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Música

Raymond Pozo, Miguel Céspedes y Sergio Vargas celebran aniversarios a casa llena en United Palace de NY

llegaron como sorpresas Eduardo Santos, el hijo de Jochy, que no por ser tal ha desarrollado e impuesto su propio estilo y perfil como nuevo talento del "stand up comedy"; las ocurrencias de Bolívar Valera (El Boli) y El Nagüero, de El Mañanero; Juan Carlos Pichardo, con sus formidables parodias a Wason Brazobán, y Eddy Herreraal mismísimo presidente Luis Abinader; Anderson Humor

Miguel y Raymond celebrando 30 años

Redacción de EntretenimientoNew York

Sergio Vargas con sus 35 y Raymond y Miguel con sus 30 lograron una celebración de aniversario doble, en grande, exitoso y a casa llena en el teatro United Palace de Nueva York la noche de este sábado.

El espectáculo "35-30" devino en una producción que fue mucho más allá en música y humor de lo que el público que reventó la amplia sala esperaba.

Se sabía que las figuras protagónicas serían los "cumpleañeros", Sergio y Los Reyes del Humor; que Jochy Santos, Cuquín Victoria y Felipe Polanco (Boruga), serían reconocidos como los Padres del Humor de este tiempo, y que también estaría Raquel Arias como representante de la música típica femenina,que fue quien dio apertura al show luego que la presentara el Dj Pantera.

Pero llegaron como sorpresas Eduardo Santos, el hijo de Jochy, que no por ser tal ha desarrollado e impuesto su propio estilo y perfil como nuevo talento del "stand up comedy"; las ocurrencias de Bolívar Valera (El Boli) y El Nagüero, de El Mañanero; Juan Carlos Pichardo, con sus formidables parodias a Wason Brazobán, y Eddy Herreraal mismísimo presidente Luis Abinader; Anderson Humor, quien finalmente logró llegar a Nueva York, vía Vidal Cedeño, productor ejecutivo del espectáculo, con todos los "contratiempos" que se les presentaron al comediante para llegar a La Gran Manzana.

Y, cuál si fuera poco lo de sorpresas, Diomary La Mala apareció en escena haciendo de versión original ante una imitación que hizo de ella Miguel Céspedes interpretando una canción.

El auditorio completo se levantó de sus asientos con una salva de aplausos y ovaciones para reverenciar y dar la bienvenida a Los Padres del Humor de este tiempo, Cuquín Victoria, Felipe Polanco (Boruga) y Jochy Santos. Los tres "señores", que recibieron el reconocimiento de los representantes de la generación de humoristas de este tiempo, encabezados por Raymond Pozo, desarrollaron una rutina de cuentos sobre relaciones de parejas, con sus pleitos y contradicciones, que provocaron recurrentes carcajadas en el público.

El primer "plato fuerte" de la noche lo sirvieron Raymond y Miguel, en la producción que preparó Kaki Martí. El "drama del parto" que alumbró el exitoso dueto humorístico proyectado en pantalla gigante fue lo que anunció su entrada a escena.

Raymond se encargó de saludar a la audiencia y manifestar lo bien y honrado que se sentía junto a Miguel al estar celebrando su aniversario en compañía de figuras tan reconocidas y queridas como las que los acompañaban.

Los Reyes del Humor se derrocharon en todo lo que han sido y lo que son en términos de repentismo, personajes y cuentos. Recrearon con todo su gracejo los casos de parejas que han impactado al mundo por épocas, como es el caso de Batman y Robin, y más recientemente Jennifer López y Ben Afleck, sin que dejara de tocarle algo a Marc Anthony, porque, según Raymond, la López deja a los hombres "como un espagueti".

No podía faltar el hombre del momento en RD, Mantequilla, pero vuelto "Mayonesa" en versión de Raymond, con su empresa Inversiones Mala Maña 3.16. Mortal.

El dueto humorístico llamó al escenario a Milly, que es su gran "transformista" de personajes, y, en asunto de segundos la mujer convirtió a Miguel Céspedes en Diomary La Mala. Fue en este momento que la auténtica Mala subió a escena a acompañar al comediante en una canción y este terminó diciendo que la verdadera Mala era él, y que la Diomary que lo acompañó era la buena.

Raymond "mató" con su personaje de "Boca Llena" y lo mismo hizo Miguel con el "campesino sureño" que fue al consulado de Estados Unidos en Santo Domingo en busca de visa, y la forma en que finalmente llegó a Estados Unidos y se "emburujó" con el oficial de Migración.

La producción incluyó un resumen audiovisual de todos los espectáculos que ha presentado en el United Palace y en otros escenarios de los Estados Unidos el empresario Vidal Cedeño, en los 28 años que lleva establecido con su empresa en la urbe neoyorkina.

Entre los asistentes se encontraban, en primera fila, el mayor general (r) Carlos Altuna Tezanos, exjefe de la Fuerza Aérea Dominicana, y el empresario y cantautor Alexis Casado.

Lo de Sergio Vargas...

Luego de Raymond y Miguel, Sergio también trajo su "plato fuerte" y la noche fue toda para él. Derramó un rosario de éxitos de su extenso repertorio que mantuvieron al público en alto durante todo el desarrollo de su actuación, que contó con la producción de René Brea.

Sergio se observó emocionado durante toda su actuación. Se percibía que, ciertamente, se estaba gozando su celebración aniversaria y en varias oportunidades pidió aplausos al empresario Vidal Cedeño porque "se la juega", a propósito del exitoso montaje del que era protagonista como merenguero.

Consigo, como siempre, su arraigada Villa Altagracia, que, al parecer, la refleja musicalmente en el tema "Jambalaya". También cantó "La tierra tembló", "Las vampiras de mi tierra", "Noche de luna llena", "La ventanita", "Te va a doler", "Me la voy a llevar", "Dile"...

Su producción incluyó audiovisual con paseo por su pueblo, visita al batey Las 80 Casitas, donde se crio. Mostró la casita donde vivía y donde murió su madre, Ana Parra, que es el mismo nombre que ahora lleva la calle donde está la casita.

Contó Sergio, luego de cantar "Madre mía", que él compró la casita, la remodeló y le hizo una segunda planta con el tema "La quiero a morir", el que de inmediato empezó a interpretar.

Finalizó su actuación, dando las gracias a todos los asistentes por haberlo acompañado en su celebración, con "Qué bonito es sentirse enamorado". Todo el auditorio se levantó de sus asientos, lo ovacionaba y lo acompañaba a coro.

El espectáculo se extendió por alrededor de tres horas y media y el público disfrutó de comienzo a fin todo su contenido. Fue una noche memorable, indudablemente.