La República

ENTRE 12 Y 23 AÑOS

Una niña y 4 jóvenes violadas y asesinadas en las últimas 2 semanas, ¿quiénes eran?

NO COINCIDIERON EN VIDA, PERO SUS HISTORIAS SON CONTADAS EN CONJUNTO POR LA FORMA EN QUE FUERON ABUSADAS, ASESINADAS Y SUS CADÁVERES ABANDONADOS

Eran jóvenes. Tenían sueños, aspiraciones y toda una vida por delante para lograrlo. Pero hubo manos que frustraron sus caminos de la peor manera, vistiendo de luto a sus familias y consternando a la sociedad por la horrible manera en que acabaron sus días.

Darlenis Mercedes Bastardo, de 12 años; Vianela Reynosa Amparo, de 13; Loraine de los Santos, de 17; Gilda Sánchez, de 18; y Kary Katherine Henríquez, de 23, una niña y cuatro jóvenes que no coincidieron en vida, pero cuyas historias son contadas en conjunto debido a la forma en que fueron abusadas sexualmente, asesinadas y sus cadáveres abandonados.

Las cinco desaparecieron, tres de ellas también coinciden en que la tragedia ocurrió domingo, una un sábado y otra un día todavía no especificado.

Todas fueron encontradas muertas, con signos de violación y golpeadas; tres de los cadáveres aparecieron en Santo Domingo Este, en las cercanías del Faro a Colón. Los otros dos, uno en Higüey y otro en Herrera, donde residían.

Darlenis Mercedes Bastardo, de 12 años

De acuerdo con el corresponsal Juan Bautista Rodríguez, basándose en entrevistas con personas cercanas a la víctima, comprarle un par de tenis Jordan, con motivo de su cumpleaños, fue la carnada usada por Santiago Asencio, de 47 años, para convencerla de que se fuera con él a bordo de una motocicleta.

Pasadas las 4:00 de la tarde del sábado 11 de marzo, día de su cumpleaños, Darlenis desapareció, supuestamente en compañía de Asencio, un hombre que se mudó a una calle de su casa y a quien la familia de la niña le tomó confianza, al punto de dejarlo amanecer en la casa de vez en cuando.

De acuerdo al reporte del corresponsal, en la comunidad se comentaba que Asencio abusaba de la niña y que la tenía amenazada para que no lo delatara.

Supuestamente la amenaza que del padre de la menor, que dijo que la llevaría al doctor, para confirmar los rumores, fue lo que hizo que Asencio tomara la decisión de llevarla a orillas de río Chavón, abusara de ella y después la matara de varias cuchilladas.

Asencio, fue detenido en San Cristóbal, la semana pasada cando se desplaza a bordo de la motocicleta de un hermano de la víctima, la que habría tomado prestada para llevarse a la niña el día de su muerte.

Asencio fue apresado y, a su llegada a la cárcel de Higüey, los reclusos intentaron lincharlo y quemaron sus genitales.

Su tía, Kenia Amparo, contó a reporteros de Listín Diario que su sobrina tenía por costumbre mantenerse en el patio delantero de su casa, ubicada en un callejón de Mandinga, en Santo Domingo Este.

El domingo 5 de marzo, pasadas las ocho de la noche, salió de la casa. Según relató su tía, llevaba el cabello recogido en un tubi y vestía una camiseta, un pantalón y unas sandalias. No dijo adónde iba, pero nadie se alarmó al verla salir porque supusieron que iría al colmado.

Al ver que no regresaba, su familia comenzó a buscarla y el lunes pegaron carteles con su fotografía, pidiendo información sobre su paradero.

Ese mismo día, luego que un agente de la Policía Nacional les informó que las autoridades habían encontrado el cadáver de una niña, a las cinco de la tarde del lunes 6 de marzo, reconocieron, en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, el cuerpo sin vida de Vianela.

Según les informaron, el cadáver fue encontrado desnudo, envuelto en una sábana y sellado con cinta adhesiva en una vertedero cercano al Faro a Colón. Tenía un agujero en la cabeza y el cuello roto, según contó su tía.

Durante la visita de Listín Diario a la casa de los familiares de Vianela, sus padres no estaban. Habían ido a la Fiscalía a buscar información sobre la amenaza de muerte que, tres días después de que se conociera la noticia de la muerte de la adolescente, recibió su prima de 14 años.

De acuerdo con lo relatado por Kenia Amparo, una voz de hombre le dijo, vía telefónica, que la siguiente era ella y que la matarían a tiros.

“A la hija mía la están llamando, amenazándola. A los tres días de pasar la cosa de mi sobrina (la llamaron) amenazándola, que para ella tienen 17 tiros y que cuando la agarren en la calle la iban a agarrar”, dijo Amparo.

Explicó que el teléfono se lo llevaron hace unos cinco días, pero que todavía no han tenido respuesta por parte de las autoridades.

Sus familiares la describen como una muchacha alegre y trabajadora. En enero de este año cumplió los 18 años y en su casa no le conocían ningún novio.

