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El poder de seducción de La Roca

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EFE, Por Mateo CastilloSanto Domingo

Dwayne La Roca Johnson ha vuelto a la pantalla con “Silver Cruise”, una aventura Disney que recaudó que solo en el primer fin de semana de su estreno en Estados Unidos recaudó 90 millones de dólares, entre la taquilla y las ventas de su visionado en la plataforma de la casa de Mickey Mouse.

Lo que vuelven a situar a “The Rock” como el actor que más ha ganado, por segundo año consecutivo, según la lista Forbes, que apunta a que Johnson ha conseguido 87,5 millones de dólares en 2020 añadiendo, a su caché como actor, lo beneficios obtenidos desde la plataforma Netflix y por la firma de ropa que lidera: Under Armour, Project Rock.

Johnson se mantiene en la cresta de la popularidad de Hollywood y dice tener un secreto: “Estoy aquí con mucho trabajo duro y mucha fe”, dijo el actor a Efe en 2018.

El camino de Johnson comenzó en Hayward, California, donde nació el dos de mayo de 1972, fruto del matrimonio entre Ata Fitisemanu Maivia, su madre, de origen samoano, y Rocky Johnson, afrocanadiense y luchador profesional. Durante su infancia, la familia se mudó de domicilio en diversas ocasiones.

DE HAWÁI A TENNESSEE

Un día, cuando tenía 14 años, llegó a su casa y, clavada en la puerta, se encontró una notificación de desalojo.

En aquel momento vivía en Hawái con su madre, mientras su padre viajaba para pelear en diferentes rings del circuito.

“Vivíamos en un estudio que costaba 120 dólares a la semana”, dijo a The Hollywood Reporter en 2014. “Ella empezó a llorar y a desmoronarse.

¿Dónde íbamos a vivir? ¿Qué íbamos a hacer?”, añadía.

Por aquel entonces, Dwayne ya se había metido en alguna que otro lío, como peleas y robos en algunas tiendas del barrio de Waikiki.

Tras dejar atrás la isla del pacífico, se establecieron en Nashville, capital del estado de Tennessee, y comenzó a entrenar.

“Los hombres exitosos que había conocido eran hombres que construyeron sus cuerpos”, relató al medio.

En el instituto empezó a jugar al fútbol americano y, con 18 años, recibió una beca para continuar con su carrera deportiva en la Universidad de Miami.

“La Universidad de Miami era el programa top en el país. Eran los campeones nacionales. Solo quería ir a donde pudiera competir”, dijo a GQ en 2017.

Sin embargo, después de lesionarse, su sueño deportivo comenzó a peligrar y el actor se sumió en una depresión.

“No sabía lo que era”, dijo a The Hollywood Reporter, “no sabía por qué no quería hacer nada. No había experimentado nada como eso”.

Se recuperó, pero sucesivas lesiones minaron sus perspectivas de convertirse en una estrella de la liga nacional de fútbol.

En 1995 fichó por un equipo de la liga canadiense, pero fue despedido poco después coincidiendo con una ruptura sentimental.

“Ese fue mi peor momento”, dijo a Express.

DE LA LUCHA A HOLLYWOOD

Ya lejos del balón ovalado, Johnson se encaminó hacia la lucha, siguiendo los pasos de su padre y de su abuelo materno, metiéndose en la piel de un personaje al que llamó Rocky Maivia, que aunaba el nombre de su padre con el apellido de su abuelo.

“Escuchar a 10.000 personas cantar ‘Rocky apesta’ nunca te va a hacer sentir bien contigo mismo”, dijo a Esquire sobre su primer personaje sobre el ring.

“Luego comencé a darme cuenta de que no era yo quién no les gustaba, sino el personaje, que no se parecía en nada a mí.

El público quiere que seas real. Mientras estaba lesionado, tuve una conversación con Vince [McMahon, promotor de lucha libre], que me dijo que me odiaban de todos modos, así que íbamos a traerte de vuelta como un chico malo”, añadió el actor.

“En ese momento nació The Rock, volví como el luchador arrogante y egoísta, y un mes después era el tipo más popular de la franquicia”, comentaba.

Como luchador alcanzó el éxito. “Me encantó el espectáculo y la teatralidad. Fue muy entretenido y exagerado.

Y estos chicos siempre me cautivaban”, dijo a The Hollywood Reporter sobre su segunda piel en el mundo de las 12 cuerdas.

De interpretar un personaje sobre las lonas de la WWE, la empresa de promoción de la lucha libre más grande del mundo, pasó a la interpretación detrás de las cámaras en el año 2000, tras participar en el programa de humor de la NBC: Saturday Night Live.

Después, en 2001, hizo su debut en el cine con “The Mummy Returns”, la primera de un buen número de cintas que ha protagonizado o coprotagonizado.

En 2004, dejó la lucha libre y se centró al 100 % en su carrera como actor, aunque en 2011 regresó con algunas apariciones hasta 2019.

Entre sus títulos está “The Game Plan”, de 2007; “Journey 2: The Mysterious Island”, de 2012; “G.I. Joe: Retaliation”, de 2013; “Pain & Gain”, del mismo año, y de la quinta a la octava entrega de la saga “Fast and Furious”. Además, puso voz al semidiós Maui de la película de Disney: “Moana”.

En el terreno personal, Johnson está casado con la cantante, compositora y productora musical Lauren Hashian desde agosto de 2019.

La pareja se conoció en 2006 durante el rodaje de “The Game Plan” y comenzaron una relación en 2007, de la que nacieron sus dos hijas, Jasmine y Tiana Gia, en 2015 y 2018, respectivamente.

Johnson tiene otra hija más, Simone Alexandra, fruto de un matrimonio anterior con la empresaria y culturista Dany García.

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