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ENTREVISTA

Miguel Alcántara: de Mao a Los Mina en un recorrido entre cine, televisión y teatro

“Fue impresionante para mí ver tantas casas pegadas una de la otra, las costumbres me espantaban, no tenía ni idea como la gente podía vivir así", recuerda sobre sus primeros días en la capital dominicana

Miguel Alcántara espera dedicarle más tiempo a la actuación, sobre todo en el humor de stand up, trabajo en el que también se ha destacado como escritor, pero para otros humorista.

Siempre con una sonrisa de oreja a oreja y un trato de caballero para todos, así hemos visto desarrollarse en el medio artístico a Miguel Alcántara, actor, guionista, productor de televisión y una de sus últimas virtudes ahora como "stand up comedy".

Su historia comienza en El Maizal, un campo de la provincia Valverde, en la Línea Noroeste, en donde vivió sus primeros años, en una casa de madera, que la rodeaba un inmenso patio, sembrado de frutas, en su mayoría mangos.

Al llegar a la entrevista a Listín Diario, sintió un olor característico suelen tener los periódicos, que le arrebató la nostalgia y lo llevó a sus 16 años cuando ya era ayudante de un fotógrafo y gracias a este primer empleo, ganó 5 mil pesos con los que pudo comprar su primera motocicleta, en 1991.

“Fui un campesinito muy inteligente. Mis padres se divorciaron cuando tenía diez años y a los 12 mi papá me trajo a vivir al barrio al barrio de Vietnam, en Los Mina, Santo Domingo Oeste, a casa de una tía”, relata.

Miguel se convirtió en el mayor de nueve hermanos, pues sus progenitores al divorciarse habían procreado tres hijos, y al contraer matrimonio con otras parejas, cada uno procreó tres hijos más.

“La mayoría de mis hermanos viven en Estados Unidos. Me llevo muy bien con todos. Fue una odisea para mí esa parte de tener tantos hermanos, pero sobreviví. Ahora ellos se sienten, todos muy orgullosos de mí”.

Cuando Miguel llegó a la capital sufrió un “shock cultural”, pues de haber crecido en un campo en donde las casas estaban distanciadas, los patios eran enormes, fue a residir a una humilde vivienda en donde las personas, prácticamente, compartían y vivían todas juntas. 

“Fue impresionante para mí ver tantas casas pegadas una de la otra, las costumbres me espantaban, no tenía ni idea como la gente podía vivir así, pero me fui acostumbrando poco a poco y hoy agradezco haber vivido en un barrio, porque de allí he podido sacar mucho material para mis personajes y los guiones, que más adelante me tocó escribir”, agradece.

Entrevista a Miguel Alcántara


LA ACTUACIÓN

Es con la llegada de los grupos teatrales como Califé y Gayumba, de Manuel Chapuseaux, que Miguel conoce, por primera vez, la actuación. Estas compañías teatrales se encargaban de formar, en los barrios grupos de teatro, un trabajo altruista, con el objetivo de brindarles a los jóvenes la oportunidad de conocer el arte y desarrollar algún potencial.

Miguel, con 16 años, cayó en una de estas células culturales que llevó por nombre grupo de teatro Arcoíris.

“Ser parte de estos grupos, compartir con los amigos, socializar, eso me ayudó enormemente y me enamoré del teatro. Estudié teatro gracias a una beca que me dio Manuel Chapueseaux, en Casa de Teatro y gané otra beca con el peruano René Pérez, para hacer unos talleres de producción de cine y ahí me enamoré del cine”, relata sin poder contener la risa.

Aún no había cumplido los 18 años y ya estaba matriculado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD; estudiando arte publicitario. 

La administración de la universidad realizó unos cambios en la carrera que no convencieron al joven, por lo que decidió, entonces, estudiar cine, carrera de la que sí se graduó.

“Hice teatro callejero por muchos años, sobre todo, trabajando en las actividades comunitarias. El teatro fue mi gran escuela porque me daban mucho texto para que leyera y me enamoré de la lectura, me encantaban las obras de Franklin Domínguez, eso me incentivó a escribir. Un libro que me transformó en la vida fue el de Roberto Marcallé Abreu, que se llama “Sábado después de la lluvia”, lo leí varias veces, ese libró me marcó bastante”, confiesa.

Miguel Alcántara es nativo de la provincia Valverde.

A LA TV

Su amigo, el cineasta Bladimir Abud, con quien estudió en la universidad, era asistente de Nuria Piera, es Abud que lo recomienda para trabajar como asistente de Nuria Piera, con quien solo duró tres meses trabajando. 

