad de los escritores dominicanos, de la Marcha Verde como movimiento y del caso Odebrecht:

“No obstante, siempre es bueno mirar más allá y cuestionarse sobre la conformación de este movimiento. Hay muchas preguntas pendientes que deben ser respondidas para que su ejercicio sean transparente, tal y como ellos mismos demandan sean los negocios oficiales”.

A continuación La Entrevista:

Deseo hablar de tu nueva novela, “Esquivos rostros de mujer”. ¿Qué apuesta nos presentas en esta ocasión?

Esta novela es la historia de una concurrencia de propósitos encaminados a destruir moralmente un ser humano. Una mujer, en un contexto difícil y maleado, accede a una oportunidad única: la de materializar algunas de sus más caras aspiraciones sociales. Al paso de los días, logra intuir con creciente aprensión la brutalidad de los intereses creados, los peligros y atisbos que empiezan a manifestarse y confrontarla sin tregua. Desde su percepción de la existencia, Victoria Alexandra quiere creer en lo justo en un mundo deshumanizado y feroz plagado de enigmas y contradicciones. La novela es una revelación y un descubrimiento. Es muy real, muy intensa. Un aprendizaje que, estoy seguro, estremecerá a quien la lea.

Fuiste jurado de los premios anuales de Literatura en el género novela y este renglón quedó desierto. ¿Qué ocurrió, falta de calidad, pocas propuestas?

He sido jurado de numerosos concursos literarios, Néstor. Y he participado en muchos otros como concursante. Es decir, he estado en ambos lados de la barrera. He sido galardonado a veces y en otras no. ¿Qué he hecho en uno y otro caso? Meditar en los resultados. Vivo revisando mis trabajos de manera constante porque creo que mientras más revisas y corriges, los resultados suelen ser superiores. Tengo como práctica releer de manera paciente cuanto escribo y mi énfasis es mayor luego de haber participado en uno de esos eventos literarios. Me esfuerzo en precisar logros y fallas y procuro ser franco conmigo mismo, confesarme la verdad sin atenuantes. Nunca me doy por satisfecho. Nunca. Ese es un paso que cuenta cuando, como todos, aspiras a producir una obra literaria que logre algún nivel de trascendencia. Es, también, un ejercicio de humildad. La lucha por mejorar cuanto escribes nunca termina. Es preciso mirar dentro de sí. A veces hacemos las cosas de manera aceptable, otras no. Hay que ser objetivo y franco consigo mismo. De Carlos Esteban Deive y Diógenes Céspedes puedo decirte que son personas estrictas, rigurosas, muy serias. Gente muy justa que de verdad ama y respeta las letras. Ambos poseen una capacidad excepcional. Son verdaderos escritores. Siento por ambos una profunda y sincera admiración. Son intelectuales que no se abandonan a la facilidad. De quien te habla puedo decirte que me esfuerzo por ser lo más justo posible. Siempre.

¿Crees que los escritores dominicanos están obsoletos, que existe una sequía de temas de creación?

Responder de forma afirmativa a tus dos preguntas sería un exceso. Entre nosotros hay escritores de verdadera valía, vivos y ya fallecidos. Hacen su trabajo y van sumando méritos con cada obra. No son faranduleros, no pertenecen a ninguna cofradía, ni a grupos creados con propósitos aviesos, no se desviven por rodearse de aduladores ni claman pidiendo a gente retorcida que escriban y publiquen sobre ellos resaltando sus “méritos” en tanto que procuran descalificar o disminuir otros que no disfrutan de su simpatía o que no forman parte de sus séquitos. En cuanto a los temas, creo con sinceridad que los hay por cientos. Pero es preciso, trabajarlos, elaborar tramas consistentes, personajes inolvidables, escenas vigorosas. Hay que escribir y reescribir, hay que corregir sin tiempo, a veces hasta la obsesión misma, hasta caer en la cama abatido por el cansancio y hasta por la desesperación. Hay que leer sin tregua, hay que retornar continuamente a los maestros, a los clásicos, hay que revisar y escudriñar la teoría de cada género, hay que estar al día, hay que estudiar a los escritores contemporáneos y apreciar los nuevos talentos que brotan a la luz, hay que separar el grano de la paja. Todo este ejercicio requiere mucha dedicación y mucho trabajo. Muchas veces, la ausencia de logros es producto de la falta de trabajo y dedicación. Quienes no le dedican tiempo al oficio empobrecen sus expectativas.

