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Paco Ibáñez: "Cantaré hasta la última sílaba"

La ilusión y la pasión que destila no han cambiado ni un ápice desde que inició su carrera a mediados de la década de 1950

Paco IbañezFuente externa

Sin despegarse de su guitarra tras casi tres cuartos de siglo encima de los escenarios y con una energía y un sentido del humor envidiables, a Paco Ibáñez (Valencia, 1934) aún le queda cuerda y lírica para rato. Su pasión no hace más que aumentar con el paso del tiempo y su voz retumbará "hasta la última sílaba".

Desde El Cairo, adonde ha acudido para presentar su concierto "Vivencias" el próximo día 4 de junio en el Instituto Cervantes de la capital egipcia, Ibáñez asegura en una entrevista con EFE que esta nueva aventura es una de las muchas que le quedan por recorrer.

"A mi me retirarán, pero yo no me retiro. Si alguien por detrás me da un golpetazo y me quedo K.O. entonces sí, pero si no, no. ¡Hasta la última sílaba cantaré, joder!", dijo Ibáñez en tono jovial y con una sonrisa de oreja a oreja.

Y es que la ilusión y la pasión que destila no han cambiado ni un ápice desde que inició su carrera a mediados de la década de 1950. Es más, "la pasión de cantar incluso aumenta", aseguró.

"Soy más consciente hoy de que estoy ofreciendo alta poesía que cuando la ofrecía en la época, que también era alta poesía, pero no tenía esa conciencia de que la gente podía aprovecharse de cada coma, de cada letra, de cada palabra. Y ahora sí tengo más conciencia de eso", reflexionó.

Su vida ha transcurrido entre el exilio, el activismo social y cultural y los escenarios de medio mundo en los que ha cantado sus letras y las de los más celebres poetas españoles y latinoamericanos, logrando transmitir emociones en un mundo asolado por el "ruido, que se está apoderando de todo".

Sin embargo, confiesa sin complejos que su sensación encima de los escenarios "no cambia mucho" a lo largo de los años, ya que "siempre estás muy nervioso": "No me he acostumbrado aún", dijo con una sonrisa.

Para Ibáñez, subir a la tarima, agarrar la guitarra y enfrentarse al público es una sensación que no se puede domesticar porque "no hay experiencia".

"Es como un salto al vacío. No sabes si te vas a romper un pie o una pierna, por mucho que sepas saltar", confesó.

Estos sentimientos se trasladan también cuando graba en el estudio, puesto que "es un compromiso muy fuerte, ahí tienes que acertar", por lo que opta por guiarse "más en la expresión que en los detalles", ya que "incluso un defecto puede servir para expresar mejor lo que pensabas expresar de otra manera".

Todo esto es lo que la da a Ibáñez la energía y la ilusión para seguir al pie del cañón como si fuera el primer día, y afirma que, a pesar de la todas las vivencias que ha ido recogiendo a lo largo de su carrera, todavía le queda mucho por delante.

"Como todas las canciones que quedan por hacer. Fíjate tú, tantas...", dice, en referencia una treintena de canciones inéditas que aún deben ser grabadas y que calcula que saldrán a la luz en un nuevo disco en unos pocos meses.

Y es que el secreto, como dice Ibáñez, es la expresión: "Si te has expresado, te sale, y si no sale es porque no te has expresado. Es difícil explicar eso", sentencia.

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