La República

104 ANIVERSARIO DE SU NATALICIO

Pedro Mir, de la caña de azúcar a ícono de la Poesía Nacional Dominicana

Richard QuiñonezSan Pedro de Macorís

Este sábado 3 de junio de 2017 los dominicanos conmemoramos 104 años del natalicio del Poeta Nacional, el petromacorisano don Pedro Mir, nacido en 1913 en la provincia San Pedro de Macorís, al este de República Dominicana.

A los 24 años de edad fue presagiado por el profesor Juan Bosch como el representante genuino de la poesía social dominicana, al llamarlo “el poeta social esperado”. Fue doctor en derecho, poeta, narrador, ensayista y catedrático universitario.

Mir quedó inmortalizado por su poema ‘Hay un País en el Mundo’, 1949, una denuncia de los abusos, maltratos y despojos de las tierras a los campesinos, explotados en los ingenios cañeros.

“Hay un país en el mundo

donde un campesino breve, seco y agrio

muere y muerde descalzo su polvo derruido,

y la tierra no alcanza para su bronca muerte...

...los campesinos no tienen tierra.

No tienen paz entre las pestañas

No tienen tierra no tienen tierra”, reza una fragmento de esa monumental obra. A la que se suman otros títulos ‘Contracanto a Walt Whitman’, Amén de Mariposas, ‘El Huracán Neruda’, ‘Cuando Amaban las Tierras Comuneras’.

Marcado por su origen. Pedro Julio Mir Valentín, icónico y eminente escritor, nació y pasó su infancia en el Ingenio Cristóbal Colón, ubicado en la Autovía del Este, rodeado de caña y azúcar.

Creció bajo la sombra de los ingenios, los molinos y el humo vertido por las chimeneas que ambientaban los cañaverales en los que trabajaba su padre, Pedro Mir, ingeniero mecánico cubano. Fue su madre, la señora Vicenta Valentín Mendoza, puertorriqueña de nacionalidad española.

“Aquí está Pedro Mir. Empieza ahora, y ya se nota la métrica honda y atormentada en su verso. A mí, con toda sinceridad, me ha sorprendido. He pensado: ¿Será este muchacho el esperado poeta social dominicano?", escribió el profesor Juan Bosch el 19 de diciembre de 1937 en las páginas literarias del Listín Diario cuando se desempeñaba como director de esa sección.

Sobre esta afirmación, a la edad de 85 años, en 1998, don Pedro Mir concedió una entrevista a la periodista investigadora Ana Mitila Lora en la que afirmó: “Yo me puse las manos en la cabeza. ¿Y esto qué es? ¿Poeta social? Yo no sabía lo que era eso. Bosch cambió mi vida en 90 grados. Desapareció el piano de mi vida y entró la poesía”.

Cuando se produjo dicho pronunciamiento, Mir estaba en la flor de su juventud, pero ya el maestro Bosch había detectado su talento y se atrevió a decir ante la opinión pública con -puño, letras y firma- que aquel joven se iba a convertir en la figura principal de la social de la poesía dominicana.

El designio cayó en tierra fértil y pronto germinó, ya que de allí en adelante, el incipiente joven poeta redobló sus esfuerzos por mejor sus escritos e impregnarles a sus ideas el contenido social al que se refería el maestro Bosch.

Con palabras claves describe y retrata el sufrimiento al que eran sometidos aquellos trabajadores. Manifiesta que los campos de caña albergan a trabajadores explotados y mal pagados, que los ingenios somos todos: la familia dominicana, y que por lo tanto, merecemos mejor trato, mejor suerte.

“¡Un dólar! He aquí el resultado. Un borbotón de sangre. Silenciosa, terminante. Sangre herida en el viento. Este es un país que no merece el nombre de país. Sino de tumba, féretro, hueco o sepultura”, critica con disgusto en el poema.

Destaca que la producción en esos ingenios era fruto de un grupo de personas y cosas que realizaban una función específica y para explicarlo los menciona a cada uno por su nombre: los carpinteros, los cargadores, los labradores, los leñeros, los picadores, el guarapo, la caña de azúcar, la melaza, las chimeneas, los molinos, los ingenios.

El maestro y el discípulo

Mateo Morrison Fortunato fue alumno de Pedro Mir y luego de convertirse en un destacado escritor ganó el Premio Nacional de Literatura en 2010 igual que su maestro quien lo obtuvo en 1993.

