En Casa de Teatro: "Esperando a Odiseo", un retorno incierto

El teatro ha sido por años un medio importante de expresión artística. A través de la representación de personajes y situaciones, el teatro nos permite explorar temas sociales, políticos, culturales, puede hacernos reflexionar sobre la vida y la muerte, la justicia y la injusticia, el amor y la pérdida. Nos permite llevar a cabo historias fantásticas, pero también mostrar en escena realidades crudas de la vida cotidiana.

¿Cuál podría ser la historia de un profesor de inglés que fue despojado de su oficio a destiempo, colombófilo y obsesionado un palomo mensajero en particular?

"Esperando a Odiseo" es una obra de Alberto Pedro, dirigida por Raúl Martín, subió a escena la noche del pasado viernes 4 de abril en Casa de Teatro, en la Zona Colonial de Santo Domingo, protagonizada por Orestes Amador, actor y danzante cubano.

La obra muestra la realidad de Kiko, un ex profesor de inglés que fue despedido, un apasionado sin medida de las palomas y quien desde su azotea habanera, se adentra en su mundo interno y relata las verdades desde su ventana.

Presenta sus vivencias, sus miedos y paranoias, la lucha interminable con su enemigo invisible, pero por sobre todo, la espera incansable por el retorno de su compañero Odiseo, su palomo mensajero favorito, causante de sus más profundas alegrías y tristezas.

“La azotea y su entorno es el país depauperado, roto, que es a su vez el drama universal que en el siglo XXI alcanza niveles catastróficos: la migración obligada; el éxodo en busca de la vida digna en otras latitudes; en conflicto violento con la defensa de la identidad.” Es como se describe la cuna de esta historia.

Kiko, en su espera habla ansioso con Penélope, la paloma con la que quiere casar a su preciado Odiseo. A esta le cuenta todas sus anécdotas, desde las más dulces hasta las más amargas. Hace un recorrido por los pasillos de su memoria para dialogar de los recuerdos rotos de su preciada Cuba y de las incertidumbres que habrían llegado a su vida gracias a la terrible migración.

La desilusión constante, la desesperanza y el recuerdo lejano de un antiguo amor perdido, son los pilares que mantienen la llama encendida de Kiko Paloma. Inagotable, cuida y guarda de sus palomas mensajeras. También, lucha inquebrantablemente en contra de su enemigo mortal, la quimera que alimenta su espíritu mientras forja la espera de su ave mensajera.

La comedia, la crítica sociocultural y política de esta obra, combinado con el absurdismo y la insania del personaje principal, hacen de esta pieza una montaña rusa de emociones. En donde las risas y el llanto se hacen presentes.

En la historia se toca la fibra sensible de la soledad, la nostalgia, la incertidumbre y la pérdida, sin dejar a un lado el sentido del humor y la ingenuidad, que fueron características tangibles en la obra.

La obra también se llevará a cabo en el marco del Solo Theater Fest, Artefactus Cultural Center en Miami Florida el 21 y 22 de abril a las 8:30 de la noche. Asimismo, el 23 de abril a partir de las 5:00 de la tarde.