La República

UNIVERSIDADES ARROJARON ALTOS PORCENTAJES EN ENCUESTA

Maestros acosadores depredan en las aulas

POR CULTURA: En las sociedades machistas el hombre tiende a tratar de demostrar su masculinidad piropeando a las personas del sexo femenino. Hay piropos que son inofensivos, pero hay otros que de alguna forma pueden interpretarse claramente como acoso

Maribel de los SantosSanto Domingo

SANTO DOMINGO.- Una situación de alto riesgo en cada una de las actividades de grupo que realiza el hombre desde que se organizó en sociedad, lo constituye el acoso sexual. Generalmente las situaciones sociales o de convivencia establecen un orden jerárquico, es decir, hay personas con menos o más “poder” sobre otras. En una empresa existen diferentes tipos de puestos de trabajo, unos “superiores” que otros, respecto a la responsabilidad o la importancia de la función. Otro ejemplo sería la superioridad en fuerza física de una persona con respecto a otra, generalmente el hombre es superior en ese aspecto a la mujer. También la situación de acoso sexual se puede presentar en los centros de estudio, llámese colegios, escuelas, institutos o universidades, porque allí existe, como en todo el sistema humano, jerarquía. Es decir, en orden descendente primero está el director o rector, los funcionarios administrativos, los profesores y finalmente el alumnado. Estos dos últimos integrantes tienen más contacto unos con otros y es posible establecer una relación de confianza entre ellos. Allí, en las aulas, puede surgir una situación de acoso sexual. Las mujeres, las más afectadas“El acoso sexual es un tema muy sutil que tiene múltiples características”, explica el sociólogo Jesús Tellerías. Nos habla de que en términos culturales, en las sociedades machistas, el hombre tiende a tratar de demostrar su masculinidad enamorando o más bien piropeando a las mujeres. “El acoso es una espada de doble filo”, es decir, puede haber acoso de parte de los hombres como también de las mujeres”, dice Tellerías. El sociólogo explica que hay que delimitar lo que es el acoso sexual, porque no en toda la galantería está presente. “Entiendo que el acoso ocurre cuando se manifiesta una cierta presión, cierto chantaje o cuando alguien trata de obligar a otro, ya sea directamente o con cierta sutileza, para que acceda a un reclamo de tipo sexual”. No necesariamente tiene que estar envuelto el acto sexual propiamente, puede ser algo molestoso desde el punto de vista verbal. Por ejemplo, Tellerías explica que hay piropos que son inofensivos, pero hay otros que son vulgares y es cuando hay una vulgaridad que de alguna forma insinúa o dice claramente que hay una demanda sexual de por medio, que puede interpretarse como acoso, porque es entendido como persecusión. Generalmente se da una posición de ventaja, puede ser económica, de puesto o por tráfico de influencias, que la persona teme algún daño, o tendencia social. “El acoso es cuando hay un irrespeto a la dignidad de la otra persona independientemente de que sea masculina o femenina”, resume Tellerías. Los resultadosA través de una encuesta realizada por LISTÍN DIARIO en cinco de las universidades más pobladas y conocidas de esta ciudad para conocer el número de estudiantes del sexo femenino que afirman haber sido acosadas por un profesor en esos recintos, los resultados preocupan. La muestra aleatoria de cien estudiantes que estaban en lugares de esparcimiento en cada una de las cinco universidades visitadas, arrojó resultados de un 17, 14, 10, 6 y 5 por ciento de acoso sexual. Algunas organizaciones feministas apuntan al concepto de “si te molesta es acoso”. Así enmarcan el concepto de acoso sexual. Sin embargo, la percepción general de la mayoría de las mujeres que participaron en la encuesta es que no necesariamente una situación referente a la sexualidad que les moleste es un acto de acoso que conduce al acto sexual. Dónde recurrirLa mayoría de las universidades reciben este tipo de denuncias con los decanos o directores de facultades. La Universidad Autónoma de Santo Domingo tiene incluso un organismo especializado en este tipo de casos, de carácter ético y humano, se trata