“Lo conocí a su regreso del exilio y oí su poema “Hay un país el mundo”, dicho por el en forma magistral. En realidad, vine a tener un contacto personal en un recital que dio en el Club Náutico, donde al igual que otros jóvenes de mi generación fuimos a conocerlo y mostrarle nuestros poemas.

Nunca olvido que nos preguntó si habíamos invitado a Rubén Darío, Pablo Neruda y a otros poetas. Orgullosos le dijimos, que no, que nuestra poesía eran originales. Nos dijo que comenzáramos hacer eso, a tratar de imitar como escriben los grandes poetas aunque después lanzáramos al cesto de la basura esos textos y comenzáramos a escribir los de nosotros”, refiere Morrrison sobre su primer encuentro que tuvo con Mir.

Morrison expresa que de ahí en adelante visitaba frecuentemente la casa de Mir o a cualquier lugar donde el Poeta Nacional diera un recital, presentara un libro o dictara una conferencia. “También íbamos a oír su cátedra de estética en la UASD y ahí ampliábamos nuestros conocimientos en forma significativa. Luego vendrían las tertulias que organizaba Verónica Sención en el Hostal Nicolás de Ovando, donde semanalmente participábamos con él y Juan Bosch en esos encuentros inolvidables”, dijo.

Considera que Mir es una de las cumbres de toda la historia cultural dominicana. Por lo tanto, su sitial está en la cumbre de la excelencia junto a un grupo selecto que lo acompaña. “Pedro Mir, no es solo uno de nuestros grandes poetas, fue además un gran intelectual”, afirma.

“El título de poeta nacional, es una síntesis de una obra significativa relacionada con el país y al mismo tiempo, una conducta cónsona con la ética. Por tanto, podríamos decir que, Pedro Mir es una síntesis de ética y estética”, agrega Morrison.

Distinciones otorgadas a Pedro Mir

Entre las distinciones otorgadas a Pedro Mir se destacan la del Congreso Nacional que lo declaró de forma unánime en 1984 como Poeta Nacional, así como su elección como Premio Nacional de Literatura en 1993. En 1999 el Ministerio de Cultura le dedicó la II Feria Internacional del Libro Santo Domingo, y en 2013, para la celebración del centenario de su nacimiento, se realizó en San Pedro de Macorís, la IX Feria Regional del Libro San Pedro 2013.

Lugares en su honor

Entre los lugares en honor a Mir figuran:

La Biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

Salón de Librería Cuesta en Santo Domingo

La Biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

Parque ecológico Pedro Mir (San Pedro de Macorís)

Liceo Don Pedro Mir (San Pedro de Macorís)

Busto en Parque Tercera República (San Pedro de Macorís)

Calle que da entrada al barrio Las Caobas de (San Pedro de Macorís)

Su descanso final

Pedro Mir falleció a los 87 años de edad, el 11 de julio del año 2000. Sus restos descansan en el cementerio Cristo Redentor, ubicado en el sector Los Girasoles del Distrito Nacional.

En una visita que realizamos al lugar el 01 de junio de 2017 pudimos observar que el espacio donde reposan los restos de don Pedro Mir estaba acondicionado y en buen estado. “Hace como dos años yo participé en la limpieza de la tumba”, dijo Joelito Cuevas Terrero, limpiador de tumbas del camposanto.

Cuevas manifestó que las veces que pasa por la tumba siempre la ve limpia. “Siempre vienen personas a limpiarla, no sé quiénes, pero los veo”, señala.

“Hay un país en el mundo” (himno nacional alterno)

La dimensión que alcanzó “Hay país en el mundo”, se expresa no solo en las veces que ha sido editado, sino también en la difusión a través de grupos de poesía coreada y a nivel individual. Y como sabemos, su significado desde que se publicó en la Habana en 1949, es esencial. Recuerdo que le dije cuando lo invité a grabar en el archivo de la voz de la UASD, que este poema era un himno nacional alterno, él se sonrió y me dijo, que era un exceso mío.

Bosch pidió el Nobel de Literatura para Pedro Mir

Juan Bosch y él, se trataban como hermanos. Bosch llegó a pedir el Premio Nobel para nuestro Poeta Nacional.

“Es bueno también recordar, que la primera publicación en un periódico de los poemas de Pedro Mir, lo hizo Juan Bosch, en su condición de encargado de la página literaria del periódico Listín Diario y ahí, se preguntaba sin conocer directamente a Pedro Mir, lo siguiente: ¿No será éste, el poeta social que espera el país? En fin, la relación era íntima y permanente Bosch comenzó una campaña para obtener una casa a Pedro Mir y recuerdo, que estuve en el acto donde se le entregaron las llaves, después de una jornada en apoyo a nuestro poeta nacional”, evoca Morrison.

