Rafael Amaya vuelve a "El Señor de los Cielos" para contar "verdad" del narco
La octava temporada se estrene justo cuando se registra un incremento de la violencia relacionada con las drogas en México, el país donde se centra la historia.
Rafael Amaya regresa como protagonista de “El Señor de los Cielos”, la narconovela más exitosa de todos los tiempos, para contarle al mundo lo que "de verdad" sucede en el mundo del narcotráfico, según dijo en entrevista con EFE.
Amaya y el resto del elenco describieron a EFE como “algo premonitorio” el que la octava temporada se estrene justo cuando se registra un incremento de la violencia relacionada con las drogas en México, el país donde se centra la historia.
“Estamos haciendo este proyecto en forma de denuncia para que el mundo entero se entere de lo que está pasando en México y otras partes de América Latina. Y, de alguna manera, hasta vamos dolorosamente adelantados a los hechos”, dijo Amaya, quien retoma el papel de Aurelio Casillas después de una ausencia de tres años tras serios problemas de salud a causa de la adicción a las drogas que sufrió.
“Para meterme en el papel me tocó volver a estudiar lo que está pasando en el mundo de las drogas y lo encontré hasta peor”, indicó el actor mexicano, quien siente “la responsabilidad” de contarle al mundo lo que “de verdad” sucede.
Ni para él ni para sus compañeros Iván Arana, Isabella Castillo y Maricela González es casualidad que “El Señor de los Cielos” regrese en un contexto de violencia como el que se vive actualmente en México tras la captura hace pocos días de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán.
Por el contrario, los actores aseguraron que muchas de las cosas que pasan en la actualidad “están reflejadas en la historia”, aunque las grabaron hace meses.
El arresto de Guzmán López desató una serie de actos violentos en ciudades como Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, además de que se cancelaron las actividades escolares y gubernamentales en el estado de Sinaloa y se pidió a la población permanecer en sus casas.
Ha cambiado el mensaje
Cuando comenzaron las críticas a las llamadas “narconovelas”, el personal detrás y delante de cámaras solía rechazar las acusaciones de que glorificaban la vida criminal con el argumento de que sus producciones eran “la versión latina a las películas y series de gángsters”.
Más de un década después las explicaciones han cambiado. “La vida de esta gente (los narcotraficantes) no es fácil. Son personas que sufren y a nosotros nos está tocando interpretar la psicología de estos personajes y mostrar que esta no es la vida que creen que es lo más chido (bueno)”, subrayó a su vez Arana, quien interpreta a Ismael Casillas, el hijo mayor de Aurelio.
“Este es un aporte concreto que hacemos. Esta gente está sufriendo todo el tiempo”, subrayó.
Nadie está más consciente de esto que el propio Amaya, quien confesó que haber interpretado a un personaje tan oscuro por tantos años (su primera interpretación de Aurelio Casillas fue en 2016) le agravó su dependencia a las sustancias ilegales.
Para el actor cubano Rubén Cortada, quien actúa por primera vez en Latinoamérica como el antagonista de “El Señor de Los Cielos 8”, “se trata de una crónica en la que la ficción se usa para contar hechos reales”.
“A mí me ha sorprendido el compromiso con la verdad y cómo usan la ficción para denunciar lo que a veces el periodismo no logra contar”, dijo a EFE el artista.
Una denuncia con melodrama
La octava entrega de "El Señor de los Cielos" revive a Aurelio Casillas, el personaje de Amaya, muerto y hasta enterrado en los primeros capítulos de la séptima temporada.
Algo similar pasa con La Felina, el personaje al que da vida Maricela González. Además, hay amor, sexo, acción, explosiones, y sigue el elemento político que su creador y guionista, Luis Zelkowicz, inyectó a la trama desde la cuarta temporada.
Esta vez, sin embargo, hay una intención clara de profundizar en el daño que los narcotraficantes infligen a la sociedad y a sus propias vidas y familias.
“Aurelio ahora es un hombre más consciente, que piensa en las consecuencias que sus actos tienen en su familia, en la gente que quiere. Maduró”, indica Amaya, y admite que aunque ya tiene clara la diferencia entre él y su personaje siguen existiendo paralelismos.
La acción en la octava temporada comienza varios meses después del final de la séptima, con la reaparición de Aurelio Casillas, al que todos creían muerto.
Las transmisiones comenzarán el 17 de enero en Estados Unidos a través de la cadena Telemundo. Se espera que ocurra lo mismo este año en el mundo de habla hispana.