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COMERCIO

El Mercado La Pulga se desarrolló con poca presencia de haitianos

Merma. Ayer domingo hubo menos compradores debido al éxodo voluntario de decenas de haitianos a su país.

Merma. Ayer domingo hubo menos compradores debido al éxodo voluntario de decenas de haitianos a su país.

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Isabel Leticia LeclercSanto Domingo

A simple vista el concurrido mercado La Pulga se desarrollaba como casi todos los domingos. Desde lejos se visualizaba el taponamiento de vehículos y el flujo de clientes en la avenida Luperón, mientras el sol arreciaba y entre uno y otro, los comerciantes ofertaban sus productos.

Pero al penetrar los espacios que ocupan los venduteros y recorrer parte de las instalaciones informales que organizan, la realidad era otra. El 85% de los compradores es de origen haitiano, según estima el presidente de la Asociación de Vendedores del Mercado la Pulga, José Manuel Caro, de los cuales cerca del 50% se ausentó ayer.

Las compras que realizan son al por mayor, en su mayoría, aunque también las hacen al detalle. Caro reconoce la importancia de los nacionales haitianos en el desarrollo de este mercado, y admite que el movimiento de dinero “ha mermado”, porque muchos de los extranjeros han emigrado del país.

Pocos eran los migrantes deambulantes que custodiaban un puesto de frutas, vendían skimice, o algún otro producto. Por los pasillos entre un puesto y otro se pasaba con plena libertad, sin tumultos.

La escena de regresar a Haití por motivo de la conclusión del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros y el inminente proceso de repatriaciones que se avecina, se repite. El panorama es desalentador. “Nos ha afectado muy significativamente. Pero si el plan de repatriaciones es efectivo lo vamos a sentir en carne propia”, lamenta Caro.

El 25% de los vendedores haitianos dejó sus puestos vacíos. Entre los cubículos que componen un bloque que ocupan, se notaba la falta de mesas repletas de artículos y ropas. Algunos eran extrañados por sus clientes, como es el caso de un señor que residía en San Pedro de Macorís y se dedica a la venta de chaquetas para hombres y mujeres.

Inscritos

Eliese Chouloute, Rosette y Mairenis, integrantes de ese bloque de vendedores presentó al equipo de LISTÍN DIARIO su papel de registro en el plan de regularización. Las tres mujeres evidenciaron con su documento que se registraron, pero temen no poder completar los requisitos en los 45 días establecidos desde el pasado 17 de este mes por falta de dinero para trámites y legalizaciones.

Cuentan que tienen amigas que han gastado hasta RD$15,000 en el proceso y en los honorarios de abogados, suma de la que no disponen. Rosette confesó que ha invertido cerca de RD$10,000, aún le falta, pero no sabe dónde lo conseguirá. “Arreglando papeles y todavía no termino”, manifiesta.

Todavía les falta depositar documentos, entre estos el papel que emite la junta de vecinos sobre el comportamiento y la integración del migrante en la comunidad, y el papel de buena conducta pero el costo de estos es muy alto. Así lo declara Francisca Prosontus, quien dice tener dos años en el mercado. “Mucha gente ha faltado hoy porque no se inscribió en el Plan, esto se está vaciando. Son muchos papeles y poco dinero”, refiere.

Mientras que Renia Dorval se muestra condescendiente con sus compueblanos, pero admite que no se puede estar en un país de forma ilegal. Afirma que posee su pasaporte y que entregó los documentos que necesitaba para acogerse al plan. “Yo quería que todos se acogieran al plan, pero si no se puede, no se puede”, expresa.

¿Qué dicen los dominicanos?

“Muchos se han ido y se seguirán yendo”, fue una frase común entre dominicanos consultados sobre la presencia de haitianos en el tradicional mercado que se efectúa todos los domingos, quienes están consciente de que se siente un gran vacío en el lugar.

Hay quienes se conduelen con el tema y expresan su sentir, como lo hace el señor Luis Antonio Pérez, quien platicaba con una vendedora haitiana. “Quiera Dios que no nos castigue por aplicar la ley. Es la ley, pero uno no se sentiría bien si fuera a uno que se lo estuvieran haciendo. Eso da pena las condiciones deplorables en que viven esos haitianos en su país”, comenta con desánimo.

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