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Alex Ferreira toca en Santiago su mejor versión

El cantautor dominicano pisa Santiago por primera vez en mucho tiempo y el viernes cantará en La Logia de Santo Domingo

Alex Ferreira durante su presentación la noche del sábado 18 de noviembre 2023 en el centro cultural Victorias, en Santiago de los Caballeros.RAMÓN ALMÁNZAR/LISTÍN DIARIO

Alex Ferreira ha vuelto a casa. Y lo hizo con su mejor versión, o al menos, la que más le gusta: abrazado a una guitarra, con un micrófono al frente y el estruendo de las manos que le agradecen cada canción.

Pisó Santiago de los Caballeros por primera vez en mucho tiempo (10 años, dijo en una transmisión en vivo la semana pasada) y ahora se prepara para hacerlo en su ciudad de cuna, en cuyas calles coloniales comenzó su camino.

Pero antes de llegar a Santo Domingo, el próximo viernes, hay que hablar de Santiago y uno de esos conciertos a guitarra y voz que acomodan el alma de sus fieles.

Fue el sábado por la noche, en Victorias, con el cielo nublado y bajo amenaza de lluvia que subió a una pequeña tarima sin más armas que su voz, su atuendo de completo negro y una guitarra que bien sabía llorar como poner a bailar.

Él no necesita de grandísimo esfuerzo para entretener por dos horas. Se basta con golpeteos de dedos en el cuerpo de su instrumento y el desgarro de las cuerdas. 

Y llega siempre acompañado de un público casi de culto, que le ha empujado y crecido modestamente desde su debut en 2010 con “Un domingo cualquiera”, un disco del que ahora reniega un poco, no por nada mayor, solo porque ya no se ve en las canciones y la música que presentó.

Alex Ferreira cantó una veintena de canciones acompañado de su guitarra.RAMÓN ALMÁNZAR/LISTÍN DIARIO

Abrió la noche con “La berbena y el moriviví”, del disco “En lo que llega la primavera” (2022) y siguió con “Me pierdo contigo”, del álbum “El Afán” (2012), en el que se llegó al primero de los grandes bullicios de la noche.

“Qué pasa Santiago... estoy feliz de estar en la ciudad corazón finalmente. Heme aquí, Santiago, buenas noches”, expresó y el público comenzó a celebrar.

Las dos siguientes, “La vida es una chin” y “El titubeo” son muy rítmicas y en cualquier caso se hubiese necesitado de un banda para montarlas en vivo… pero no fue necesario. Hay músicos y públicos que se entienden muy bien.

“Esta es una manera de, según yo, mejorar mis canciones, cambiar alguna frase. Escucho mis primeros discos y no... y como son mías, hago lo que me da la gana...”, soltó y produjo la carcajada y aplausos de los presentes.

Eso es lo que ha estado haciendo Ferreira, de 40 años, en los últimos meses: versionando canciones suyas y de artistas que le gustan a su mejor versión, la acústica.

De ahí su nuevo disco, del que vienen saliendo temas las últimas semanas, titulado “Canciones para el tiempo y la distancia, vol. 2”. 

Ya antes tuvo una primera edición, en el 2016, tomándole el título a su amigo Iván Ferreiro, quien en 2005 firmó un disco con esas generales.

Está precisamente en esa producción la canción que le da título a los dos álbumes, y que Alex versiona en este segundo volumen (y que no cantó este sábado).

Sí cantó “Ícaro”, contenida también en esta nueva entrega y que en su versión original está en un disco tirando a electrónica.

Entonces se explicó. “Me he dado cuenta que este soy yo”, dijo, aferrado a su instrumento y pensando en la guitarra, su voz y el murmullo del público. Esa es toda la explicación que se necesitaba para entender su nuevo disco, su interés en versionar canciones anteriores, suyas o de gente que le gusta.

Entonces llegó “La canción de tu vida” (Joe Crepúsculo), una de esas composiciones que le hubiese gustado escribir y que ya ha cantado en años anteriores.

“Las siguientes dos canciones se las escribí a la misma persona. Solo diré que era dominicana”, dijo. Ya sabían los presentes por dónde iría la noche.

Y esas dos que siguieron son de las favoritas, de dolor y desamor. Y de las que generan muchos aplausos. “Me la saludan” y “Maldita mirada”. Y sí, todo subió de nivel en lo adelante.

HOMENAJE A "vitico"

Pero hubo una pausa. Para calmar y recordar. Tocó cantar una delicada. Por la ciudad y por el cantautor a honrar.

“Vitico pa´ mí fue como un papá, fue la primera persona que me impulsó”, dijo al referirse al fallecido cantautor Víctor Víctor.

Hace un año, en Santo Domingo, en el escenario que lo espera este viernes (La Logia), casi se rompe al tributarlo. Hablaba del hombre que primero creyó en él, que le dijo se podía dedicar a eso de la música.

Y ahora estaba en Santiago, la ciudad de su “Vitico”, del legendario Víctor Víctor, el hombre que lo empujó en sus primeros días cuando intentaba abrirse paso.

“Vitico, antes de decir que era músico o cantautor decía que él era de Los Pepines de Santiago”, soltó para enloquecer aun más a los presentes, sobre todo si se identificaban con el sector, ubicado en pleno centro histórico, el más emblemático de aquí.

Y entonces contó cómo lo conoció: “Yo era novio de la hija, así lo conocí, y luego esa historia se acabó y yo me hice más pana de él”. 

Hablaba previo a cantar “Así es mi amor”, que la grabó junto a Pedro Guerra y que mantiene cierta vigencia en algunas emisoras de Santo Domingo.

“Como viene se va”, “Nada te pido” y “Tú me acostumbraste”, le siguieron…

“Esta canción yo la escribí un día que estaba escuchando Corazón partío, de Alejandro Sanz (mi respeto para Alejandro) y yo decía: -pero ¿y cuántas canciones vamos a escribir sobre el corazón roto y que me muero por ti?... entonces yo dije: - voy a escribir la antítesis de Corazón partío”, relató.

Y bromeó con que tanto quería que fuera la antítesis que se aseguró de que no tuviera el mismo éxito comercial. A todo pulmón llegó “El corazón no se rompe”.

Y abrió una pregunta de respuesta casi imposible: “¿Cuál quieren?”, y el ruido obligó a que siguiera escogiendo él.

Siguió su plan de canciones con “Mala maña” y “La noche entera”. Luego, “De verdad” y rompió su “setlist” ante el grito con fuerza de una chica. “No está en el setlist, pero vamos a hacer Sonrisa Valiente”.

Tras esa, una reciente. “Esta canción se la quiero dedicar a todos y a todas los casi algo”. Era “Hubo algo”, del disco “En lo que llega la primavera”.

“Te tengo que meter en mi vida”, casi como remate y en los ánimos se iba viendo el final.

19 canciones después se despidió, con la negación de la gente presente. Intentó irse pero todos sabían que volvería, incluso él, que iba con media sonrisa en la cara.

Volvió y siguió cantando. Ahí llegó “Te quiero ver”. Hasta que fue evidente el final.

Abrazó su guitarra, hizo reverencias. Pidió permiso para hacer otra canción a la producción, como quien sabe que puede hacer lo que quiera y se lo van a celebrar, y ante el grito de los presentes siguió.

“Un cariñito” para el final y despedida entre aplausos. Unas canciones antes había agradecido y advertido.

“Señores, ustedes son lo máximo. Muchísimas gracias. Ya yo tengo que venir a Santiago siempre”, dijo. Y ojalá…

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