RELIQUIAS
Museo del Hombre busca recuperar piezas del patrimonio dominicano
UN TRIGONOLITO QUE PUEDE VALER HASTA 80,000 EUROS FUE LOCALIZADO EN GALICIA, ESPAÑA
SANTO DOMINGO.- Un mensaje a principios de año puso en aviso al Museo del Hombre Dominicano (MHD) sobre el hallazgo en Galicia, España, de casi dos mil piezas arqueológicas provenientes de varios países de América Latina y valoradas en casi 80 millones de euros. Entre esos objetos se encontraba un trigonolito precolombino (ídolo de piedra de tres caras) originario de República Dominicana, que llegó no se sabe cómo a la península ibérica, donde fue mostrado junto con las demás reliquias en una exposición de cuatro semanas, en junio de 1997, antes de ser puestas a la venta en una transacción ilegal que nunca llegó a concretarse. La colección duró diez años escondida en un almacén de mudanzas ubicado en Santiago de Compostela, hasta que la policía española dio con ella por causalidad. “El Museo está en vías de recuperar esta pieza, pero las gestiones se han demorado. Ahora me han dicho que toda la colección se encuentra en Alemania”, dijo a LISTÍN DIARIO Juan Rodríguez Acosta, director general del MHD, que fue quien reconoció entre los objetos robados el trigonolito, en una fotos que envió la Interpol a Santo Domingo. La diligencia que realiza el Museo del Hombre Dominicano para recuperar el objeto que bien puede llegar a valer hasta 80,000 euros, es el más reciente esfuerzo que llevan a cabo las autoridades para reponer parte de la riqueza patrimonial dominicana. En 1996 el Museo del Hombre Dominicano recuperó tres vasijas antropomorfas de madera en una operación realizada en una galería de arte en Nueva York, EEUU, y tres años antes el Museo rescató otra vasija, ésta elaborada en hueso de manatí. Las acciones de las autoridades están sustentadas, según la subsecretaria de Patrimonio Cultural Lourdes Camilo de Cuello, en normas como la Ley No. 41-00, cuyo artículo 47, en su párrafo II, indica: “La Secretaría de Estado de Cultura realizará todos los esfuerzos tendentes a repatriar los bienes de interés cultural que hayan sido extraídos ilegalmente del territorio dominicano”. Millones cada añoEl coronel PN Rafael Cabrera Sarita, director local de la Interpol (organismo que ubica la venta ilegal de antigüedades entre las más rentables junto con el tráfico de drogas, armas y lavado de dinero, y que según el FBI mueve 5,000 millones de dólares al año), dijo a LISTÍN DIARIO que la base de datos de ese organismo se alimenta frecuentemente, y que el trabajo coordinado con la Dirección General de Aduanas es fundamental para enfrentar el tráfico ilícito de bienes arqueológicos al extranjero. El Museo del Hombre Dominicano ha reforzado los procedimientos para que todo arqueólogo o investigador principal que esté a cargo de alguna investigación en República Dominicana solicite primero un permiso de la entidad, y comunique luego su trabajo e informe final en un registro que supervisa la institución. Según la legislación vigente, todo bien arqueológico localizado en territorio dominicano es propiedad del Estado, y todos los materiales arqueológicos producto de investigaciones prehispánicas e indohispánicas deben ser depositados en el Museo del Hombre Dominicano, las que sean producto de investigaciones coloniales o republicanas en la Oficina de Patrimonio Monumental, y las que sean producto de una investigación subacuática en la Oficina de Patrimonio Cultural Subacuático. No obstante, una gran cantidad de objetos se pierde en un negocio ilícito que empieza con los saqueos en los yacimientos y termina en colecciones privadas dentro y fuera del país, muchas veces en importantes galerías alrededor del mundo. Recuperación“La mayoría de bienes culturales están en manos de grandes museos de países que de alguna manera tuvieron relación con otros como colonizadores”, dijo a LISTÍN DIARIO Nikauly Vargas, secretaria general de la Comisión Nacional Dominicana para la Unesco. En 1999, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura creó el Fondo del comité intergubernamental para fomentar el retorno de los bienes culturales a sus países de origen o su restitución en caso de apropiación ilícita. Gracias a este organismo, varias naciones han recuperado piezas de incalculable valor patrimonial. El caso más reciente fue la devolución por parte de Siria, en abril pasado, de antigüedades robadas en Irak después de la intervención militar de Estados Unidos. El mercado negro está también plagado de falsificaciones y según Jean Michel Montespan, un francés experto en la materia, hasta el 90 por ciento de las antigüedades que se comercian en todo el mundo es falso. La apreciación de Montespan, que estuvo de visita en el país procedente de África, trae a la memoria el caso de estafa arqueológica más memorable de la historia dominicana. En 1969, Benyí Mosquea, un excavador que trabajó en la Universidad de Santo Domingo, fue acusado de fabricar cientos de piezas arqueológicas que daba como originales y que supuestamente habían sido descubiertas en el yacimiento de Los Paredones, en el Distrito Nacional. “Los traficantes mezclan piezas auténticas con copias y las venden al mismo precio”, comentó RodríguezAcosta, director del MHD. Originales o falsificadas, el mercado negro sigue funcionando a sus anchas. En internet, por ejemplo, LISTÍN DIARIO encontró por lo menos dos anuncios que ofrecen “piezas taínas originales”, algunas con un valor de hasta 75,000 pesos, ambos en el Distrito Nacional. “Hay además influyentes huaqueros (nombre con el que se designa a los saqueadores de restos arqueológicos)”, comentó Rodríguez Acosta. En los recibidores de algunos grandes hoteles del país se exhiben reliquias arqueológicas y hasta el Museo del Hombre Dominicano recibe la visita de personas que, según su director, piden que se les certifique supuestas réplicas con el interés de conocer el valor real de la pieza para venderla más adelante. Una olla de barro auténtica puede valer en el mercado local entre ocho y diez mil pesos y una potisa (una pieza en forma de corazón) hasta cien mil. El valor monetario de los restos arqueológicos no se compara, sin embargo, con su valor patrimonial, como afirma Jorge Ulloa, arqueólogo del MHD, quien junto a Adriano Rivera, Petrucci Giovanni, Alicia Angeletti y Alfredo Coppa, de la Universidad italiana de La Sapienza, estudian desde julio del 2007 más de 35 asentamientos indígenas en la Cordillera Septentrional. El trabajo, que se extiende alrededor de Estero Hondo, entre el Atlántico y la Cordillera Septentrional, en el límite que separa a Monte Cristi de Puerto Plata, permitirá confirmar la coexistencia de taínos y macorijes, dos de las más importantes comunidades indígenas que habitaron la isla antes de la llegada de los españoles. El estudio también contempla la elaboración de un mapa de prospección arqueológica de toda la región que contribuirá al rescate del lugar del impacto del desarrollo turístico y del saqueo de restos precolombinos.