El genocidio haitiano contado por dominicanos en la película "Perejil"
“Desde hace un tiempo estoy interesado en el pasado de mi país, esta vez me quise enfocar en un tema poco hablado de la dictadura de Trujillo", afirma José María Cabral
Al igual que en su título presentado en Sundance, "Carpinteros", y en su más reciente "Hotel Copelia", José Maria Cabral dirige su lente hacia los marginados de su país. "Perejil" se basa en la masacre de 1937, cuando el dictador dominicano Rafael Trujillo ordenó la ejecución de comunidades haitianas en la frontera del país con Haití.
En algunos casos, los soldados verificaban las raíces haitianas de la persona por cómo pronunciaba la palabra perejil, donde su acento criollo franco-haitiano la delataba, según historiadores.
Trujillo dijo que quería "blanquear" su país, que comparte la isla caribeña de La Española con Haití y del que se independizó en 1844.
La infame masacre es vista a través de los ojos de Marie (Cyndie Lundy) una joven haitiana, embarazada de nueve meses, cuyo protector esposo Frank (Ramón Emilio Candelario) es dominicano.
A pesar de las crecientes tensiones raciales, ella vive una vida pacífica con él hasta que una noche los soldados asaltan el pueblo para cumplir la orden de Trujillo.
“Desde hace un tiempo estoy interesado en el pasado de mi país, por eso nace mi película previa Hotel Copelia, y esta vez me quise enfocar en un tema poco hablado de la dictadura de Trujillo. Específicamente en la primera década de su régimen, en 1937", comentó en conversación con este redactor.
Luego agregó: "Es un hecho histórico que se discute poco, en mi experiencia escolar nunca tuve una discusión seria sobre esto. Conocer este hecho leyendo libros de historias, leyendo testimonios y viajar a la frontera a entrevistarme con personas que tienen testimonios directos fue un punto de partida que me involucró a meterme de lleno, me pareció urgente y necesario”.
“Conocía el suceso como todos los ciudadanos de ambas naciones, pero cuando me sumergí en todo el proceso de este proyecto conocí su historia”, replica Ramón E. Candelario, actor dominicano que colaboró con Cabral en el drama carcelario "Carpinteros".
“Hay una expresión popular que dice ´Trujillo ven a ver`, que se utiliza como para llamarlo y que venga a arreglar las cosas, es en modo chiste, pero dentro de la broma se esconde ignorancia sobre lo que significa, sobre todo cuando viene de personas y generaciones que no vivieron bajo la dictadura. Aun así, la mayoría de nuestra generación está clara que volver atrás no es una opción”, manifestó Candelario.
Producida por Rafael Elías Muñoz, alrededor del 80% de la película se rodó en los estudios Pinewood de la República Dominicana, operados por la productora principal de la película, Lantica Media.
El actor y productor haitiano-estadounidense Jimmy Jean-Louis (Rattlesnakes, Héroes), una fuerza impulsora en la escena de la producción latinoamericana y africana, se incorporó a la película el año pasado para ejercer como uno de los productores ejecutivos, junto con Albert Martínez, director de operaciones de Lantica Media y el mismo Cabral.
El hilo conductor de la trama, Marie, es caracterizado por la actriz haitiana Cyndie Lundy. “Hay varios aspectos del personaje con los cuales estoy familiarizada. Marie y yo tenemos algunas experiencias de vida similares en cuanto a ser un inmigrante haitiano viviendo en la República Dominicana. Pero en cuanto al trasfondo espiritual, somos totalmente diferentes. Tuvimos charlas con un sacerdote e incluso fuimos a una ceremonia vudú para experimentarla”.
La protagonista abunda: “Tambien conversamos con médicos y mujeres embarazadas, especialmente las que estaban en la última fase de su embarazo. Y por supuesto, yo había creado un pasado para Marie, sus metas en la vida y lo que quiere para su futuro”.
Al responder sobre si ella como nacional haitiana conocía del hecho, afirma que sí, pero "mi conocimiento era básico, no tanto como sé ahora. Ser parte de Perejil realmente me ha dado la oportunidad de indagar más sobre esta parte de la historia, entender su complejidad. Pude ver más cerca lo difícil que fue durante esos tiempos porque las minorías a menudo no están bien representadas y las víctimas reciben muchas de las culpas”.
Cyndie continúa: “No podemos culpar a toda una nación por las faltas de un grupo de personas en una época, pero eso no impide que miremos hacia atrás para aprender de estos errores y para no volver a cometerlos. Creo que el villano es nuestra ignorancia, nuestra falta de comprensión, nuestra falta de tolerancia y de amor. Y si no nos aceptamos tales como somos, estos problemas permanecerán y eso vale para el mundo entero”.
En las pocas semanas que se ha anunciado el filme, el estreno y luego premio de la audiencia en el reciente Festival de Cine en Miami, Cabral y su equipo ha recibido amenazas de nacionalistas dominicanos acerca de la veracidad de su historia.
“No tengo miedo, desde que me embarqué en la idea de hacer esta película sabía que este proyecto podía sacudir la mata. Estamos listos para enfrentar lo que venga. Una cámara es un arma que dispara historias y con esas historias intentamos generar emociones, debates, discusiones, etc.”, contesta el director.
Algunos en República Dominicana afirman que el incidente nunca sucedió. Mientras tanto, historiadores como Eduardo Paulino de Border Light estima que entre 9.000 y 30.000 civiles, la mayoría de ellos haitianos, pero también dominicanos negros, fueron asesinados durante cinco días a principios de octubre de 1937.
Los cuerpos fueron arrojados al ominosamente llamado Río Masacre, que separa Dajabón y Ouanaminthe y que tomó su nombre de una masacre anterior durante la época colonial.
Después de los asesinatos de 1937, Trujillo prohibió a los periódicos escribir sobre lo sucedido y los historiadores no comenzaron a buscar respuestas hasta después de la muerte del dictador, treinta y un años después que comenzara su gobierno de puño de hierro. Muchos dominicanos aún afirman que todo es una historia falsa para desacreditar el país.
Parte de los retos de retratar estos personajes fue el del actor dominicano Ramón E. Candelario, ya que el personaje de Frank y su representación es la dualidad cinematográfica de la historia.
“Mi primer reto fue en el llamado a casting, ya que tuve que medirme con amigos y colegas que respeto mucho. El hecho de haber trabajado con José Maria en Carpinteros no garantizaba mi participación en esta historia; él cómo director y Cyndie como actriz tenían que ver a Frank Gómez (el personaje) en el receptáculo que lo iba a contener.
Luego de obtenido el papel, el trabajo de investigación fue minucioso, comenzando con la historia del hecho y luego explorando las culturas involucradas hasta llegar a la humanidad de los personajes. Ya con eso comenzamos a fluir”.
Cabral está de acuerdo en que su película llega en un momento relevante. No sólo porque en los últimos años la República Dominicana ha promulgado leyes dirigidas a los haitianos en el país que son ampliamente criticadas como racistas -incluyendo una reforma constitucional que despojó a millones de haitianos-dominicanos de la ciudadanía- o porque ahora está construyendo un muro a lo largo de su frontera con Haití, también porque la xenofobia está estallando en todo el mundo, desde la frontera sur de Estados Unidos hasta Sudamérica y desde Europa del Este hasta el Sudeste Asiático.
“Hay que sanar, hay un proverbio chino que dice: el mejor momento para sembrar un árbol era hace 20 años. El segundo momento es ahora”, concluye el director.