Poca presencia haitiana en espacios comerciales

Al concluir el Plan de Regularización de Extranjeros el pasado miércoles, las principales arterias comerciales, copadas habitualmente por vendedores ambulantes haitianos, ya no desarrollan su trabajo de la misma manera, estaban bastante despejadas debido a que sus principales clientes son sus compatriotas, cuya gran mayoría se fue voluntariamente antes de comenzar el proceso de repatriación.

Sin rumbo y con la mirada pérdida se mostraban vendedores ambulantes haitianos en la Duarte con París, quienes pasaban una y otra vez por el mismo lugar sin vender ni la mercancía más barata que llevaban en sus hombros.

Al ver las cámaras de fotógrafos, reaccionaban como si les estuvieran apuntando con un arma. Su temor a ser capturados por la lente les hacía correr despavoridos.

Jerard Dourte, un vendedor de pacas, expresa que desde que muchos de sus compatriotas se dieron cuenta de que ya no tenían posibilidades para regularizarse, comenzaron a irse de manera voluntaria a su país.

“Yo me he quedado solo aquí, mis familiares y amigos se fueron para mi país porque tenían miedo que cuando comiéncen las repatriaciones la Policía los golpeara.

Ahora no sé qué haré, porque no tengo papeles ni dinero”, señaló.

Asimismo, Jean Simón, otro vendedor de pacas, lamenta que no pudo inscribirse en el Plan de Regularización.

Con voz entrecortada expresa su temor de irse para su país, sin dinero y sin su familia, porque todos se encuentran aquí.

“Fui a más de tres lugares en los que estaban inscribiendo y no pude, ya esto se salió de las manos de todos; la gran mayoría no pudimos hacer nada y, para colmo, la venta en este negocio está muy lenta, lo que significa que no tengo dinero para defenderme en caso de que pase algo”, comentó Simón.

El pequeño Haití “Desde la semana pasada no he podido trabajar porque la mayoría de mis clientes son haitianos y todos se han ido para Haití huyendo de las autoridades de aquí”, narra Marlene Edouarzin, estilista.

Subrayó que no le conviene la situación que se está viviendo tanto en Haití como en República Dominicana, porque no tiene ningún cliente para poder mantener a sus cuatro hijos.

“Yo aún no he concluido mi proceso de inscripción; ando con el papel que me dieron cuando lleve parte de los documentos para que no me puedan llevar. No me puedo ir, porque mis cuatro hijos son de aquí y todavía son pequeños”, dice Edouarzin.

Expresó que todos sus clientes se fueron antes de que comenzaran las repatriaciones porque tenían miedo de que las maltrataran, como asegura lo hicieron los policías cuando trataron de inscribirse en el Plan de Regularización.

Precisó que los abogados están cobrando hasta 17 mil pesos para poder arreglar los errores que tienen sus documentos.

“Es un abuso que ellos nos estén haciendo eso a nosotros; la mayoría no tenemos dinero ni para poder cubrir nuestras necesidades. No podemos pagar todo eso”, dice.

Del mismo modo, la comerciante, Miguelina Alcina, indicó que la venta no es la misma después que los haitianos se fueron en masa.

“Yo le compro a los dominicanos y a mí me compran los mismos haitianos. Pero ya tengo varias semanas que no he vendido nada. Todos se han ido”, deploró.

Dice que ni la mínima parte de sus compatriotas pudo inscribirse en el Plan de Regularización, por lo que pide al gobierno una prórroga para que ella y otros más se puedan inscribirse.

(+) POCOS CLIENTES GENERA BAJA EN LAS VENTAS La situación en el mercado de Herrera se tornó similar. Muy pocos clientes se observaban en el lugar, los comerciantes se entretenían hablando y otros se lamentaban por tener semanas sin vender nada.

El comerciante Richard Perez dice que las ventas en el lugar han disminuido demasiado en las últimas semanas, porque sus principales clientes eran haitianos.

“Fui al mercado Nuevo a suplirme de mercancías y nadie pudo cargarme lo que compré. Eran ellos que lo hacían, pero están huyendo”, comenta. En tanto, la vendedora Martí Lous, dijo que la situación se ha tornado demasiado difícil, por lo que asegura que si la próxima semana sigue así, se irá para su país.