Cursaba el tercer grado del bachillerato, realizaba estudios de modelaje y, en el pasado, cuidaba los niños de un vecino, para poder costear sus estudios.

Vivía en el ensanche Esperanza, de Herrera, Santo Domingo Oeste. Al final de una extensa, empinada y maltrecha escalera está su casa, la última antes de una cañada atestada de basura. Ahí vivía con sus tres hermanas y sus padres.

Fue caminando esas escaleras cuando la vieron por última vez, la noche del domingo 12 de marzo.

Pasadas las 10 de la noche, estando ya en piyama para irse a dormir, la enviaron a comprar azúcar al colmado que queda unos 20 escalones más arriba de su casa. Pero nunca volvió.

Su padre, Héctor Sánchez, contó que una de sus hijas estaba en la galería de la casa esperando a que Gilda regresara. Pero supuestamente se detuvo frente a la casa de Wilton Manuel García Mercedes, un vecino que hace unos meses se mudó al estrecho callejón en compañía de su pareja, identificada solamente como Belfani.

La versión de los familiares de Gilda es que García Mercedes la invitó a entrar a la casa, bajo el argumento de que su esposa la estaba llamando. Pero la mujer no estaba, según cuentan estaba en Barahona, asistiendo al velatorio de un familiar.

Toda la familia culpa a García Mercedes de haber violado y estrangulado a Gilda, cuyo cadáver, desnudo y con moretones, fue descubierto a pocos metros de su casa por policías y familiares la madrugada del domingo.

Pero el sospechoso lo niega todo. Asegura que ni siquiera hablaba con la víctima, aunque admite que su esposa sí lo hacía.

El Juzgado de Atención Permanente de Santo Domingo Oeste le impuso este miércoles tres meses de reclusión en la cárcel de la Victoria, como medida de coerción.

Hace dos años terminó la educación secundaria, pero no había iniciado la universidad. Trabajó durante un tiempo en una importadora de ropa, propiedad de unos chinos. Pero actualmente estaba desempleada.

La joven, que deja en la orfandad un niño de seis años, vivía hace unos nueve meses con una pareja que no era aceptada por sus familiares, lo que la mantenía un poco alejada de estos.

Venecia Henríquez, tía de la joven, contó que la última vez que la vieron estaba ebria y se subió al motor de un hombre que supuestamente la asediaba constantemente.

Esto lo dicen basándose en la versión de un conocido que supuestamente la vio, la noche del domingo cinco de marzo y, al ver el estado en que se encontraba, le preguntó si conocía a la persona con quien estaba, a lo que esta respondió que sí, de acuerdo con el joven que ya fue interrogado por la Policía.

Todo esto ocurrió el domingo cinco de marzo, pero fue el miércoles cuando sus familiares supieron de su desaparición, ya que su pareja, de quien dicen no saber el nombre, no los alertó.

“Nosotros estábamos ajenos porque ella vive con su pareja ¿Cómo va a ser que tú vives con una pareja y esa persona se va a desaparecer, no va a amanecer en la casa uno, dos, tres días y tú no te vas a preocupar (en saber) dónde está tu pareja?”, cuestionó.

Dijo que, luego de enterarse de la desaparición, comenzaron a buscarla y que, al día siguiente, fueron a Patología Forense e identificaron el cadáver de su sobrina, basándose en el cuerpo y en la ropa, porque tenía el rostro desfigurado.

Según le dijeron las autoridades, a Katherine la mataron la madrugada del domingo y su cuerpo lo encontraron el martes.

Dicen que ya entregaron a la Policía una foto del supuesto motorista con quien se fue Katherine, pero que aún no le han dado noticias.

Loraine de los Santos, de 17 años. Sobre este caso no se tiene más información que el nombre y edad de la víctima, Lorine de los Santos, de 17 años. Su cadáver apareció, al igual que el de Vianela y el de Katherine, en Santo Domingo Este. Se desconoce dónde vivía y cuándo desapareció.

Hasta el momento, la Policía Nacional solo ha informado, a través de su vocero, Nelson Rosario, que han investigado a “varias” personas con relación al hallazgo de cadáveres en ese municipio.

“Se han interrogado a varias personas, pero en esos casos así, que no hay rastro, se trabaja más a nivel científico; investigando a los padres a ver con quién hablaron por última vez, con quiénes se juntaban, quiénes eran sus amigos… Ese es un trabajo muy profundo, pero estamos trabajando en eso”.

Este lunes, el vocero policial informaba a los periodistas que dos de las jóvenes, cuyos cadáveres fueron encontrados en las últimas dos semanas, no habían sido reportadas como desaparecidas, sino que, después de los hallazgos, fue que los familiares de las víctimas realizaron la denuncia.

Por el momento, dos hombres guardan prisión preventiva, por la muerte de Gilda Martínez y Darlenis Mercedes Bernardo, respectivamente.

Mientras tanto, se desconoce si existe alguna relación entre las otras tres muertes.

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