La República

TENIA 92 AÑOS

Fallece poeta Mariano Lebrón Saviñon

Vivió para la poesía. Y murió como poeta, rodeado de amor, legando una obra inmortal. Su entrega al verso y al amor de su familia fueron los primeros motivos de su vida. Sin desdorar su profesión de médico, comprendió desde muy temprano que su presencia en este mundo estaba ligada al enriquecimiento del espíritu. En el mundo cultural se le conoce como “el último sorprendido”. Fue uno de los fundadores de un movimiento renovador de las letras nacionales conocido como “La Poesía Sorprendida”. Y también un hombre lleno de optimismo, con fe en los demás, que inspiró aliento y deseos de vivir por donde caminaba. Muchos poetas dominicanos fueron favorecidos por sus valoraciones y su mano solidaria. Linguista, erudito, supo poner en alto el nombre del país y continuó la labor de prestigio de la Academia Dominicana de la Lengua, en diversas fronteras de la cual fue director por muchos años. Y ha sido el único dominicano merecedor del Premio Internacional “Vasconcelos”, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México, en 1992. A esta hora en que su alma viaja a lugares sagrados, su legado se queda en la patria que lo vio nacer. A la patria que amó y a la que defendió desde todas las trincheras, tanto intelectuales como ideológicas. Su labor al frente del Insituto Duartiano habla de su gran sentimiento patriótico. Su página no podrá cerrarse jamás. Permanecerá por siempre en la voz de las nuevas generaciones de poetas. El médico y escritor falleció este sábado en la mañana y sus restos fueron expuestos a partir de las 7 de la noche de ayer en la Funeraria Blandido de la avenida Abraham Lincoln, de donde partirá el cortejo fúnebre mañana domingo a las 4 de la tarde hacia el Cementerio Cristo Redentor. En esta entrega, Listín Diario recoge reacciones de dos figuras de la cultura nacional, el actual Ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez y el ex titular de esa cartera, Tony Raful. Una personalidad exquisita“Con la muerte del intelectual Mariano Lebrón Saviñón, la República Dominicana pierde a una personalidad exquisita, de quien afirmó, siempre fue de gran utilidad pública y un referente digno de ser emulado por las presentes y futuras generaciones”, difundió por las redes sociales el Ministro Rodríguez. “Lebrón Saviñón fue una persona de profunda formación y consagración académica, de una sabiduría social singular, que le permitía orientar con sencillez al más común de los ciudadanos sobre los más complejos problemas de la vida. “En cada acción académica, profesional y literaria, Don Mariano traducía una elevada sensibilidad poco común y eso lo convirtió en un ser emblemático, admirado, querido y respetado por quienes tuvieron el privilegio de tratarlo, ya sea en las aulas o en los círculos intelectuales y literarios”. En su mensaje, José Antonio Rodríguez también recordó que Lebrón Saviñón fue pediatra, y como tal dedicó parte de su vida al servicio público, dirigiendo desde hospitales hasta dispensarios médicos, dejando allí buenas acciones que son referentes para el servidor público de hoy. “En Don Mariano, además de su obra de vida, se reconoce la valiosa producción poética y ensayística, la calidad de cada una de sus obras, muy en especial es de estimable valoración su libro “Historia de la Cultura Dominicana”, considerado uno de los más ambiciosos en su género en el país”, apuntó. El ministro de Cultura expresó que por esos aportes a la sociedad dominicano, Lebrón Saviñón fue objeto de merecidísimo reconocimientos como la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Comendador, el Caonabo de Oro en 1988, otorgado por la Asociación de Periodistas y Escritores de la República Dominicana; , y el Premio Nacional de Literatura (1999), máximo galardón de las letras otorgado por la Fundación Corripio. Por último, recordó que en el pasado mes de agosto y con motivo del 92 aniversario de su nacimiento, el Ministerio de Cultura organizó un acto en el cual poetas, miembros de los talleres literarios, familiares y funcionarios culturales estuvieron presentes. Allí se leyeron y declamaron sus poesías así como se rememoró activa vida literaria, familiar y científica. Tony RafulEl ex Ministro de Cultura, Tony Raful, no puso reparo en la hora de la llamada ni en la urgencia del cierre del periódico. Con su habitual gentileza respondió las preguntas formuladas sobre sus sentimientos al conocer la noticia del fallecimiento del escritor: “Profundo pesar para la cultura nacional es el fallecimiento de don Mariano Lebrón Saviñón. Ante su muerte, me inclino, reverente, por su obra, su amistad y su grandeza de espíritu. Ese gran dominicano nos legó una obra fundamental en los procesos creadores de nuestra expresión literaria, Miembro de la Poesía Sorprendida y uno de sus fundadores fue el exponente de una poesía pura donde intervinieron elementos expresivos de una belleza y de una transparencia conmovedoras, incluso, cinceló el soneto en su forma más acabada, fue un maestro, un orientador, un amigo”. El también poeta Raful no pasó por alto el incondicional apoyo que el escritor fallecido siempre le brindó a las nuevas generaciones de creadores dominicanos y su atención permanente a la obra que ellas escribían: “De don Mariano tengo recuerdos importantes; su aliento a las nuevas promociones literarias dominicanas, sus opiniones en relación con el trabajo escritural, su simpatía con las más recientes vertientes expresivas y la renovación de las formas de enriquecimiento del lenguaje. En su obra Historia de la Cultura Dominicana de varios tomos, don Mariano estableció las líneas maestras del proceso histórico cultural de la nación dominicana”. Raful, por elementales problemas de modestia, no quiso referirse a la valoración que le hizo don Mariano al conocer sus primeros libros publicados, sin embargo y atendiendo a un requerimiento del periódico, adelantó, sobre este tema, una breve reseña: “Nunca olvidaré que, refiriéndose a mi obra, todavía incipiente, destacó las posibilidades de concreción de valores perdurables de la nueva poesía dominicana, y lo hizo estimulando dentro de su infinita generosidad, las nuevas promesas de la poesía joven de aquellos años”. Sobre el apoyo que le otorgó durante su gestión como Ministro de Cultura, Raful destacó: “Durante mi gestión difundí y reedité muchas de sus obras literarias, y fue invitado a participar en numerosos coloquios, conferencias y eventos de trascendencia”. Por último, destacó su labor como médico y profesor universitario: “Don Mariano no solo fue un gran intelectual y escritor, sino que consagró su vida, siguiendo los más nobles modelos de servicio, a la ciencia médica, incluso, en el ejercicio profesoral, tanto en la UASD, como posteriormente en la UNPHU, de la que fue también decano de medicina y director de publicaciones. Este último cargo lo desempeñó en la Universidad APEC hasta el final de su vida laboral.

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