Salud entre los acuerdos y más retos

El 2016 fue un año de retos para el sector salud. Empezó enfrentando la circulación por primera vez del zika virus y de protestas de parte de gremios que llevaron a marchas y paros hospitalarios de varios días.

Concluye con acuerdos que vislumbran meses de paz y cambios en el sistema sanitario, que dejan ver claramente el final del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), tras casi 70 años de servicios.

Contrario a años anteriores, el dengue no presentó este año grandes alarmas, y los casos de zika se redujeron a niveles mínimos, pero en las últimas semanas el sistema de vigilancia epidemiológica ha tenido que enfrentar un importante brote de leptospirosis, que afecta a comunidades del norte del país, sacudidas por abundantes lluvias e inundaciones.

Las debilidades del sistema hospitalario, tanto público como privado, para dar respuestas a la demanda en sus renglones de servicios de emergencia, ingresos y cuidados intensivos, quedaron claramente evidenciadas.

En busca de respuestas, se generaron cambios de funcionarios en el Servicio Nacional de Salud (SNS), organismo que tiene bajo sus funciones todo lo vinculado a la prestación de servicios, y en el agonizante IDSS, donde a mediados de año fueron colocados los doctores Nelson Rodríguez Monegro, en sustitución de Ramón Alvarado, y César Mella, por Sabino Báez, respectivamente.

La crisis hospitalaria continuó creando dificultades, agravada por el proceso de reconstrucción y remodelación en que se encuentran al mismo tiempo más de 56 centros de salud, muchos de los trabajos paralizados, pese a que con frecuencia la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) ha informado fechas de entrega.

Esas intervenciones generan gran presión sobre los pocos hospitales que están laborando en toda su capacidad, así como condiciones de insalubridad y hacinamiento en la oferta de servicios, siendo una muestra de ello el hospital José María Cabral y Báez, de Santiago, donde meses atrás se desató un brote de tuberculosis entre el personal de salud.

Los rebotes de pacientes de un centro de salud a otro también formó parte del panorama del sistema de salud dominicano, siendo un caso muy sonado el de la muerte del ex guerrillero Claudio Caamaño.

Esas y otras condiciones llevaron a que, durante su proceso de lucha, el CMD declarara en estado de emergencia el sistema sanitario nacional y la misma declaratoria fue hecha por la Agrupación Médica del IDSS (AMIDSS), hacia los hospitales de esa institución, donde las precariedades obligaron al cierre casi total del hospital de la Mujer Dominicana, su principal centro de maternidad, el cual fue intervenido y recientemente reinaugurado.

Traspaso y Proyecto Pasos firmes fueron dados por el Gobierno encaminados a dejar establecida la Red Únida de Salud, creando mediante el Decreto 200-16, la comisión para la Integración de la Red Única de Servicios Públicos de Salud que quedó instalada días después.

Su misión fue organizar el traspaso de los centros de salud del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) al Servicio Nacional de Salud (SNS), tal como establece la ley 123-15. El proceso, según sus actores, está casi completo y sólo se espera otro decreto para el traspaso formal.

El mismo ha sido motivo de tensiones entre los empleados del IDSS, que ven incierto su futuro, agravado por la existencia de un anteproyecto de modificación de la Ley de Seguridad Social, elaborado por el Gobierno, donde además de la PSS, el IDSS perdería sus demás unidades de negocios, ya que las Estancias Infantiles pasarán a un nuevo instituto de atención a la infancia y la adolescencia; la ARS pasaría a Senasa y la ARL se convertiría en el Instituto Nacional de Riesgos Laborales.

SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL La elaboración de un anteproyecto de Ley de modificación de la Ley de Seguridad Social, preparado por el Gobierno, captó la atención de los sectores que la integran, generando posiciones a favor y en contra.

Esas mismas contradicciones trajeron resoluciones emitidas por la Sisalril, entre ellas la que permite que los titulares puedan afiliar a tíos, abuelos, sobrinos, padres e hijos mayores, rechazada por las ARS alegando desequilibrio financiero, y otra que crea el Código Único, rechazada por los médicos, posteriormente fue enviada a revisión.