Bosch pidió a Mir no arriesgar su vida en Cayo Confites contra Trujillo

La posición de Pedro Mir ante la dictadura fue muy clara. Él tenía que sobrevivir en una situación tiránica, pocas veces conocidas en el mundo. San Pedro de Macorís con Mauricio Báez y otros sindicalistas y diversos intelectuales, fue un espacio donde se generaron iniciativas contra la dictadura.

Cuenta que en una tertulia Bosch relató que Mir se estaba preparando para participar en la Expedición de Cayo Confites en 1947 contra de Trujillo, pero le pidió que no lo hiciera porque el país no podía darse el lujo de perder a un poeta de su dimensión y no debía arriesgar su vida, debía preservarse.

Esa expedición, que salió desde Cuba, fue abortada por influencia de Trujillo. Participaba el líder estudiantil Fidel Castro, posterior líder de la Revolución Cubana, quien logró escapar tras lanzarse al mar.

Posteriormente, en junio de 1959, un grupo de dominicanos expedicionarios (La Raza Inmortal) vino al país con el objetivo de derrocar al dictador Trujillo y fue exterminado por el régimen (de 196 hombres sólo 6 sobrevivieron). A la fecha el único sobreviviente de esa gesta es el cubano Delio Gómez Ochoa, recientemente murió el dominicano Mayobanex Vargas.

Mantenimiento del legado de Pedro Mir

En mi caso particular, aliento y participo en cualquier homenaje, reconocimiento. Escribí una conferencia cuya síntesis aparece en mi libro “Cultura y Literatura” acerca de su poesía de amor, que es también poco conocida en el país. Mañana mismo participaré, por invitación de la Biblioteca Nacional, en la lectura de un fragmento de su poema Concierto de esperanza para la mano izquierda de Pedro Mir.

Morrison adelanta que también asistirá a la Feria del Libro de Orlando que este año está dedicada a nuestro poeta nacional y en diversos paneles acerca de su vida y obras que serán los días 21 y 22 de julio. “Pero, le debemos más todos y todas a nuestro poeta nacional”, dice.

San Pedro le debe a Pedro Mir

Al responder a la pregunta ¿Considera que el país y el pueblo natal de Pedro Mir, San Pedro de Macorís, le ha otorgado el lugar que merece? Morrison resalta que ha ido a “La Sultana del Este”, a inauguraciones de monumentos, calles y de escuelas que llevan su nombre.

“Pero, creo que sus merecimientos obligan a una valoración más amplia de su obra, responsabilidad que debe caer en todos los dominicanos, pero sobre todo, en los Ministerios de Cultura, Educación, Relaciones Exteriores y Universidades. Que creo, San Pedro de Macorís le debe a uno de sus grandes poetas”, afirma.

Impacto legado Pedro Mir en la historia de San Pedro de Macorís

Respecto al impacto que tiene el legado de Mir en la historia de San Pedro de Macorís, el historiador petromacorisano Fermín Álvarez refiere que el Poeta Nacional fue un hombre vertebrado a las luchas histórico-políticas de la época que le tocó vivir, caracterizada por la pugna de las grandes potencias industriales por el control de la materia prima y los mercados, que llevó a República Dominicana y a los demás países de América Latina al crecimiento de una economía latifundista que, por diversas razones, impidió la consolidación del desarrollo de la industria nacional.

“Es decir, don Pedro no fue indiferente, como lo es hoy día la mayoría de los dominicanos, más atentos a sus intereses que a lo nacional”, valora el también miembro de la Academia Dominicana de la Historia.

Álvarez considera que indudablemente San Pedro de Macorís ha cumplido con su simbólico poeta y le ha otorgado el lugar que merece, ya que en el pueblo una calle lleva su nombre, al igual que una plaza, y el Edificio de Oficinas Públicas (El Huacalito). Además, resalta que cada año, en junio, diversas entidades culturales recuerdan su legado.

Reflexiona que recordar a Pedro Mir y a los demás integrantes de la Generación del 48, es levantar la bandera de lucha en favor de nuestras preocupaciones por lo social y político como forma de expresar inquietudes, así como la denuncia permanente de la degradante concepción de lo político y de la política que se viene aplicando en el país y que sustituye la voluntad pública.

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