de la Comisión de Ética y Disciplina, que surgió hace cinco años, cuando se planteó la necesidad de un organismo de esta categoría para una población de aproximadamente 200,000 estudiantes. Alejandro Pichardo, quien preside esa comisión, además de ser el vicerrector docente de la universidad, es quien recibe las denuncias de carácter humano, desde la facultad a la cual pertenece el denunciante. Por ejemplo, si un profesor tiene cualquier tipo de maltrato con un estudiante, ya sea obligarlos a comprar un material bibliográfico en beneficio propio o asistir a una actividad fuera de lugar, o viceversa, si el profesor tiene una queja en contra de un estudiante. Según Pichardo, cuando algunas de estas dos entidades recibe una denuncia de acoso sexual, se procede a realizar una investigación para conocer el expediente, se procede a escuchar ambas partes y conocer las quejas, para después emitir una resolución que luego se lleva al Consejo Universitario. Pichardo opina que en la UASD no hay un “problema” de acoso. “El acoso sexual no constituye en esta universidad un problema, porque esta es una institución horizontal y abierta, con grupos estudiantiles activos que exigen constantemente sus derechos”, expresó. “A mí me pasó”Al poner “sobre el tapete” el tema del acoso sexual por parte de los profesores en la universidad primada de América, es para las estudiantes, como si se hablara de beisbol. El tema es tan común como la docencia misma y no más de una se expresa respecto al tema como un “cuento viejo”. “Que el profesor sostuvo la mano del “muerto” en la clase de Patología y con ésta a su vez agarró el trasero de la estudiante, quien se quedó “dura” como un palo de escoba”, relata un grupo de muchachas pertenecientes a la facultad de Ciencias de la Salud en la UASD. Otra cuenta que tuvo que “hacer pasarela” en la clase como si fuera modelo de ropa, porque el profesor se lo pidió. Y así hay múltiples anécdotas que son conocidas por muchos aquí. Una de ellas contó la suya, Luz, quien prefiere dar testimonio usando su seudónimo, tiene veintidós años y estudia periodismo en la UASD. Este es su relato: “Una tarde me presenté como cada sábado a la clase de 12:00 a 4:00, y al entrar al aula en busca de un lugar para sentarme el maestro me llamó a que pasara al frente. De pie frente a todos mis compañeros el profesor me empezó a enamorar, diciendome “es usted una niña muy linda, le queda muy bien esa blusa, y ese pantalón...” agregó otras palabras que me ruborizaron y sentí que me faltaba el respeto. “Mi error estuvo en que no supe cómo reaccionar y sólo me senté en un lugar que no quedara muy cerca de él”. “En las demás clases trataba de no tener mucho contacto con el profesor, hasta que terminó la asignatura”. “Nunca denuncié la situación puesto que tengo la idea de que eso no soluciona mucho, pero estoy consciente que esa forma de faltar el respeto no es sólo a mí, muchas de mis compañeras también han pasado por eso y con ese mismo profesor”. Otra historia la contó “Laura” de veintidós años, estudiante de Utesa: “Cuando fui a entregar el segundo parcial, porque ya había terminado de llenarlo, el profesor me secreteó que si hacía el amor con él, pasaba la materia. Me limité a mirarle con desprecio y... me fui. Lo denuncié ante la Rectoría, pero fue la guerra del huevo y la piedra. Pero por esa denuncia pude pasar de curso, pero con nota “C” porque me quitó diez puntos sin motivo alguno.” El concepto de acosoLe preguntamos a una estudiante universitaria si alguna vez había sido acosada sexualmente. La joven vaciló un momento antes de expresarse y dijo: “Puede ser.., defíname la palabra ‘acoso’.” El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define a aquel que acosa como “el que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona, cuando quien lo realiza se halla en posición de superioridad respecto de quien lo sufre.” Algunas organizaciones feministas de carácter internacional definen también como “acoso” a la situación no deseada relacionada con la sexualidad de una persona en la que se atenta contra la dignidad de ésta y por medio de la cual se crea un ambiente humillante o intimidatorio. Y