La República

EMBAJADOR DE INGLATERRA

Denuncia falta seguridad para invertir en el país

Ramón Cruz BenzánSanto Domingo

El embajador de Gran Bretaña, Steven Fisher, se quejó ayer de que en el país no hay seguridad para la inversión extranjera y que una empresa de su nación tuvo que marcharse recientemente porque estaba siendo extorsionada. No obstante, explicó que el Reino Unido está consciente del excelente trabajo que se hace con las instituciones jurídicas de República Dominicana. El diplomático reconoció el esfuerzo realizado por el presidente Leonel Fernández, del papel que juega la sociedad civil y de los periodistas que se enfocan en la corrupción, tras señalar que todo eso son señales positivas. Sin embargo, dijo que muchos dominicanos se quejan de la corrupción que hay en el país, y que inversionistas, tanto dominicanos como extranjeros, también se quejan y presentan dificultades. Dijo que una importante empresa británica, la cual no reveló su nombre, se marchó del país hace poco, y que otras le han dicho que han sido víctimas y les han solicitado sobornos muy grandes, tras señalar que esa es la cara negativa del problema, el cual también se tiene en Inglaterra. Fisher habló en esos términos al pronunciar una conferencia sobre el tema anticorrupción en el auditorio de la Procuraduría General de la República, donde estaban presentes, además, el procurador Radhamés Jiménez Peña, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, monseñor Agripino Núñez Collado, el director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA), Hotoniel Bonilla, entre otras personalidades. El diplomático sostuvo que las autoridades dominicanas pueden lograr un esfuerzo contundente y consistente para enfrentar la corrupción con el objetivo de mejorar la imagen del país, con lo que se logrará que lleguen más inversionistas. Dijo que el mantener la guerra contra el narcotráfico, la delincuencia organizada y acciones contra la corrupción, contribuirá a la paz, estabilidad social y el desarrollo económico del país y la región, y permitiría atraer más turistas, no sólo británicos, sino de otros países y más inversión.

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