ENFOQUE
Conocimiento para equilibrar la balanza
LA OMPI PERSIGUE QUE LOS PAÍSES EN DESARROLLO PRODUZCAN TRABAJADORES CRÍTICOS QUE LES PERMITAN BENEFICIARSE DE LA INNOVACIÓN Y LA CREATIVIDAD
La creación, las invenciones al servicio del desarrollo económico, social y cultural. Ese es uno de los desafíos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), un organismo especializado de las Naciones Unidas dedicado al desarrollo de un sistema internacional de la propiedad intelectual, equilibrado y accesible, que si bien recompense la creatividad y estimule la innovación, al mismo tiempo contribuya al desarrollo, siempre salvaguardando el interés público. Además de invenciones, obras literarias y artísticas, símbolos, nombres, imágenes y diseños utilizados en el comercio, la propiedad intelectual abarca salud, medioambiente, seguridad alimentaria, biotecnología y tecnología de la información y comunicación. Geoffrey Onyeama, director general adjunto de la OMPI, encargado de la Cooperación para el Desarrollo, cuando estuvo recientemente en el país exhortó a las naciones en desarrollo a gestionar el conocimiento de manera efectiva. “En la actualidad, vivimos en un mundo donde la sofisticada tecnología digital se incrementa de modo que el rápido aumento de las comunicaciones nos está alejando de los factores tradicionales de la creación de riquezas, tales como la tierra, el trabajo y el capital, conduciéndonos hacia una economía basada en el conocimiento, la creatividad y la información”. Y se hizo auxiliar de las reflexiones del académico Mario Raich, en su libro sobre cómo gestionar la economía basada en el conocimiento, cuando plantea que esta gestión consiste en “permitir y facilitar el proceso de encontrar o crear el conocimiento correcto, capturándolo y asegurando la distribución y repartición, y apoyando el uso y la aplicación del conocimiento con un continuo perfeccionamiento”. Onyeama expone que los países en desarrollo han confrontado de manera abrumadora retos económicos y tecnológicos, y que la OMPI tiene la obligación de asistirlos para reforzar su capacidad, a los fines de que puedan enfrentar sus desafíos. “El universo de la propiedad intelectual se está expandiendo, impulsándonos hacia nuevas áreas de exploración, tales como salud, medioambiente, seguridad alimentaria, biotecnología y tecnología de la información y comunicación, y su más famoso e importante descendiente, el Internet”, refiere. Subraya que el Internet no sólo ha activado una explosión en las comunicaciones globales, sino también un amplio brote en las áreas de investigación y desarrollo, facilitando el intercambio del conocimiento y proporcionado la matriz para el desarrollo del comercio electrónico, lo que plantea nuevos retos en cuanto a la protección de los derechos de propiedad intelectual y el acceso al conocimiento. Creador de riquezasEl director general adjunto de la OMPI sostiene que la creación de una comunidad de propiedad intelectual y el fomento de una cultura en la materia tendría un impacto positivo y significativo sobre el Producto Bruto Interno (PBI). “El crecimiento en una economía dirigida o manejada por el conocimiento está sustentado sobre una fuerza laboral que debe estar bien dotada de conocimientos y habilidades. Los países en desarrollo tienen que producir una masa crítica de trabajadores y técnicos altamente entrenados y con habilidades suficientes, capaces de iniciar y sustentar una trayectoria dinámica de desarrollo para participar exitosamente en la sociedad del conocimiento”. Indica que muchos países en desarrollo son ricos en materia prima y productos básicos, pero que tradicionalmente exportan esas riquezas sin añadirles conocimiento: “Deben buscar y añadir valor a los productos primarios antes de comercializarlos; de esa manera podrán maximizar los beneficios de esos bienes y al mismo tiempo crear empleo, una economía basada en el conocimiento y la riqueza”. Un panorama similar se presenta en la biotecnología. Refiere que a pesar de que muchos países en desarrollo son ricos en recursos biológicos, este multibillonario sector ha sido manejado o dirigido casi exclusivamente por el sector privado de los países industrializados. “Para competir de manera efectiva en la economía global, los países en desarrollo deben educar y capacitar su fuerza de trabajo. Así, además de desarrollar estrategias de propiedad intelectual, deben invertir en la educación de su gente y encontrar un medio de revertir la fuga de cerebros de la clase más educada y capacitada de esos países. De hecho, la recomendación número 39 del Programa para el Desarrollo solicita a la OMPI asistir a los países en desarrollo a conducir estudios sobre la fuga de cerebros”, indica. Activos de propiedad intelectualLos países en desarrollo también tienen que desarrollar estrategias para generar activos de propiedad intelectual, tales como más patentes valiosas y nombres de marcas. Onyeama informa que en el año 2000 las licencias de propiedad intelectual tuvieron un valor estimado de US$100 billones a nivel mundial. “Los activos intelectuales son utilizados como precios, tasas y comercio. Si los países en desarrollo desean lograr un crecimiento económico, los activos de propiedad intelectual no pueden ser ignorados; en efecto, son la piedra angular del crecimiento económico”. Indica que éstos aumentan e intensifica las exportaciones con alto valor; atraen beneficios de la inversión extranjera directa; reducen la fuga de cerebros mediante el otorgamiento de incentivos y desarrollan marcas nacionales e identidad cultural. “Su belleza se encuentra en el conocimiento de que no son un capital intensivo, de modo que la falta de recursos financieros no es una barrera para su creación”, concluye. Onyeama estuvo en el país invitado por la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual (ONAPI), en ocasión del décimo aniversario de esa entidad. PLAN NACIONAL DE PROPIEDAD INTELECTUALLa ONAPI inició en abril pasado una evaluación del sistema nacional de propiedad intelectual con la finalidad de desarrollar un marco estratégico en la materia a nivel nacional. Se trata de un proyecto piloto auspiciado por la OMPI, que se implementará en otros cinco países. “Esta iniciativa se ejecuta en el marco de la recomendación número 10 del Programa para el Desarrollo de la OMPI, que dispone ayudar a los Estados miembros a fomentar y mejorar la capacidad de las instituciones nacionales mediante el desarrollo de la infraestructura y de otros servicios, para que sean eficaces y logren un equilibrio adecuado entre la protección de la propiedad intelectual y el interés público”, explica Josefina Aquino, consultora de la OMPI y responsable del proyecto en el país. Refiere que los principales objetivos del mismo son evaluar el estado actual del sistema de propiedad intelectual, identificar y movilizar a las partes involucradas en la formulación de una estrategia nacional sobre propiedad intelectual; y formular, en consulta con las autoridades y las partes interesadas pertinentes, un plan nacional sobre Propiedad Intelectual para ser implementado por el gobierno. El mismo deberá estar listo en octubre próximo.