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PELÍCULA

Fernando Guallar cuenta su experiencia de rodar "La ternura" en locaciones dominicanas

Se refiere a Samaná como un lugar con una "barbaridad de gente súper hospitalaria, súper
amable y luego tuvimos un par de escapadas"

Fernando Guallar es protagónico en "La ternura", la adaptación al cine de la famosa obra de teatro de Alfredo Sanzol.

rubén peralta rigaudSan Sebastián, España

Fernando Guallar es un actor andaluz nacido en Córdoba y, a pesar de su juventud, ya ha trabajado en cuatro películas y numerosas series, entre las que están algunas tan reconocidas y premiadas como Luis Miguel: la serie y Patria. 

Su más reciente película es "La ternura", de Vicente Villanueva con el que ya ha trabajado anteriormente. 

Sobre esta historia de co-producción dominicana, hablamos con él previo al estreno en Festival de San Sebastián, España.

¿Cómo fue el rodaje en República Dominicana? ¿Cómo la pasó allí?

Yo muy bien, es que a mí me gusta mucho viajar, me encanta, tengo 34 años, soy súper joven, me encanta trabajar fuera de España. He trabajado en México (Luis Miguel: la serie), estoy teniendo algunas propuestas de Latinoamérica que me apetecen muchísimo. Irme tres semanas a un lugar paradisíaco como en el que estábamos en Samaná, los fines de semana tenerlos libres, conocer una barbaridad de gente súper hospitalaria, súper amable y luego tuvimos un par de escapadas, claro que sí, yo me acuerdo que tuvimos alguna vez de bailar muchísimo todo el equipo toda la noche. 

Otro día que me fui yo solo por ahí, conocí gente y viendo sitios de la isla fascinantes. Es verdad que no nos pudimos mover mucho de Samaná. Tenéis un país estupendo y destaco a la gente, la humildad frente al trabajo. Cuando nosotros llegamos allí ya éramos un equipo y entrar ahí en contacto con la gente que había allí de la película ha sido una experiencia genial. Siempre que salgo de España me lo paso muy bien, la verdad. Espero que la película vaya muy bien en el Festival de San Sebastián y en las salas a partir del próximo 29 de septiembre.

Es la premiere mundial en Donosti, en un festival como el de San Sebastián, que para mí es la meca. Vamos con mucha humildad porque, aunque estamos fuera de concurso, es una presentación estupenda para que además la vea muchísima gente de la industria, y nos dé su opinión más honesta posible.

Es una película única, yo creo, en el cine español, en el sentido de que te guste más o te guste menos, vas a ver algo diferente.

Su película plantea una situación que viene a cuenta de esta época donde parece que la sociedad quiere irse de un extremo a otro, o muy feminista o lo opuesto al feminismo.

Es una historia en la que a una isla llegan tres mujeres que no quieren saber de los hombres y tres hombres que no han visto mujeres en mucho tiempo. 

Cuando tú te leíste el guion por primera vez, ¿cuál fue la idea que te llegó a la cabeza con todo lo que está pasando en el mundo y todas estas nuevas ideas que se están expresando a través de redes sociales y medios de comunicación?

Pues, si hay algo que me parece entrañable en esta película, aparte de que evidentemente el título deja claro el concepto de ternura y algo que me parece que me produce realmente ternura es que estas personas que están en esta isla, como no tienen una construcción social sobre lo que tiene que ser o no tiene que ser, me refiero sobre todo a mi personaje y el de mi hermano pequeño, lo bonito que les pasa a ellos es la inocencia.

Ahí, y además está muy bonito cuando algunos de nosotros miramos a la cámara y decimos, ¿acaso hay testigos de esto? ¿Hay alguien que me pueda juzgar? Porque a ellos lo que les pasa es que se están enamorando de unos hombres que al final resultan ser mujeres. 

Pero lo importante, y es lo que se destaca en la película, no es eso. 

