La República

Arte

‘Germinaciones’, exposición de Lanco

EL TRABAJO DEL ARTISTA REPRESENTA VIDA

Creación. El artista construye su reino particular al sembrar una diminuta simiente para desde ella crear su reino pictórico.

Virginia Goris / Especial para LDSanto Domingo

En su Décima Exposición Individual bajo el titulo de “Germinaciones”, Ramón Lanco prosigue su proceso evolutivo recurriendo una vez más a la pintura y la escultura.

El artista involucra el nombre de su muestra como el elemento inspirador, el que desde el punto de vista simbólico representa vida, inicio de los seres vivos y evidencia una relación con Dios y la espiritualidad, expresada a través de bellas metáforas formales y colorísticas que también remiten a la evolución emocional resaltada con las imágenes del rosario y la oruga.

Recurriendo al símil de la semilla de zapote, Lanco se sumerge en un trance expiatorio del proceso de creación y con la esfera como fuente esencial de su abordaje geométrico.

Construye sus referencias al germen de la vida latente, hasta llegar a la transformación inequívoca de un ser minúsculo, para convertirse en nuevo ser lustroso en el que extrapola el color caoba de sus piezas escultórica.

Igual que en la metáfora de la “Semilla de mostaza” Lanco construye su reino particular, al sembrar una diminuta simiente para desde ella crear su reino pictórico amplificado de referencias orgánicas, de redondeces, de perpetuar un movimiento sutil.

En el género escultórico, Lanco recurre a la madera como soporte para narrar las sensuales y voluptuosas recreaciones.

Sus tallas de mujeres de cuerpo cimbreante y amplias caderas exploran las formas étnicas de la mujer criolla, como si fuera un ardiente homenaje al maestro Luichy Martínez Richiez, que encontró en esas féminas la fuente de inspiración.

Líneas de las obras de Lanco Ramón Lanco también aborda en su obra tridimensional de cortes, oquedades y texturado rugoso, las poses amatorias de parejas en febril intercambio en las lides románticas sacando líneas sinuosas, volúmenes geométricos, jugando en su trabajo formal con una erótica esencial exuberante, atrapadas con gracia entre los cuerpos femeninos y masculinos en tonalidades prestadas por la caoba, con la cual se logra una semejanza a la epidermis de la mujer dominicana.

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