CRECIMIENTO URBANO

Río Ozama debe ser mayor reto urbano del gobierno

EN 150 KM2 ESTÁN LAS FUENTES ACUÍFERAS QUE PROVEERÁN DE AGUA A SANTO DOMINGO

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Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo

Urbanistas, arquitectos y defensores del espacio público consideran que sanear el río Ozama, recuperar sus márgenes y rescatar el Cinturón Verde de Santo Domingo debería convertirse en el reto ecológico y urbano más importante del Gobierno debido a que en esta zona se encuentran los acuíferos de donde saldrá el agua de la ciudad para los próximos 200 años. 

Eugenio Pérez Montás y Rafael Tomás Hernández, desarrolladores de los más grandes proyectos urbanísticos de la ciudad en los últimos 40 años, coinciden en que el poco interés gubernamental y la falta de continuidad de los planes adoptados con estos fines han sido la causa de que hoy día más de 25 mil familias continúen residiendo en las márgenes del cuarto río más importante del país y contaminando sus aguas. 

Pérez Montás sugirió que debe adoptarse un proyecto conjunto que afronten todos los ayuntamientos que influyen en el río y la Secretaría de Medio Ambiente a través de un programa diseñado específicamente para defender el Cinturón Verde, cuyo territorio se ha reducido a la mitad desde su creación en junio de 1993. 

Tanto Tomás Hernández como Narciso Guzmán, director de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), consideran que una posible solución sería retomar el plan estratégico que hace años prevé la construcción de una avenida que sirva de frontera física entre el río y los moradores. 

Sin embargo, dice Tomás Hernández, esto amerita hacer cirugía urbana y no todos los gobiernos quieren asumir ese riesgo. 

“Algún día se va a entender el esfuerzo que representaba hacer una cosa de esas y dejar a la gente contenta. Llegar a tu casa y decirte que tu casa se va y que estamos planeando hacer una avenida es una de las cosas más grandes del mundo. Eso es duro. Entonces eso a los políticos no los ayuda, lo que ayuda en política es sacar los dientes, reírse y decir que todo está bien”, dice Tomás Hernández. 

BASURA DE NADIE

Nadie se atreve a dar una cifra exacta de cuánto se llevaría sanear el río Ozama y el Isabela -que sirven de límites norte y oeste del Distrito Nacional- y sus afluentes Arroyo Hondo y Arroyo Manzano. 

Lo que sí dicen los ecologistas es que hacerlo será el mayor logro ecológico y urbano no de éste, sino de cualquier gobierno. 

El Ozama, dice el especialista en ecología Eleuterio Martínez, “tiene tanta o más historia que todos los monumentos de la Zona Colonial juntos”. 

La contaminación de sus aguas y la arrabalización de sus márgenes, sin embargo, amenaza hoy el centro histórico de Santo Domingo. 

En nueve barrios de la ciudad existen cañadas que contaminan sus aguas y la fragmentación de Santo Domingo ha agravado el problema, que se torna insufrible en la desembocadura del río, justo donde se levanta Sans Soucí, un proyecto turístico que maneja inversiones a largo plazo de aproximadamente 250 millones de dólares y una vez terminado cambiará el rostro urbano de la ciudad de Santo Domingo. 

Aunque la empresa se encarga de manejar los sólidos que llegan hasta la desembocadura, entiende que se trata de un problema que va más allá, incluso, de su saneamiento. 

“Es una cantidad de basura muy grande que no viene con tickets que indique si es del Distrito, de Santo Domingo Norte o Santo Domingo Este, simplemente hay que sacar la basura”, manifiesta Luis Molina, director ejecutivo del proyecto Sans Soucí. 

Entre 2005 y 2006, la empresa retiró más de 400 mil toneladas de desechos sólidos del fondo del Ozama como parte del saneamiento del río para recibir buques de gran calado. Al respecto, Pérez Montás dice que, debido a la fragmentación de la ciudad, “hay cinco ayuntamientos que intervienen en el cinturón verde y el pastel está dividido que ahora resulta que nadie es responsable”.

CADA VEZ MÁS FAMILIAS 

En el año 2007, como parte del Plan de Acción Coordinada Interinstitucional para la Re- Estructuración Social-Económica, Urbana y Ecológica de los Barrios Marginados que bordean los ríos Ozama e Isabela en la ciudad de Santo Domingo (Plan RESURE), fueron identificadas alrededor de 2,000 familias que aplicaban para ser reubicadas. 

El plan se perfilaba como el proyecto de la equidad y sería coordinado por el Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, CONAU, que fue disuelto este año y sus proyectos pasaron a formar parte de la Secretaría de Economía y Planificación. 

Durante una ponencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en agosto pasado, el director técnico del Conau, Omar Rancier, reconoció públicamente que los proyectos de reubicación de familias no se han ejecutado por falta de voluntad política. 

LA MIGRACIÓN 

Para el agrimensor y estudioso del urbanismo local Juan Antonio Villar-González, miembro del Colegio Dominicano de Arquitectos, Ingenieros y Agrimensores (CODIA), las autoridades deberían aprender de los errores del pasado. 

Insinúa que la migración del campo a la ciudad ha sido la causa principal de la arrabalización de las márgenes de los ríos Ozama e Isabela y que la misma, de haber sido contemplada en el gobierno de 1966, habría evitado la situación actual. 

“Si tú le dices a un campesino que viene al pueblo ‘porque viniste al pueblo te voy a dar una casa’ ya todos los campesinos que están en el campo van a emigrar a la capital. Se sacó a la gente que vive en el río y se le hizo un proyecto llamado Las Caobas, en Herrera, y qué pasó, que toda la gente se fue a la margen del río Ozama para que le den casas”, dijo a LISTÍN DIARIO. 

Recuerda que en los años 1987-88, en las márgenes del Ozama vivían alrededor de 5,000 familias. “En ese momento debió evitarse la migración, porque en los años 97-98 teníamos 11,000 familias y ahora vamos por más de 23,000. Son maldades que se le hacen al sistema”, dice. 

CINTURÓN VERDE 

Contaba con 150 kilómetros cuadrados para 1993, cuando se emitió el decreto de su creación, el 183-93.Hoy se estima que alrededor de la mitad de sus áreas han sido privatizadas y el resto está contaminado. 

Según el arquitecto y urbanista Eugenio Pérez Montás, el Cinturón Verde fue “el invento que se ingeniaron los técnicos del gobierno de Balaguer para sanear el Ozama”.

“Pero el Cinturón Verde se lo están comiendo las invasiones y la Secretaría de Medio Ambiente no tiene poder para controlarlo. Iba a llamar al nuevo secretario para ofrecerle mi colaboración gratuita…”, dijo.