Rosalía pausa concierto tras desmayo de un fan

El momento se ha viralizado en redes sociales

Rosalía

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EFE/Redacción EntretenimientoSanto Domingo, RD

La segunda ola de calor del año de este año en España azota por completo y Rosalía vivió un momento de preocupación en su actuación en Sevilla cuando fan que se encontraba entre el público se ha desmayado en pleno show.

Los 40 grados a la sombra se sofocaron con abanicos y “agüita”, como propuso la cantante, que protagonizó un concierto de menos a más.

En un momento la cantante preguntó con preocupación qué pasaba ante el revuelo del estadio y no ha dudado en para su performance del “Motomami Tour” durante un rato.

Incluso bajó las escaleras hacia la multitud para comprobar que el chico que se había desmayado se encontraba bien. Al subir ha intentado tranquilizar al estadio de la Cartuja: "Hay alguien que se ha mareado vale, un segundo" ha dicho la cantante, mientras que el estadio entero aplaudía su gesto.

"Ok, están cuidándole. Están cuidándole, ¿Vale? Lo primero es que estemos bien. O sea, avisadme siempre, ¿Vale? Avisadme siempre, yo estoy pendiente. Os amo, quiero que estéis bien", dijo la catalana.

El momento se ha viralizado en redes sociales y los internautas aplauden el gesto de la artista.

Con un vestido blanco y botas rojas de piel hasta las rodillas tras el azul y negro del comienzo de gira, Rosalía dejó claro que respeta “cualquier estilo”, y cantó por bulerías, trap, hizo “tweerking” y deleitó al personal con una variedad inusual. Hasta cantó versiones de temas clásicos como Papi Chulo de Lorna.

“Voy a cerrar el círculo”, anunció una exhausta y acalorada Rosalía antes de entonar un tema flamenco que encantó y que quizás para ella supuso su respuesta a cuando hace casi cuatro años actuó en la Bienal de Flamenco y uno de los principales críticos locales la calificó como «cantante de flamenco» pero no cantautora.

Antes de recorrer otras siete ciudades españolas más, además de varios países a uno y otro lado del Atlántico hasta su final el próximo mes de diciembre en París, la artista ha tirado en Sevilla de oficio y se ha sobrepuesto al pegajoso calor andaluz.

Tuvo que utilizar una toalla para quitarse el sudor; pidió que se bebiera “agüita”; y el público no paró de pedir refuerzos de líquidos en la barra además de usar con fruición los abanicos regalados por los patrocinadores.

La conclusión es que Rosalía engancha, tiene un público fiel, aunque haya problemas de sonido, baila lo que le echen, controla el escenario como si fuera el patio de su casa y exhibe una naturalidad mezclada con sofisticación que atrae a “jovenzuelos y puretas”.