ENFOQUE
China continental amplía su presencia económica en África
EN ZIMBAWE CULTIVAN VEGETALES Y FRUTAS Y EXTRAEN MARFIL PARA EUROPA
SANTO DOMINGO.- La antigua África, la casa original del hombre, ha sufrido como ninguna región del mundo la explotación despiadada de esclavistas y conquistadores. Los primeros se robaron sus gentes y luego expoliaron sus tierras y sus minerales. Pese a ese fenómeno de abyecta esclavitud y explotación, el África subsahariana es todavía una de las regiones más ricas en potencial minero y otros recursos naturales. Posee, además, una de las reservas de agua fresca más grande de la Tierra.
Pero como consecuencia del fin de la llamada Guerra Fría entre la antigua Unión Soviética y los Estados Unidos, la región quedó rezagada en cuanto a atención de las potencias occidentales como Inglaterra, Francia y especialmente Estados Unidos.
Entonces emergió ñno inusitadamente, pero sí constantementeñ la inversión china en la región que ha estado incrementándose en la última década hasta llegar a constituir un negocio que mueve más de 40,000 millones de dólares, según estimaciones recientes.
Unas 800 empresas estatales chinas se ocupan de los negocios del emergente gran gigante asiático que importa el 25% de petróleo que necesita solamente de Sudán y del Golfo de Guinea.
La presencia económica y política china en África cobra en estos momentos especial significación frente a la crisis financiera mundial y a la preocupación de gobernantes de la región quienes han advertido en Londres, el lunes pasado, “que gran parte del continente puede ser arrastrado hacia el conflicto y la violencia, si no recibe ayuda para superar la actual crisis económica mundial”. Los gobernantes africanos hicieron su exposición al primer ministro inglés Gordon Brown.
Si occidente no refuerza y recompone en términos más realistas su asistencia al África, ahí quedará China invirtiendo en hierro, cobalto, bauxita, petróleo, y en todo yacimiento de metal que convenga a su economía.
Si bien China ha sido criticada por haberle construido una mansión de 9 millones de dólares y techada con losas de cobalto azul al discutible Robert Mugabe, de Zimbabwe, no es menos cierto que más de quince mil médicos asiáticos han dado asistencia, en los últimos quince años, a unos 180 millones de personas afectadas por el sida.
Así también la Corporación China de Carreteras y Puentes se encarga de la construcción de la infraestructura vial que se está reabriendo en el continente negro y cuya inversión se cree que llegará a una considerable cantidad de millones cuando se calcula en dólares.
Tercera potenciaSe estima que China ya es la tercera potencia económica mundial al haber desplazado a Alemania y no se descarta que para el 2030 haya sobrepasado la producción de los Estados Unidos cuya economía se calcula en 15 trillones de dólares (un trillón es un millón de millones) y que incluso pudiera crecer aún más cuando supere los efectos actuales de la crisis.
China sigue la política de negociar, ayudar e invertir, sin cuestionar los regímenes con los que trata. Así defiende su derecho a ayudar y negociar petróleo a Sudán, cuyo presidente Al Bachir, ha recibido una orden de arresto del Tribunal Internacional de Justicia por crímenes contra la humanidad en el caso de los refugiados de Darfur, una región al sur del país en donde existe un viejo conflicto. No inmiscuirse en la política social, económica o ambiental de los países con los que trata, es una línea definida del gobierno chino, pero considerada irresponsable por ONGs que denuncian los gobiernos despóticos de muchos de los países de África.
China también tiene un amplio acuerdo con Mugabe. Es en Zimbawe donde cultivan vegetales, frutas y extraen marfil que suministran a Europa y otros lugares del mundo.
Las fuentes chinas dicen que su política exterior es “pragmática y gradual”, y se fundamenta en la aceptación de la globalización económica, el rechazo de la globalización política y la adopción selectiva para atraer inversiones capitalistas y proceder a la conquista de los mercados meridionales.
Para ello China refuerza su política exterior y comercial con una estrategia indirecta que evita la confrontación, no la competencia, con los Estados Unidos y Europa Occidental.
Dicen que al contrario de Washington, que sigue fundamentando su concepción en las relaciones internacionales en las fuerzas militares, alianzas y la desconfianza hacia los organismos multilaterales, en particular la ONU, los asiáticos buscan estabilizar sus negocios sin darle especial peso político. Al menos por ahora.
La parte fea de ChinaAparte de la ya citada indiferencia china por el medio ambiente y los derechos civiles que violan algunos de sus clientes, a la gran potencia asiática se le endilga buscar un “nuevo colonialismo” del viejo continente africano, a la par de succionar sus reservas minerales de metales estratégicos indispensable para la tecnología moderna.
La parte buenaPara el otoño de 2006 China saltó al tercer lugar como socio comercial de África -vista como un todo- sólo detrás de los Estados Unidos y Francia.
Además, los resultados de la economía de la región alcanzó el 7% de crecimiento en el 2007, cifra considerable que no habría sido posible sin la asistencia de China, especialmente interesada en aplicar una inversión global que atienda las graves necesidades de la población africana, sin dejar de tener en cuenta la estrategia del comercio chino que suple una gama de productos como ropa, zapatos y enseres del hogar.
Los especialistas africanos estiman como “muy conveniente las inversiones chinas, porque aportan “nuevas y modernas infraestructuras como hospitales, escuelas, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, edificios gubernamentales y esfuerzo especial en el acceso a la tecnología.
En este sentido China ofrece la oportunidad de que los africanos elijan entre sus propuestas y las de las potencias occidentales cuyos resultados no han resultado satisfactorios para la región.
El Programa Económico de Ayuda (PAE) de Occidente contribuyó “al debilitamiento de los Estados, la desindustrialización, la dependencia, el exacerbo de los conflictos internos, la privatización de los servicios y la disminución de la esperanza de vida”. Una pena.
INTENTO POR DESPLAZAR A LOS COMPETIDORESEn teoría, se dice, la relación China-África busca ser beneficiosa para las partes y eso ubica ese intercambio en la cooperación Sur-Sur.
China quiere la mayor influencia posible e intenta desplazar a sus competidores en el área, pero nadie todavía puede decir que se intente establecer un mecanismo de dominación. La cooperación y el beneficio mutuo es lo que alega China, pero occidente mira con recelo y teme que los hechos demuestren que no sólo se trata de “nuevos socios”, sino que la balanza se incline hacia una definitiva dominación china del África.
Mientras, la inversión china en África es insustituible y definitivamente vital para la esperanza de mejoramiento económico de la región, incluyendo los programas de salubridad, comunicaciones terrestres y telefónicas, desde luego, la infraestructura educativa en todos sus niveles desde las primeras enseñanzas hasta la universidad. China ha entrenado a más de 15,000 africanos en distintas disciplinas con becas en el continente asiático, en los últimos años.
Las naciones africanas lastran las peores cifras en la salud pública del mundo, pese a tener los metales más preciosos sobre la tierra.Oro, diamantes, cobalto, níquel, bauxita, hierro y especialmente petróleo salen de las entrañas de esa tierra poblada por las personas más empobrecidas del mundo.
Necesitan una reorganización fundamental de su vida más allá de los esquemas ideológicos o las diferencias comerciales. Occidente y China no deben expresarse en términos rapaces entre esos seres humanos blasfemados por la explotación más inmisericorde y la esclavitud de antaño, sino ayudarlos mediante un programa basto e integral a vencer la modorra que los mantiene al margen del desarrollo sostenido. ¿Llegará el día?.