En Bonao lloran al firme combatiente de la Raza Inmortal

“Descuiden que esta no es la que me va a llevar a mí. De aquí me paro yo”, optimista como siempre, así le decía a las 11:00 de la noche del viernes a sus familiares y amigos Mayobanex Vargas.

Todos estaban tristes, pesimimstas. Veían lo que, al parecer, él no veía, que sus horas estaban contadas.

Y así era. Finalmente, un paro respiratorio le arrebató la vida al último de los sobrevivientes de la expedición de Maimón, Constanza y Estero Hondo. Tenía 80 años de edad.

Quien enfrentó en innumerables oprtunidades a la muerte, fue víctima de un cáncer que se le detectó hace apenas algunas semanas.

El héroe nacional murió en un centro privado de salud adonde fue llevado para realizarle algunos estudios y poder llevar de forma correcta su tratamiento.

Minerva Vargas, hija de Mayobanex, explicó que su padre no sufrió. Los días que se mantuvo recluido en la casa materna, en la calle que lleva su nombre y donde permanece una estatua suya, se mantuvo sonriente y conversando con quienes le visitaban.

Ayer, Mayobanex dijo a esta periodista que había combatido muchas situaciones difíciles y que un cáncer no lo mataría.

Petición familiar El sacerdote Michelle Vargas, sobrino del héroe nacional, dijo a Listín Diario que el país debe recordar a su tío como el hombre que Trujillo no pudo matar y que la familia Vargas despedía a su pariente en la paz del Señor.

Los restos de Mayobanex están expuestos desde ayer en la funeraria Taveras de esta ciudad. Desde las 10:00 de la mañana estarán en la Funeraria Blandino de la capital. El lunes le rendirán honores en el monumento a los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, retornando a Bonao donde será sepultado a las 4:00 de la tarde en el cementerio Caracol.

Le sobreviven Mayobanex, Junior, Francisco, Minerva, Isabel, Alejandro y Meliza.