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“La verdad” desde el Palacio de Bellas Artes, cuando agradecemos sonreír y reflexionar sin sentir culpa

Un montaje audaz, inteligente, atemporal, sarcástico, reflexivo y aleccionador, con la dirección de Pepe Sierra y las actuaciones de Frank Perozo, Nashla Bogaert, Hony Estrella y David Maler

"La verdad" tiene la dirección de Pepe Sierra y las actuaciones de Frank Perozo, Nashla Bogaert, Hony Estrella y David Maler.

"La verdad" tiene la dirección de Pepe Sierra y las actuaciones de Frank Perozo, Nashla Bogaert, Hony Estrella y David Maler.

Florian Zeller, un dramaturgo, guionista y director francés, le ha regalado a la escena contemporánea grandes obras. Una de ellas ha sido “La verdad”, un texto irónicamente cómico y, a la vez, irónicamente dramático.

La productora Bougroup, responsable de varias películas en el cine local, hace la transición al teatro y se estrena con este montaje audaz, inteligente, atemporal, sarcástico, reflexivo y aleccionador, con la dirección de Pepe Sierra y las actuaciones de Frank Perozo, Nashla Bogaert, Hony Estrella y David Maler.

“La verdad”, como lo dice su eslogan, es una obra sobre la mentira. Toda la trama gira en cómo se plantean aspectos éticos que ponen a prueba los valores como la amistad y la honestidad. Cuatro personas involucradas en una madeja de engaños, triquiñuelas y juegos mentales con los que cada protagonista procura jugar con la inteligencia de los demás, sin que el ejercicio ético tenga mucha cabida.

De las actuaciones, otorguémosle un reconocimiento especial a Frank Perozo, actor que nace en el teatro, que llega muy joven a la televisión y se instala cómodamente en el cine, siempre rodeado de éxitos comerciales, que, en esta producción, sin dejar a un lado el tinte comercial (no es redundancia), asume un rol protagónico imperdible, interactuando con los demás miembros del elenco, siendo la su Michael, una presencia recurrente en todas las escenas y, por qué no decirlo, una presencia necesaria: un hombre amado y odiado al mismo tiempo.

Frank Perozo y Nashla Bogaert juntos de nuevo, esta vez en "La verdad".

Frank Perozo y Nashla Bogaert juntos de nuevo, esta vez en "La verdad".

Nashla, como Alice es fuego, sensualidad, perdición y, a la vez, la representación del valor de la verdad que se persigue en toda la obra. Su personaje se resiste a ser estereotipado. Ella se niega a ser “la mala” desbarata matrimonios. Sabe muy bien que lo está haciendo mal y tiene cargos de conciencia.

Nashla, la actriz, defiende su presencia en escena. Cuida sus apariciones. Reconoce que es un símbolo sexual al que procura aportarle contenido, credibilidad y seriedad, para evitar ser encasillada. Digamos que lo ha logrado.

Hony tiene poco que demostrar en el teatro. Sus dos últimos monólogos, “Luz rabiosa” y “Pórtate bien” (esta última por fin la vi hace un par de semanas en su reposición en Chao Teatro y en verdad confirmamos el potencial como actriz y “show woman” que hay en ella, capaz de desdoblarse en lo que ella quiera, en respetar los trabajos que hace, en desmontar prejuicios de mujer bonita con poco cerebro o con personaje de televisión que va al teatro a hacer carrera.

Su esencia es ser actriz. Ojalá se siga preparando y mejorando técnicas y estudiar clásicos y seguir apostando a la excelencia y a la permanencia).

Paréntesis aparte, Hony en la obra es Laura. En apariencia, la mujer enamorada, fiel y abnegada esposa de Michael, es quizás la gran sorpresa. Es un personaje que experimenta matices de manipulación, de sufrimiento y hasta de emancipación. Vemos a la representación de la típica ama de casa, de toda madre que prepara las comidas del marido y los hijos, cuida su casa, está pendiente de los detalles y entrega su vida en función del bienestar de quienes la rodean. ¡Vaya sorpresas las que nos llevamos!

Maler es Paul. Si lo revictimizamos, nos perdemos la oportunidad de contemplar cuál persuasivo y maquinador es este hombre. Es el mejor amigo de Michael y el marido de Alice. Representa la calma, la sangre fría, la ecuanimidad y lo maquiavélico de los cuatro personajes que intervienen en “La verdad.

Como actor, nos sorprendió. Maler, la pareja sentimental de Nashla en la vida real, siempre nos ha dado personajes de “bonitillo” en el cine y, por predisposición natural, a los “bonitillos” les tenemos muy poca confianza. En esta obra sale a flote. Nos tapó la boca. Lo agradecemos.

Un actor a quien me he permitido describir como el mejor de su generación, Pepe Sierra, asume el rol de director. Nunca decepciona. Logró un impresionante ensamble de actores, al que sacó puros dieces en las actuaciones. Ah, pero no conforme, hace una actuación especial en la obra. Una aparición digna de admiración. Es que su presencia en escena, sea de una hora, o de 3 minutos, es un privilegio para los sentidos. Es un homenaje en drama y en comedia. Pepe es impresionante. Así de simple.

La escenografía de “La verdad” debería tener un capítulo aparte. Si éste no ha sido el trabajo más complejo de Fidel López, debe estar en el top 3 de ellos. Seis diseños de escenografía para siete escenas: moverlas, armarlas, lograrlas. ¡Bravo!

La obra continúa este fin de semana del 31 de enero, al 1 de febrero, en la sala Máximo Avilés Blonda, del Palacio de Bellas Artes. 

Es teatro comercial (no nos hagamos los tontos), pero es teatro comercial de calidad, con un guión cómico, dramático, intenso y que invita a la reflexión. No todo está perdido.