Cultura
Un pueblo en carnaval
La ministra de Cultura, Milagros Germán, valora la importancia de la fiesta popular más importante de República Dominicana

El carnaval dominicano combina elementos esenciales de nuestro acervo cultural y es, sin lugar a dudas, la celebración popular de mayor tradición y riqueza folclórica de nuestro pueblo. Este evento no se limita a fechas específicas, sino que se mantiene vivo todo el año y es parte fundamental de la economía de determinados sectores.
Trazar una línea histórica de esta fiesta popular significa remitirse a los orígenes de nuestra propia identidad. Durante la época colonial, los pobladores de la villa de Santo Domingo tenían por costumbre disfrazarse en días previos a la Cuaresma y festejar con bailes, mascaradas y comparsas. Estas celebraciones representaban la versión local de las carnestolendas europeas, con las cuales la Iglesia católica ponía en práctica viejas acciones paganas autorizadas por una bula papal. En este sentido, la gran fiesta popular siempre fue concebida como un espacio de exceso y exageración.
Para los dominicanos, el carnaval es un proceso creativo más allá de un simple divertimento lúdico. Es, realmente, una gran fiesta, con el potencial de convertirse en una expresión subversiva y un espacio de reafirmación y resistencia desde donde reforzar nuestra idea de lo que significa la dominicanidad. Aunque hablemos de carnaval en singular, es válido recalcar que cuando nos referimos a “carnaval” hay que tomar en cuenta las diferentes manifestaciones carnavalescas de nuestras distintas regiones del país.
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