CRÍTICA
“Fotos de señoritas y esclusas”: teatro audaz en clave de humor negro
El teatro local tiene en gente como Francisco Vacu, Marcos Grullón, Madison Díaz, Ann Mercedes, Albania Peña y Madeline Abreu la certeza de que en buenas manos queda el pandero
¿Emergentes? Pero si del elenco quien menos tiempo de carrera tiene debe andar por los 10 años en la profesión. Lo importante es que son jóvenes, talentosas y talentosos, con una visión conceptual del teatro y un compromiso total con lo que hacen y con el trabajo que van a presentar al público.
Más o menos ésta es la premisa global que podemos hacer del director, las actrices, el actor y todo el equipo que se involucró en la puesta en escena de la obra “Fotos de señoritas y esclusas”, que se presentó el fin de semana pasado en la sala La Dramática, del Palacio de Bellas Artes.
Los del repertorio se apoyaron en un texto nutrido de simbolismos, de metáforas, de indirectas sociales y, sobre todo, de análisis o crítica de la conducta humana escrito por el argentino Arístides Vargas, logrando una composición redonda de puesta en escena y actuaciones atinadas.
El teatro local tiene en gente como Francisco Vacu, director (asistido por Iyidra Valera); Marcos Grullón, Madison Díaz, Ann Mercedes, Albania Peña y Madeline Abreu y, claro, muchas y muchos más, la certeza de que en buenas manos queda el pandero.
“Fotos de señoritas y esclusas” es una pieza para ser contada, como ha sido el caso, en tono exclamativo. Para darle el tratamiento de obra oscura, de ambiente surreal, de interpretaciones proclives a la exageración, al dramatismo más exasperante, con bastante afectación y, sin embargo, irónicamente, cada dosis está atinadamente bien administrada. Acerándose bastante al estilo barroco característico del dramaturgo. Chapó.
La trama: cuatro viejas amigas, cada una con personalidades muy distintas, cada cierto tiempo se reúnen para recordar vivencias de sus mejores años de juventud, en medio de ironías, sarcasmos, inseguridades y maldades disfrazadas de sinceridad, descubren, por medio a una fotografía, que no existen tantos lazos que las unen o, quizás sí, pero que estos están bordados por un hilo muy delgado que cualquier develación puede terminar de romperlos.
A Madison, Madeline, Ann y Albania las acompaña Marcos y entre las cuatro actrices y el actor, los personajes crean una atmósfera atemporal en el contexto más contemporáneo. En fin, que esta pieza es una amalgama de símbolos y tendencias artísticas que bien podría ser tomada como referencia.
Nos gustaría saber, aunque debí preguntarlo, si las asincronías del perseguidor y ciertas escenas, correspondían a fallos de la consola de iluminación de la sala o a recursos “innovadores” de la parte técnica de la producción. Espero que haya sido la última opción.