No es de quién se enamoran, sino lo que les está pasando, ya sea un hombre o una mujer. 

Esa inocencia, eso que está, como lo que le pasa a un niño. 

Al niño después lo vamos educando y le vamos contando cómo es el mundo, pero el sentimiento que tiene es el que es, puro.

Hay una pureza en esa inocencia que me parece completamente tierna. Y creo que eso es lo destacable de la película. 

No es tan importante de quién te enamoras, lo importante es que sientas ese amor, que le des espacio para hacerlo posible. 

Entonces, dentro de la guerra de sexos que se propone en la película, en este vodevil con tintes victorianos, yo creo que al final lo bonito es que el género deja de ser importante. No es lo importante, sino todo lo que les pasa a ellos.

En el Festival de San Sebastián, los representantes "La ternura", del director Vicente Villanueva, una coproducción hispano-dominicana, de David Naranjo, Omar de la Cruz e Yvette Marichal.

Me recuerda mucho una película de Peter Sellers que se llama Being There, que estuvo encerrado todo tiempo y cuando él sale todo era nuevo para él.

Sí, claro. Es esa cosa de no saber cómo funciona, que al final la sociedad la construimos los humanos. 

Entonces, gracias a Dios hay una civilización, un civismo y unas normas sociales, pero aquí gente que estaba en una isla tirados, que son unos náufragos, no tienen esa conciencia. 

Lo bonito es cuando no entienden lo que les está pasando. Son niños, están viviendo un mundo nuevo y eso es muy bonito de contar y, valga la redundancia, muy tierno.

Pero lo interesante también es que las únicas condiciones vienen por los adultos, por los viejos, que son los que tienen la experiencia y son los que no quieren, o no quieren mujeres o no quieren hombres, porque ellos ya vivieron una experiencia.

Claro, por eso yo siempre pienso que los papás de esta película son dos tremendos egoístas, desde el amor total y una sobreprotección, pero no dejan a sus hijos vivir, expresar lo que les está pasando. Son unos censores emocionales. 

Lo que pasa es que lo hacen desde un lugar del amor, de proteger, pero hay cierta toxicidad en esa manera de educar. Y así se cuenta después, según va evolucionando la película, y los cuatro jóvenes sí, que de repente, dan paso al amor, a la ternura, y matando a sus padres, como quien dice. El concepto matar al padre, la real emancipación.

La película está basada en una obra de teatro, no sé si tuvo oportunidad de verla, pero el lenguaje cinematográfico y el lenguaje teatral son totalmente diferentes, aunque el cine básicamente nace del teatro. ¿Cómo fue el trabajo con el director para crear todo un universo nuevo dentro de algo que ya estaba creado en el mundo del teatro?

Cuando hice los primeros castings y me dieron el papel y vi la obra, me entusiasmé completamente al igual que cuando leí el texto, que me parece una maravilla. 

El texto es rico, profundo, es inteligente, es de los mejores que ha pasado por mis manos. 

La adaptación audiovisual de una obra tan teatral, también por el castellano antiguo en el que está escrito, requería que, por parte de los actores, de los seis, y aquí aplaudo a mis compañeros y también me enorgullezco de mi trabajo, requería de una valentía y de una confianza absoluta en el director.

Todo lo que se nos planteaba teníamos que ir a por ello sin miramientos. 

Lo bueno es que Vicente, el director, tenía muy claro el concepto de película que quería. Y es curioso porque después de verla es una película que no te pasa muchas veces, porque de lo que has rodado a lo que finalmente has visto en la sala, hay una distancia brutal, porque es una película con muchísimos ingredientes de efectos especiales, efectos visuales. 

