Carlos Francisco Pichardo, un joven de 22 años, nunca supo lo que era gozar la emoción de ver un partido de béisbol junto a su padre. Tampoco conoció lo que era un regaño por llegar tarde a la casa o perder el juego de la placa frente a un vecinito más débil. Hoy, Carlos Francisco, tiene nostalgia. Nunca ha visto el rostro de su progenitor, llamado Francisco Ventura Santos, y ha decidido cortar la inercia y hacer un esfuerzo para conocerlo. Quiere ver a su padre y estrecharlo en sus brazos, sentir su calor. A sus veintidós años, no tiene contacto con familiar alguno de su padre, sabe que tiene varios hermanos y hermanas, pero los contactos son nulos. Nunca ha podido obtener la dirección. En visita a la redacción de LISTÍN DIARIO, dijo que adora a su madre, que está orgulloso de ella, de la forma en que lo crió y lo educó, pero necesita hacer un contacto con su padre. “No conozco a mí padre. Quiero conocerlo, es una necesidad que he ido madurando con el paso de los años, desde hace mucho tiempo lo estoy buscando”, dice con la voz débil. Para él el origen de la partida de su padre y la disolución de la relación con la madre, no tiene importancia. Constituye un hecho del pasado remoto que ya fue sepultado con el polvo del olvido. Para contacto con Carlos, quien reside en el barrio Quinto Centenario de Villa Altagracia, comunicarse a los teléfonos 829 216 7015 y 829 689-3466.