Recuerda que su cancelación llegó porque luego de un día de intensas grabaciones en San Francisco de Macorís, grabando los afectados por la intoxicación del desayuno escolar, al llegar a las 10:00 de la noche a la oficina, Nuria le pidió que le decodificara los 15 casetes, cada uno de 30 minutos. 

“Decodificar esos videos es describir lo que pasa en cada minuto para Nuria hacer el guion. Le dije que me iba a casa, regresaría a las 5:00 de la mañana y a las 9:00 de la mañana tendría el trabajo en su escritorio. Ella me dijo: - está bien, pues ve y descansa”.

Lo que no imaginó Miguel es que al llegar al otro día encontraría la carta de cancelación que le dejó Nuria con el guardia de seguridad. 

“Me volví a casa a costar de nuevo, pero fue una gran experiencia, y cuando la veo siempre lo comentamos con agrado”, dice.

CON ALFONSO RODRÍGUEZ

“Luego pasó algo fantástico”, relata, y es que fue recomendado con Alfonso Rodríguez, en el momento que Alfonso fue a reestructurar a Telecentro. 

“Un amigo me recomendó y le dijo que yo escribía muy bien, y era porque yo escribía monólogos y los ensayaba antes de llegar el profesor”, explica.

Miguel llegó a la cita con Alfonso, se enteró que teatristas de renombres habían pasado por el casting, y al llegar escuchó a uno de ellos decir, que para escribir un capítulo de un guion, al menos necesitaba dos meses, y Alfonso lo estaba exigiendo en tres días.

“Alfonso me sometió a la prueba y me explicó que necesitaba un guion para un primer capítulo de una serie, como la de El Chavo del Ocho. Le dije que al otro día a las 9:00 de la mañana le entregaría, y me fui con el encargo”.

Alfonso no se atrevió a leer el guion que le entregó el joven, sin experiencia en televisión. Es Laura Guzmán quien es designada a leer el trabajo de Miguel que se tituló “La huelga, la planta y el apagón”. 

Pasaron dos horas y media cuando Alfonso le pidió el documento de identidad para encontrarlo y pedirle que le buscara otro escritor tan bueno como él, entonces le recomendó a Humberto Espinal.

Así es como comienza a trabajar como escritor de las nuevas series de televisión “Los Electrolocos” y “Ciudad Nueva”. En sus inicios los programas no facturaban porque el público no estaba acostumbrado a este tipo producción. “Pero a los dos meses ya la gente nos contaba los capítulos entero”.

“Bemberé”, un programa nocturno, fue otro de los espacios para el que escribió y también actuó. “Me iba bien porque me pagaban como guionista en tres programas y como actor también”.

También en Telecentro entra hacer humor para “Divertido con Jochy”, junto a Oscar Pérez, William Díaz y Juan Manuel Tejada. Alfonso se va de Telecentro y entra José Enrique Pintor como director de programación. 

Antena Latina también tiene un relanzamiento de programación y es bajo la dirección de Alfonso Rodríguez, quien nuevamente llama a Miguel para que escriba en las nuevas series “Pobre Presidente” y “Rincón paraíso”, en este último también actuaba.

“Fui cancelado de Telecentro antes de la quiebra del banco de Baninter, institución que sustentaba la parte económica de este canal y me quedé trabajando en Antena Latina”.

El camino por la televisión de Miguel continuó en Color Visión escribiendo para “Gózalo”, de Carlos Alfredo, luego pasó a “Happy Team”, con Charlie San Miguel y Vivían Fatule. 

“Tenía unos anuncios y me fui a Telecentro a hacer el programa de humor La Carambola”, recuerda.

También estuvo por unos meses en el programa de farándula “La Tuerca”, hasta que llega a Telemicro como productor de “La Opción de las 12”. Actualmente es presentador del espacio.

En el cine produjo su primera película “El peor comediante del mundo”, pero antes su nombre parece como guionista en las películas Santicló”, “Sanky Panky 2” y “No hay más remedio”. 

También fue el autor del libreto de las producciones del premio El Soberano, en los años 2020 y 2021.

Las metas propuestas por Miguel Alcántara aún no han terminado en esta etapa espera dedicarle más tiempo a la actuación, sobre todo en el humor de stand up, trabajo en el que también se ha destacado como escritor, pero para otros humorista. Ahora lo está haciendo para llevarlo a escena.

“He soltado las producciones porque es muy difícil, a veces, el o la que está delante de las cámara no tiene el talento de lo que uno quiere llevar a la pantalla, en el cine o en los shows, y eso molesta bastante y eso molesta bastante”.

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