declaran “Si te molesta es acoso”, clasifican los niveles de acoso desde el “acoso sexual leve” hasta “acoso sexual muy fuerte”. “Arma de doble filo”Famosa es la historia en la Escuela de Comunicación Social de la UASD de un profesor, que también era escritor, muy conocido en el ambiente literario y autor de varios libros relacionados a la comunicación social que aún se utilizan como material de apoyo en algunas universidades, que por acusaciones de acoso sexual fue expulsado por el consejo estudiantil de esa época.El caso más reciente conocido es la expulsión de un profesor del Liceo Experimental Amelia Ricart Calventi de la UASD, durante la sección extraordinaria número 2007-010, celebrada el miércoles 30 de mayo de 2007 por el Consejo Universitario.El vicerrector docente declaró que esta persona, aprovechando su condición de profesor, quiso obtener favores sexuales de una de las estudiantes, según lo que se planteó en el consejo. “Se hizo la investigación de lugar porque esta es una universidad democrática que respeta los derechos de todos sus integrantes”, declaró.DeclaraciónEste docente, quien afirma haber impartido durante dos años, fue abordado por LISTÍN DIARIO para obtener declaraciones.El ex catedrático se expresó brevemente acerca de la prensa “como un arma de doble filo” que podría perjudicarle en vez de beneficiarle, por lo que se reservaría el derecho de opinar.“Mi caso no es el mejor ejemplo para hablar de una situación justa porque el juicio lo llevaron a la fiscalía y no se encontró prueba alguna”, explicó a este diario.El ex profesor también declaró que las autoridades correspondientes de la UASD no le avisaron de su expulsión y que se enteró por vía de la prensa, lo que Alejandro Pichardo, vicerrector docente, calificó como una declaración incierta ya que la investigación previa a una resolución de este tipo, incluye la declaración de ambas partes.El vicerrector explicó que la joven denunciante es hija de un empleado de la universidad.REFLEXIONESDiferentes puntos de vista“Creo que toda mujer acosada debe denunciarlo porque si no, ella también es responsable de lo que le pase”. Estudiante de medicina, 24 años. 11vo. Semestre“Entiendo que en la UASD las autoridades no regulan la actitud de los profesores y en algunos casos se hacen de la vista gorda”. Estudiante de comunicación, 20 años, 6to. Semestre.“Pienso que esta universidad tiene que evaluar a todos los profesores, ya que algunos se dan el lujo de venir a clases con un ‘jumo’, acosan a las estudiantes, las maltratan e insultan, un ejemplo es la Facultad de Artes...necesitamos que nos ayuden a denunciar la falta de pedagogía que tienen algunos”. Estudiante de término de publicidad, 25 años.“Creo que cada profesor o cualquier otra persona que acose debería ser sancionado, pero nos damos cuenta de que ésto seguirá sucediendo. Muchas nos callamos para evitar la vergüenza.” Estudiante de medicina, 19 años, 3er semestre.“Es de mucha lástima la situación que se está viviendo con respecto a esto, ya que algunos profesores creen que esto es un cabaret, no una universidad”. Estudiante de derecho, 21 años, 9no. semestre.“Yo tuve que retirar una materia porque el profesor amenazó con quemarme si no salía con él”. Estudiante de educación, 23 años, séptimo semestre.“Todo depende de la persona, porque si tú te defiendes y le pones las cosas claras, no creo que quiera arruinar tu carrera”. Estudiante de Administración. 19 años, 6to semestre.“Deberían evaluar mejor las conductas de las personas que van a ingresar como profesores ya que hay quienes sufren de acosar permanentemente”. Estudiante de Comunicación Social, 24 años, 9no Semestre. “LA OTRA CARA DE LA MONEDA”“La muchacha me esperó en el estacionamiento junto a mi vehículo al terminar la última de mis clases y me dijo: Profe, usted me gusta mucho”. Entonces el profesor universitario pensó que la estudiante se refería a la forma de él impartir clases y le agradeció el gesto.La joven vaciló un momento y dijo: “No, usted no entiende, usted me gusta como hombre”. El docente reaccionó y le dijo: “Usted no a mí como mujer”.

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