Deseo conocer tu opinión sobre el Consejo Editorial de Cultura, organismo creado con el fin de valorar las propuestas literarias y publicar libros de autores dominicanos.

Estoy plenamente de acuerdo con su creación. Naturalmente, siempre he dicho que el factor fundamental para que se realice un trabajo adecuado a ese nivel es poseer visión, estatura moral, tener la formación y la actitud. Considero importante dejar a un lado actitudes elitistas, la lealtad a capillas o individuos específicos. Hay que dejar de lado resentimientos, rencores actitudes preconcebidas en caso de que existan o se manifiesten. La calidad del trabajo a realizar por dicho consejo dependerá siempre de la forma en que procedan sus integrantes. Muchos de los nombres que he leído merecen todo mi respeto. De otras personas no hablo porque no los conozco lo suficiente. En esencia, la creación de dicho consejo es un paso vital para dejar a un lado el amiguismo, las influencias nocivas y apartar una clase de ejercicio literario que no merece ser tomado en consideración. Insisto en que debemos darle un voto de confianza a sus integrantes porque, sin duda, en su elección predominó, casi siempre, un elevado concepto sobre las letras.

¿Cómo visualizas el creciente predominio del periodismo digital?¿Crees, como periodista de toda la vida, que estas nuevas herramientas amenazan al tradicional periodismo impreso?

Es evidente que el periodismo digital está compitiendo de manera exitosa con el periodismo impreso. El primero posee ventajas que no posee el segundo, como la disponibilidad de espacio y una inversión a todos los niveles sustancialmente menor que la del periodismo tradicional. En el periodismo escrito, a su vez, existen niveles de selección y depuración que aún resultan muy débiles en el periodismo digital, a excepción del que administran los medios impresos y firmas responsables. El periodismo impreso es un periodismo con reglas, que requiere un nivel de profesionalidad y costos elevados, lo que impide la incursión masiva e indiscriminada que observamos en los medios digitales. A este último, y ya se ha dicho muchas veces, incluyendo a ese gigantesco intelectual y escritor que era Umberto Eco, entran por puertas siempre abiertas toda clase de personas y temas y eso disminuye sustancialmente la calidad, la veracidad y la confiabilidad del trabajo periodístico. Aún limitado por la nueva situación el periodismo escrito no dejará de existir. El periodismo digital seguirá desarrollándose, pero su credibilidad aumentará solo en la medida en que esté avalado por los criterios que han normado el periodismo escrito.

¿Qué crees de la marcha verde?

Cuando hablamos de democracia, hablamos de la libertad que poseen los ciudadanos para organizarse libremente. Por consiguiente, quienes decidieron integrar un movimiento de esa naturaleza están en su legítimo derecho siempre y cuando su proceder no atente contra las leyes ni contra el ordenamiento legal de la nación. En el actual contexto, en que las organizaciones políticas están siendo profundamente cuestionadas, un movimiento como la Marcha Verde adquiere una mayor envergadura porque se ha presentado como el abanderado de demandas que respaldan amplios sectores. No hay nada inapropiado en la proclama de que se lleve a la justicia y se castigue, en caso de haber sido sentenciados como culpables, a quienes han incurrido en actos de corrupción o haber aceptado sobornos. No hay nada de ilegítimo en la demanda de desterrar la impunidad. Ambas solicitudes no son exclusivamente de la Marcha Verde sino de toda la sociedad, y en este sentido es una consigna de todo el pueblo. No obstante, siempre es bueno mirar más allá y cuestionarse sobre la conformación de este movimiento. Hay muchas preguntas pendientes que deben ser respondidas para que su ejercicio sean transparente, tal y como ellos mismos demandan sean los negocios oficiales.

¿Qué opinas del escándalo de Odebrecht?

Creo que es otra manifestación del estado de degradación y postración moral en que se encuentra nuestro país. La corrupción ha ascendido a niveles insospechados. El Caso Odebrecht, ha retratado de cuerpo entero un mal que desde hace mucho tiempo ha degradado de forma profunda la sociedad dominicana. A mi juicio, este caso ha tenido mayor repercusión y algunas probables consecuencias por su trascendencia internacional. Desde hace mucho, se vienen produciendo escándalos de corrupción de mayor significación que el de Odebrecht. Lo nuevo es que, debido a los factores que no se pueden controlar a nivel interno, bien se puede producir una situación de justicia y de castigo sin precedentes contra personas a quienes se atribuyen conductas inapropiadas.

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