Teatro

SOBRE LAS TABLAS

Un elenco de lujo de nueve actrices dominicanas en "La casa de Bernarda Alba"

Elvira Taveras, Isabel Spencer, Johanna González, Nileny Dippton, Judith Rodríguez, Paloma Palacios, Lía Briones, Mary Gaby Aguilera y Wendy Alba componen la obra dirigida por María Castillo

Escena del montaje teatral "La casa de Bernarda Alba", que se presenta en la Sala Manuel Rueda en el Parque Iberoamérica.

Federico García Lorca fue un genio del drama. Sus textos teatrales son una conjugación exquisita del folklore rural de la España de principios del siglo XX y una apología perfecta al romanticismo, las creencias y la cultura de su época.

Esa misma intensidad que refleja su teatro, sobre todo, el que infunde a mujeres fuertes, poderosas, “empoderadas” y que han sido tantas veces interpretadas por el teatro hispanoamericano durante décadas, ha sido asumida por el reparto de la más reciente versión de uno de sus grandes clásicos, “La casa de Bernarda Alba”, por un, grupo de actrices dominicanas, dirigidas por María Castillo, bajo la producción de Fidel López.

Este trabajo coral presentado el pasado fin de semana en la Sala Manuel Rueda, de la Escuela de Bellas Artes (al lado del Conservatorio Nacional de Música) cuenta con las actuaciones de un elenco de actrices de lujo: de Elvira Taveras, como Bernarda; Isabel Spencer, como La Poncia; Johanna González, como La Criada; Nileny Dippton, como Angustia; Judith Rodríguez, como Martirio; Paloma Palacios, como Magdalena; Lía Briones, como Amelia; Mary Gaby Aguilera, como Adela y Wendy Alba, como María José/La Abuela.

Asistir ante semejante despliegue de talento, compromiso, respeto al público y a un texto sin desperdicios, despierta en el auditorio esa sensación de agradecimiento por lo que se ve, por lo que se le da, comparado a lo que sienten los comensales cuando se les invita a un banquete donde se sirven los mejores platos.

“La Casa de Bernarda Alba”, escrita por el poeta y dramaturgo Federico García Lorca en 1936, se presentó a casa llena en la Sala Manuel Rueda de la escuela de Bellas Artes,

Volvamos al elenco. Nueve mujeres han sido convidadas por Fidel y María para interpretar tanto a la temperamental Bernarda, como a sus cinco hijas, a la ama de llaves, a la sirvienta de la casa y a la demente abuela y, dijeron que sí. 

Salvo el caso de Mary Gaby, a quien (al menos yo) no conocía hasta entonces y que devino en una impresionante y agradable sorpresa, de las demás actrices hemos tenido la oportunidad de contemplar sus trabajos y todas, sin lugar a dudas, han demostrado de qué madera están hechas.

Como no estuvimos presentes en los procesos de lectura de libreto, asignación de personajes, ensayos y demás, no podemos advertir si hubo allí guerra de egos (en todo caso, de María Castillo, la directora, volvió a demostrar que sus años en escena, actuando y dirigiendo, han valido la pena, con esta puesta en escena de antología), o, si en cambio, ejercitaron esa sororidad de la que tanto se habla en los discursos feministas y, parece que la última opción fue la que primó. 

Se comprobó en la puesta en escena limpia, cómo marcaban los pasos para dar pie al siguiente parlamento, cómo se apoyan la una en las otras en las escenas fuertes y eso se hizo notar.

María Castillo, en la dirección general, y nueve mujeres, entre ellas Elvira Taveras, agotaron una hora y 15 minutos interpretando "La casa de Bernarda Alba", la obra cumbre de García Lorca, la cual se fragmentó en tres actos.

Pocas veces un elenco tan grande (de puras estrellas, digámoslo claro) discurre con tanta buena energía. 

Espero que no me dejen mentir, pues, quizás, el buen sabor de boca que me dejaron todas y cada una de las actuaciones ha obnubilado mi sentido crítico.

Del sincretismo cultural que se da en el texto de “La casa de Bernarda Alba”, a las cuestiones de índole social como el machismo (representado de modo figurado, pues no aparece ningún hombre en escena), los prejuicios, las opresiones de carácter sexual hacia la mujer de la época, todo queda reflejado en este montaje.

Quizás hubo interpretaciones que se destacaron más que otras, pongamos que por el tiempo en escena o lo extenso de determinados parlamentos, sin embargo, ninguna eclipsó a las demás. 

Desde la fortaleza y el carácter impenetrable de la temible Bernarda (Elvira), a la efusividad, desobediencia y rebeldía de Adela (Mary Gaby); pasando por el temple y la cordura de La Poncia (Isabel); la chispa y humor de La Criada (Johanna); o los conflictos emocionales y de sumisión de las demás hermanas: Angustia, Martirio, Magdalena y Amelia (Nileny, Judith, Paloma y Lía), hasta llegar a la demencia de La Abuela (Wendy), todo fue un perfecto puzzle en el que cada pieza juega un rol determinante.

“La casa de Bernarda Alba” continúa los días el viernes 12 y sábado 13 en la sala Manuel Rueda de las Escuelas de Bellas Artes, ubicada en la calle César Nicolás Pénson, al lado del Conservatorio Nacional de Música, en horario de 8:30 de la noche.

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