Un ballet ucraniano olvida los males de la guerra con espectáculos en París

La compañía ha sufrido también un éxodo masivo de bailarines ante la escalada de la guerra, al igual que millones de ucranianos que han abandonado el país.

Foto: Flow Magazine.

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Una de las compañías de ballet más famosas de Ucrania comienza esta semana una serie de espectáculos en París, una bienvenida pausa en su rutina bélica de ataques aéreos y apagones que interrumpen sus presentaciones.

La producción de Giselle, un clásico de la era romántica a cargo del Ballet de la Ópera Nacional de Ucrania, corona un período de dificultades desde la invasión rusa de febrero, unida al estrés normal de los ensayos, ahora interrumpidos por los ataques aéreos y agravados por la fuga de bailarines al extranjero.

La bailarina estrella Natalia Matsak recuerda en particular una presentación de hace unos meses cuando sonó una sirena que obligó a suspenderla.

"Salimos a saludar y el telón cayó inmediatamente. No tuvimos tiempo de saludar correctamente", contó Matsak a AFP.

Los ataques aéreos rusos se han convertido en una característica regular de la vida de Kiev, y el último, del lunes, volvió a causar cortes de electricidad, agua y calefacción con temperaturas bajo cero.

En la Ópera Nacional, las incursiones obligan a los espectadores a refugiarse en los abrigos antibombas junto a los bailarines, quienes intentan mantenerse flexibles durante esas pausas que pueden durar más de una hora.

Bailarines en fuga

La compañía ha sufrido también un éxodo masivo de bailarines ante la escalada de la guerra, al igual que millones de ucranianos que han abandonado el país.

"Muchas mujeres han dejado el grupo. Los cambios en la integración del grupo son colosales", confirmó el primer solista, Serguéi Kryvokon.

Un exbailarín solista convertido en pedagogo, Oleksandre Chapoval, se presentó como voluntario al día siguiente de la invasión rusa. Murió a los 47 años en un ataque con mortero en septiembre en la región oriental de Donbás.

Pese a la guerra, los bailarines han regresado a Ucrania porque echan de menos sus casas y su trabajo, explicó Kryvokon.

En París interpretará el papel del príncipe Albrecht junto a Natalia Matsak en el papel principal. La gira en el Théâtre des Champs-Elysées contempla 17 funciones en 16 días.

El sitio web del teatro describe esta historia de amor trágico como "uno de los grandes ballets clásicos" que los bailarines "dominan a la perfección".

Aunque los dos bailarines han interpretado este ballet con otras parejas, esta será la primera vez que lo hagan juntos.

"Trabajamos en este espectáculo desde hace menos de dos semanas", contó Kryvokon, con la frente perlada de sudor tras un ensayo intenso.

Más de Tchaikovski

En los últimos años, el Ballet de la Ópera Nacional de Ucrania realizaba giras a Francia con el clásico navideño El Cascanueces, del compositor ruso Piotr Tchaikovski.

Pero la invasión rusa hizo imposible incluir esa obra en su repertorio.

"Tchaikovski es un símbolo de Rusia por lo que nuestro ballet no baila el Cascanueces ni sus otros ballets", sostuvo Serguéi Skouz, administrador de la compañía.

Tal decisión es compartida por los bailarines extranjeros que abandonaron el famoso Ballet de Bolshói ruso, cuyas giras por Occidente fueron canceladas tras la invasión.

El Bolshói, a su vez, canceló representaciones de directores que critican la guerra.

Las bailarinas ucranianas querían promocionar en su lugar a Giselle, del compositor francés Adolphe Adam.

Se trata de un "clásico mundial respetado" que ha sido presentado "en nuestro escenario durante varias décadas", explicó Kryvokon.

Los bailarines también desean mostrar que, a pesar de las muchas dificultades en el último año, aún pueden ofrecer un espectáculo de gran calidad.

"Cada viaje al exterior tiene una gran importancia actualmente para nosotros", explicó Kryvokon.

"Allí tenemos que estar a nuestro mejor nivel, y mostraremos nuestro nivel con gusto", sostuvo.

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