Confesiones de Francisco Céspedes, "un viejito alternativo” que ama la libertad y cantar
El cantautor cubano se presentará la noche de este viernes en el Teatro Nacional, en u nconcierto en el que incluye un homenaje a Johnny Ventura
Pancho, como le llaman sus amigos a Francisco Céspedes, llegó casi al mediodía del jueves a la sala de redacción de LISTÍN DIARIO y con una disposición que no es común en los artistas de renombre conversó con los periodistas de manera abierta y fluida.
El artista cubano se encuentra de nuevo en Santo Domingo para cantar este viernes en su concierto “Ya no es lo mismo”, en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, bajo la producción del empresario local Billy Hasbún.
La conversación giró alrededor de diferentes tópicos, y uno de ellos fue la educación, especialmente por el mal uso que se le ha dado al lenguaje tanto en la música como en la vida cotidiana.
“Ahora te das cuenta que la educación es muy fallida, en todo el mundo. Antes la educación estaba enfocada para formar a los niños para que al final decidan a los gobierno, pero si uno habla de eso dicen que estoy conspirando, pero ha sido fallida… El mundo es cada vez más ignorante, si no tienes el conocimiento no tienes una base, no hay cuestionamiento, los seres humanos, desgraciadamente, van respondiendo a lo que nos van induciendo, sea de derecha o izquierda”.
También lamentó los cambios que ha experimentado el lenguaje, aunque no lo utiliza, si se ha empeñado en entenderlo.
De igual manera lo ha hecho con los nuevos ritmos que llegan del género urbano.
Céspedes dijo que al principio fue muy crítico con el reguetón, pero luego entendió que solo debía respetar lo que millones de personas consumían en estos tiempos, sin definir si era buena o mala música.
En ese tenor se refirió a la polémica que han sostenido el puertorriqueño René Pérez (Residente) y el colombiano J. Balvin: “No se enojen caballeros, no se sientan ofendidos, pero tampoco me ofendan a mí porque yo soy muy pacífico, eso es un asunto entre ellos, pero que entiendan que cada cual tiene su razón y punto”.
+ Johnny Ventura
Para su show de este viernes en el Teatro Nacional, no faltarán canciones como "Vida loca", "Remolino", "Señora", "Dónde está la vida", "Pensar en ti", "Todo es un misterio", "Se me antoja", "Qué hago contigo", "Te soñé lluvia de abril" y muchas más.
También incluirá un homenaje a Johnny Ventura, a quien admira, y para ese momento invitó a la familia del fenecido merenguero.
Pancho ha pensado cantar merengue, pero ha preferido que este homenaje sea una sorpresa.
+ Francisco y sus otros nombres
En sus últimas entrevistas el artista ha negado ser Francisco, cantautor, cubano, mexicano, heterosexual. ¿Quién es Francisco Céspedes, entonces?, se le preguntó.
Su respuesta: “No tengo apegos para los nombres. Francisco es un nombre que adquirí a través de mis padres. Francisco era el nombre de mi abuelo materno, que murió de tristeza”.
Luego abunda: “Me pusieron el nombre con un estigma. A mi tío le hicieron una calumnia y mi abuelo se sentó en el portal, no comió, ni habló con más nadie para que la gente viera que todo lo que decían de mi tío era mentira, y murió de tristeza”.
Con su otro nombre, Fabián, Céspedes también tiene otra historia, pues su bisabuelo era un chino que llegó a América en un barco de esclavos en el siglo XIX y llegó a trabajar a la casa de Carlos Manuel de Céspedes, el padre de la patria de Cuba.
“Mi verdadero apellido es Chong, no soy cantautor porque dice Serrat que cantautor es cuando solo canta tus canciones y yo canto a otros autores, amo a mi patria, pero no soy de ningún lado”, explica.
De la vida loca de Francisco Céspedes queda un hombre amante del amor, a la literatura, a los cuentos, a la ortografía. Queda un hombre que intenta preservar una imagen artística, ahora con una barba pintada de azul, pero sobre todo, queda un gran artista, compositor de hermosas canciones que deleitarán la noche de este viernes a sus seguidores.
“Soy un viejito alternativo”, dice en su visita a Listín Diario al exponer el porqué de su llamativa barba que él mismo se tinta, de su color favorito, azul, “así como el cielo y el mar”.
A sus 65 años exhibe un espíritu muy jovial, con una admirable conciencia de lo que cree, pero sobre todo, de lo indispensable que es el amor para la humanidad.
“Nunca se ha vivido una vida más loca que la de ahora”, refiere al comparar los tiempos que vivimos de la pandemia del Covid-19, con los de la fiebre española o la peste bubónica.
“La vida loca mía, cuando era joven-bueno- estaba loquísimo. Esta barba azul todavía tiene que ver con esto que estoy medio loco. Yo encuentro muchas locuras en la literatura, soy un empedernido leyendo, yo escribo cuentos, tengo que leer mucho porque soy un estudioso de la ortografía”, comenta al revelar que su lectura favorita han sido los grandes autores.
Los primeros meses de pandemia, residiendo en México, para el intérprete de “Donde va la vida” fueron tan difíciles como cualquier otro. Pancho ama la libertad y ama cantar, lujos que no se podía dar debido al confinamiento. Así que llegó la depresión la que combatió de inmediato con un mecanismo de enojo.
“Cuando me deprimo saco el otro personaje que se enoja contra la depresión. Durante la pandemia escribí unas cuantas canciones y las borré porque no le iba hacer un homenaje al virus. También le escribí una canción a mi madre, que voy a estrenar en este concierto”, revela al momento que dijo ser muy afortunado de haber tenido los padres que tuvo.
Para el compositor el amor más que la mayor fuerza que le mueve a escribir es la única fuerza que tienen y necesitan los seres humanos.
Francisco no solo habla de enamoramiento, aunque se confiesa ser un afortunado en esta clase de amor, sin ánimo de alabarse, asegura que tampoco las mujeres que ha amado han sido desafortunadas.
“No soy mala persona, no es una vanidad, pero cuando tengo una relación con una mujer es para pasarla bien”, dice Céspedes quien considera el respeto como su mayor visualización del amor.