ANTE DOMINICANOS

Ala Malikian: pura adrenalina en el escenario con las anécdotas de su vida y su trayectoria musical

El extrovertido músico derrochó en el Teatro Nacional Eduardo Brito intensidad, talento y una jocosidad que conectó con el auditorio durante las dos horas de su concierto

Ala Malikian durante su presentación la noche del viernes 19 de mayo 2023 en el Teatro Nacional de Santo Domingo.

Ala Malikian durante su presentación la noche del viernes 19 de mayo 2023 en el Teatro Nacional de Santo Domingo.

Toda la energía que desplegó la noche del pasado viernes Ala Malikian en la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito, dejaron la impresión de que sobrepasó su utópica promesa expuesta al principio del concierto: “Tocaré por 28 horas y 33 minutos y hasta que se me cansen los brazos”.

El violinista libanés de ascendencia armenia cautivó desde los primeros acordes a un público selecto que disfrutó su música y las anécdotas que han marcado su vida desde la niñez, por las circunstancias adversas que vivió en su país natal debido a la guerra civil.

“Buenas noches, muchas gracias por estar aquí, en este teatro maravilloso. Tenía muchas ganas de tocar para vosotros”, dijo en un fluido español el laureado violinista, quien reveló que su segundo tema musical de la noche lo compuso en honor a sus abuelos inmigrantes, pero lo bautizó como “Rapsodia Dominicana”.

A partir de ese momento, Malikian, quien ha tocado en las más prestigiosas salas de conciertos de los cinco continentes, combinó pura adrenalina en el escenario con las anécdotas de su vida y su trayectoria musical.

Se tomó tiempo para explicar cómo nacieron cada una de las composiciones que tocó acompañado de cuatro músicos cubanos, a quienes conoció hace 30 años en una visita a la isla caribeña.

Ala Malikian en el Teatro Nacional el viernes 19 de mayo 2023 con las anécdotas de su vida y su trayectoria musical.

Ala Malikian en el Teatro Nacional el viernes 19 de mayo 2023 con las anécdotas de su vida y su trayectoria musical.

El extrovertido músico derrochó en el escenario intensidad, talento y una jocosidad que conectó con el auditorio durante las dos horas de su concierto.

Su estilo “punk” -pelo tipo afro desaliñado, brazos tatuados, un chaleco y pantalones al estilo de los años 60- lo apartan del estilo sobrio que muestran los grandes violinistas en el escenario, a tal punto que por momentos el público dudaba de si el protagonista de la noche era el músico o el instrumento.

Malikian se mueve sin parar en el escenario, salta y se acuesta sobre la tarima, pero sin dejar acariciar y en la mayor parte del tiempo arremeter contra las cuerdas de su violín.

Tocó temas dedicados a sus abuelos, su madre, sus hermanas y a su hijo Kairo.

De este último confesó que fue la fuente de inspiración de todas las canciones que compuso durante la pandemia del Covid-19.

Recordó que a su hijo Kairo le fascinan los calamares y en una ocasión le preguntó cómo sonaría un “calamar robótico”, nombre de una composición tan intensa como su desempeño en el escenario al ejecutarla.

En “Aliens Office”, compuesto en Londres luego de acudir a una oficina de extranjería, pareció transmitir con una entrada quejumbrosa todo el dolor del inmigrante que está lejos de su tierra natal y en la segunda parte del tema los sinsabores del drama de las migraciones.

“El mundo no pertenece a nadie”, exclamó sobre su anhelo de que en el futuro la gente pueda viajar dondequiera sin restricciones.

Comenzó la que sería su última entrega de la noche tocando con los dedos las cuerdas de su violín, pero al grito de “otra”, “otra”, agregó dos temas más al repertorio.

Apelando otra vez a la jocosidad, expuso al público que se resistía a dejarlo partir del escenario la necesidad de concluir el concierto, porque al portero del teatro su esposa le envió por WhatsApp un mensaje que decía “Vuelve ya”.

Su tema de cierre titulado “Nana” lo dedicó a todas las personas que enfrentaron y hasta fallecieron solas al contagiarse de Covid-19, debido al aislamiento y miedos que generó la pandemia.

“Una nana hubiese sido una excelente compañía en ese momento”, dijo mientras tocó la única composición en que se mostró tranquilo y sobrio, como aquellos violinistas tradicionales que son la antítesis de su atípica performance en el escenario.

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