La República

PSIQUIATRA

Ciudadanos que han sido asaltados padecen ansiedad generalizada, según experto

EL PÁNICO Y LA DESCONFIANZA SON SOLO ALGUNOS DE LOS PADECIMIENTOS DE QUIENES SON VÍCTIMAS DE LA DELINCUENCIA

Mayelin FranciscoSanto Domingo

La delincuencia en el país se vuelve cada vez más agresiva. El mal no solo les toca a los individuos en las calles con destino a sus lugares de trabajo o quienes van de regreso a sus casas, sino que dos entidades bancarias han sido asaltadas con una diferencia de solo 8 días.

Una persona que sufre un asalto o que es testigo de uno cambia su comportamiento de repente. Además de las heridas que pudiera dejar el hecho en quien es víctima de la delincuencia, este le marca psicológicamente.

Quienes han sido víctima de un asalto redefinen sus hábitos para evitar vivir nuevamente una experiencia similar, esas modificaciones van desde cambiar sus horas de salida hasta controlar la salida o llegada de sus hijos.

El psiquiatra Secundino Palacios, enumeró los síntomas posteriores a un asalto y aseguró que la persona no debe quedarse callada como les pasa algunas, fruto del shock, sino que deben buscar ayuda, “contar lo que les pasó”.

“Va a ser mas desconfiado en la calle; no permitirá que nadie se le acerque, vivirá desde el momento en que sea asaltado o asaltada, asustado, temeroso, ansioso y dormirá menos”.

Todos estos síntomas son parte de lo que en el mundo de la psiquiatría se conoce como ansiedad generalizada, de la cual una de sus principales expresiones es el pánico, de acuerdo con el experto en los trastornos mentales.

El cambio en la rutina de personas asaltadas consultadas por este medio corrobora lo expuesto por el doctor Palacio

Cristian Reyes, es taxista, acudió al palacio de la Policía Nacional para querellarse en contra de tres hombres que le robaron su carro después de propinarle 5 puñaladas y sustraer su cartera de bolsillo.

Según Reyes, mientras trabajaba recibió una llamada de alguien que solicitaba sus servicios alrededor de las 8:30 de la noche. Le dijeron que le esperarían en una plaza comercial de esta capital.

Cuando Reyes llegó a la dirección acordada, 3 hombres con edades entre 20 y 23 años abordaron su taxi y le pidieron que los llevara a una escuela que está ubicada detrás del Colegio Don Bosco, en la calle San Juan Bosco 27, Santo Domingo, donde los desaprensivos cometieron el hecho.

Ahora el hombre ha decidido que no trabajará por las noches y que cuando le llamen no montará en su vehículo a más de 2 pasajeros. Afortunadamente recuperó el vehículo, pues, “al parecer los asaltantes escucharon por la radio del carro que la compañía de taxis daba la alerta del vehículo robado”.

Por otro lado, Altagracita (nombre Ficticio) también fue presa de desaprensivos y asegura que después de ese día “no soportaba a una persona pasar por detrás de ella”

Vivía asustada, con miedo porque además de ser asaltada por dos hombres, éstos trataron de violarla esa lluviosa noche que salió de su casa para dirigirse a su lugar de trabajo.

“A partir de esa experiencia mi mamá y mi hermana me buscaban siempre en la parada, yo estudiaba en la universidad y mis estudios se extendieron porque por ningún motivo seleccionaba materias de noche”, cuenta la mujer.

Hoy en día Altagracia es profesional y asegura que tintó los cristales de su vehículo para no sentirse tan desprotegida.

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