Los "atrevidos" en el vestir se multiplican entre los cantantes dominicanos
La tendencia es marcada entre los exponentes urbanos, aunque la historia comienza en los años 60
Ya en los años 60 Elvis Presley había marcado la diferencia en el rock and roll, con un estilo único en su forma de vestir. En los 80 Madonna y Michael Jackson también recurrieron a distinguirse por lo que usaban en el escenario.
En República Dominicana, Johnny Ventura surgió, también en los años 60, con un nuevo estilo de merengue, un nuevo concepto de orquesta y una vestimenta muy parecida al que usaba Presley.
"El Caballo Mayor" (fallecido el pasado 28 de julio) representaba a la juventud y como es natural la juventud marca tendencia. Los artistas entendieron que subir a un escenario ya no solo era tener una buena voz y mejor orquestación, el show debía llevar más que luces y una buena interpretación. La imagen era parte esencial de la propuesta artística.
+ Opiniones
Rossy Díaz, musicóloga y conocedora del comportamiento artístico en el país, recuerda que fue a principio de los 90 con la llegada de Ilegales con el merenhouse y Proyecto Uno que llega con la influencia del hip hop de Estados Unidos, que los merengueros comenzaron a dejar el smoking a un lado y a vestir más acorde con su música.
“En el merengue la explosión de Toño Rosario fue vital. Cuando Toño comenzó a venderse como el artista, entendió que su trabajo era más que cantar merengue, su figura, su estilo también se convirtió en un show”, explicó.
Recordó que Elvys Presley hizo saber al mundo cómo debía vestir una persona en el escenario, “y todo eso tiene una razón escenográfica, con las luces que brillan, las escarchas, las lentejuelas, ese tipo de textura de telas, porque eres el artista y recuerdo que Toño llegó a decir: qué sentido tiene que me vista como una persona común en el escenario”.
Agregó: “Hasta los exponentes de música cristiana ya han creado un estilo con su vestuario que lo caracteriza”.
+ Un complemento
Para la socióloga Isabel Ángeles las vestimentas de los artistas, que, en esta época, llaman más la atención y provocan más reacción que su trabajo musical, no es más que un complemento para muchos exponentes que necesitan de esa parafernalia y con ella distraer al espectador.
“Si observamos cuando vamos a un concierto de música clásica todos los músicos visten de negro para no distraer al público de lo que se está presentando en el escenario, que un concierto de buena música. Recordamos los grandes intérpretes, baladistas, boleristas, hombres y mujeres vestidos de gala para subir al escenario. Su vestuario no competía con su arte, pues la intención era que el público disfrutara de una exquisita interpretación musical. En estos tiempos muy pocos como Luis Miguel o Alejandro Fernández se concentran más en sus interpretaciones que en lo que llevan en el escenario”, entiende Ángeles.
La socióloga reconoce que los nuevos géneros musicales y los nuevos intérpretes de otros géneros conocidos llegan al mercado con su estilo de vestir propio. Generalmente diseñados metodológicamente para influenciar en la juventud, que es la que impone tendencia.
“En estos tiempos el artista ya no tiene que subir al escenario y hacer gala de esa gran voz, y los empresarios lo saben. Conocemos muchos exponentes de la música moderna que son fruto del marketing, porque la indumentaria que usa en el escenario, es tan vital como el talento que puedas exhibir”, entiende.
Sobre este particular, Rossy Díaz dice no ser tan radical, porque también están los casos como Lady Gaga quien es una excelente pianista, compositora e intérprete, y en su momento, recurrió a llamar la atención con su vestuario, estilos memorables como el traje carne, el traje huevo o esta especie de traje 'reina de las nieves' con los que dejaba la boca abierta en el escenario.
Su estilo ha sido fuente de inspiración para otras artistas, vender moda “aspiracional” y utilizarla en portadas de revistas. Gaga se caracteriza por llevar ropa interior en el exterior, vestidos arquitectónicos y mucho leather.
+ Estilo urbano
La música urbana trae a sus intérpretes con vestimentas estrambóticas, exageradas, en ocasiones estrafalaria y muy propia del estilo de cada intérprete.
“Estamos viviendo la época en que primero se crea el concepto visual de un cantante y luego se concentran en lo artístico, en lo que puede cantar o recitar en el escenario.”, asegura Isabel Ángeles.
Los ritmos urbanos son la expresión de un estilo juvenil de la época que representa en ellos la libertad de expresarse, ante una sociedad, que económicamente y socialmente lo ha oprimido.
“El llevar muchas prendas de oro, con diamantes, lucir ropa de marca y vehículos de lujo, exhibir una vida de abundancia es una demostración de poder, en una sociedad que los ha etiquetado”, asegura.
Agrega: “Cada uno de estos intérpretes de la música urbana tiene un estilo al vestir, ya sea reflejado en la ropa, el pelo teñido, largo o recogido en un moño, los tatuajes, que no son más que código comunicacional de estos tiempos”.