Hay muchas cosas que nosotros lo hacíamos a ciegas, sin saber. Y España es una industria muy potente audiovisual y cinematográficamente, pero evidentemente cuando tú comparas con las grandes anglosajonas o Hollywood, con una industria mucho más fuerte y con unos recursos muchísimo más grandes que los que solemos tener nosotros aquí, de repente al verlo era muy impactante porque no estamos acostumbrados nosotros a trabajar con efectos, a trabajar con cromas, a trabajar tú solo sin saber lo que está pasando al otro lado, eso no me suele pasar como actor y aquí sí que me ha pasado. 

He visto la película la primera vez como un niño pequeño que de repente ve este cuento, esta fábula que finalmente ha sido el resultado de la ternura. 

Para la construcción de tu personaje, ¿el director le dio libertad para crear cosas o fue muy apegado al de la obra de teatro y al del personaje que ya habías grabado previamente? 

El texto es intocable en esta obra, el texto no se ha improvisado nada porque ya ves cómo está escrito y ahí no ha habido nada. 

Sí ha habido propuestas por parte de los personajes, pero tampoco te creas que podíamos hacer tanto, teníamos que ser muy fieles a lo que quería Vicente. 

Yo además tengo la suerte que cuando leí el texto me volvía loco como si tuviera otra vez siete años y volver a la semilla primera que planteé para ser actor. 

Es la oportunidad que tengo en esta película de interpretar a dos personajes, que tampoco lo voy a desarrollar mucho para no hacer ningún spoiler. Pero esa dualidad que tengo era algo que me parecía profundamente atractivo, porque yo podía construir un personaje que es completamente antagónico al otro y evidentemente como actor es un espacio al que no se te suele invitar, a que tú puedas hacer algo así y ¿sabes cuál fue la clave? disfrutarlo. Sobre todo, el segundo personaje que interpreto, dejarme llevar y por supuesto ya te digo que hemos sido como muy obedientes con el director y con lo que se nos proponía.

"La Tenura" - Tráiler Oficial (Universal Studios) HDs


¿Cómo fue el trabajo con el reparto, con Emma Suárez, para crear una química y que todo funcionara de una manera exitosa al final de la película?

Voy a ser muy honesto, para mí ha sido muy fácil. Es verdad que disfruto mucho de mi trabajo y me responsabilizo de crear ambientes de trabajo muy lúdicos, muy fáciles. 

Ya había trabajado con Alexandra Jiménez y con Carlos Cuevas en otra película hace años. 

Para mí Alexandra, que es mi compañera de trama en la película, nunca me gusta decir la más, pero aparte de ser una actriz como pocas hay, ha sido una compañera perfecta. Nos hemos ayudado, nos hemos acompañado mucho.

A veces, en los rodajes sabes que hay poco tiempo, que hay que hacerlo rápido, que hay ambientes de trabajo más complicados. 

Alexandra y yo hemos estado súper a gusto, nos hemos apoyado, hemos ido juntos y ha habido ahí una química estupenda. Pero es que con los seis te digo que desde el principio creo que íbamos con muchísima ilusión y con algo de inseguridad porque este texto requería de tirarte a la piscina sin miedo. Y nos hemos entendido muy bien. Con Carlos y con Anna Moliner, que son los otros dos también más jóvenes, lo hemos pasado muy bien. 

Y luego trabajar con, para mí, iconos como Gonzalo de Castro o la gran Emma Suárez... tuve que hacer también en los primeros días un ejercicio de olvidarme de la admiración y el profundo respeto que tengo por sus carreras y acercarme mucho más a ellos como un ser humano. Y me lo he pasado muy bien. 

En Emma he encontrado a una mujer muy interesante, hemos tenido una química estupenda y la verdad es que era muy necesario, sobre todo porque acabamos interpretando al mismo personaje. Se ha creado ahí un cariño. 

Ahora nos hemos reencontrado todos con toda la promoción de la película y creo que si hubiera habido uno de los seis que hubiera tenido una energía diferente o no hubiera entendido el código, la película se habría visto perjudicada y afortunadamente no ha sido así porque creo que los seis entendemos el trabajo desde el mismo lugar.

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