Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

LAS EMERGENCIAS EN EMERGENCIA

“Uno se deprime, se desespera ... no tenemos para responder”

La enfermera Francia Zapata, con 30 años en el servicio, expresa la desesperación de un personal atado de manos por las carencias: “Es frustrante, uno sufre, se va a la casa con dolor de cabeza, entonces cuando hablamos dicen que es político”.

“Tú no te imaginas. A veces uno se deprime, uno llora, se desespera, se estresa y dice caraaajo, pero más de ahí uno no puede hacer, porque es verdad que el 9-1-1 hace el trabajo de traer al paciente, pero nosotros no tenemos para responderle”, confiesa la enfermera Francia Zapata.

Eso ocurre con frecuencia en el hospital Francisco Moscoso Puello, centro incrustado en medio de barrios populosos, como Capotillo, 24 de Abril y Ensanche Luperón, y uno de los que están cargando más pesado por el cierre del hospital Luis Eduardo Aybar y la transformación del Psiquiátrico Padre Billini.

La demanda de este hospital se triplicó, pero su capacidad de respuesta quedó igual.

En alrededor de 30 camas de emergencias atiende un promedio diario de 1,200 a 1,500 pacientes, distribuidos en atenciones en medicina interna, cirugía, urología, preemergencia y observación. Antes del cierre del hospital Aybar este centro ofrecía entre 500 y 600 atenciones en su servicio de emergencia.

Las consultas también han visto su giro. Antes ofrecían entre 600 y 700 y ahora hay días en que supera las 3,000.

El Moscoso Puello cuenta con alrededor de 150 camas de internamiento, distribuidas en 30 para medicina interna, 25 de cirugía de hombres, 25 en cirugía de mujeres, 20 en cardiología, 16 en gastroenterología y 25 clínicas de mujeres, mas una nueva área con 25 camas. De ahí que la espera de camas en emergencia para subir a sala de internamiento se hace larga.

No obstante, la sobredemanda no ha impactado en la mortalidad general del hospital, asegura su directora, Belkis Pimentel, cuyo promedio, dice, es de dos diarias en su mayoría por problemas de hipertensión, cerebrovascular, insuficiencia cardiaca y fallo multiorgánico.

Espera para medicar El déficit entre la demanda y capacidad de respuesta hace que las historias de violencia y desesperación sean muy conocidas en su servicio de emergencia. Los 36 años de servicios que tiene en el centro la enfermera Zapata, encargada de Enfermería del área de Emergencia y dirigente gremial, le permiten narrar hechos que lastiman.

Uno de ellos es que el personal tiene que esperar los resultados de estudios que se ven obligados a realizar fuera del hospital por falta de equipos, para empezar a medicar a un paciente que llega al servicio de emergencia en condiciones críticas. “Lo primero que necesitamos es personal. En emergencia tenemos entre profesionales, técnicas y auxiliares 49, pero se necesitan 20 más”, empieza diciendo.

Cuenta que el hospital completo tiene un solo sonógrafo; no cuenta con ecocardiógrafo; rayos equis hay dos, uno en el hospital y otro en la emergencia; electrocardiógrafo sólo hay uno, que permanece en la unidad de cuidados intensivos, y para el servicio del 9-1-1 hay otro, que con frecuencia se usa para todos los pacientes.

Detalla la enfermera que el demandado hospital no tiene serivicio de tomografía ni resonancia magnética, por lo que cuando un paciente llega a la emergencia con un Accidente Cerebro Vascular (ACV) u otra condición que requiera de esos estudios tiene que ser enviado fuera, lo que implica gastos para la familia y uso de ambulancia, además de riesgos de muerte.

Zapata confiesa que en el Moscoso Puello a veces mueren pacientes por un simple manómetro, esos aparatos que se colocan al tanque de oxígeno para medir la cantidad que contiene y la que se le coloca al paciente.

“Sin el manómetro no se le puede administrar oxígeno, tenemos siempre deficiencia, porque en emergencia no hay más de cinco y se necesitan como 30”, afirma, mientras muestra uno de los que se usan en paredes.

Métricas básicas El emergenciólogo, Alejandro Báez, explica que para que un servicio de esa naturaleza funcione adecuadamente, el hospital debe contar con camas de internamiento suficientes para el flujo oportuno y cumplir con otras métricas operacionales básicas que incluyen la dotación de enfermería de una por 3 a 4 pacientes en esas salas; un médico especialista en emergencias por 2 a 2.5 pacientes por hora (promedio); un tiempo total de atención de emergencias de 4 horas o menos en 95% de los casos; un promedio de ingreso a planta de la emergencia de un 20 a 25% y a terapia intensiva de un 3% del total de visitas por año.

(+) CAMAS POR VISITAS El experto en medicina de emergencias y medicina crítica, doctor Alejandro Báez, destaca que publicaciones sobre operaciones y gerencia de Colegio Americano de Médicos de Emergencias, establecen que se necesita una cama por cada 1,500 a 2,000 visitas a la emergencia.

Tomando en cuenta la población, Báez señala que se estima que hay entre 400 y 450 visitas de emergencias al año por cada 1,000 habitantes, lo que representa 2,700 camas para la población fija de 10 millones de habitantes.

Este cálculo de camas está basado en otras métricas operacionales básicas.

La dirigente de enfermería del hospital Francisco Moscoso Puello, Francia Zapata, dice que la lucha de los gremios por el 5% del Producto Interno Bruto para salud es porque creen que el pueblo necesita una mejor atención, porque para ello paga sus impuestos y su seguro médico.

Tags relacionados