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Concierto

Fito Páez en Santo Domingo: "Un hombre con un piano y un cuello"

El pasado jueves, Eugenia Kolodziej, actriz con la que comparte su vida el cantautor Fito Páez, y a la que de cariño llama "La polaca", publicó una historia en su cuenta de Instagram en la que se veía al intérprete de "Tu vida mi vida" con un collarín.

Este viernes, el rockero argentino tenía una cita con su público dominicano y ese problema de salud no se lo impidió. El concierto "Un hombre con un piano Tour 2021", que lo trajo de vuelta a Santo Domingo, luego de dos años, en aquel mayo de 2019, en que todavía la vida del mundo era normal. "Tenía mucho miedo de lo que iba a pasar con este cuello, pero me lo hicieron muy fácil; desde Rosario con amor", dijo al final del recital, que tuvo lugar en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, y en Páez hizo un viaje que repasó, por espacio de aproximadamente hora y media, sus grandes éxitos.

Esta fue otra de tantas veces que el cantante, compositor, instrumentista, productor y cineasta nacido hace 58 años, se reunía con sus seguidores de República Dominicana, con banda completa o solo al piano, pero el primero con un tema de salud de por medio. Un detalle que le aportó a la puesta en escena y que retó su profesionalidad.

Pero, salvo algún problemita con la voz, su buen humor (dijo que su collarín no era de Dolce & Gabbana), y con el cuello envuelto en una colorida bufanda, defendió sus canciones con la gallardía de un artista de su nivel.

Solo en el escenario con su piano, un detalle que a sus canciones, la mayoría de las cuales ha grabado con banda, le otorgó un matiz enérgico, al ser, probablemente, la forma en que Páez las compuso, así, con esa desnudez que ofrece la sola voz y un único instrumento.

El concierto inició a las 8:00 de la noche, pese a estar pautado para una hora antes, algo que, probablemente tuvo que ver con la relajación de los horarios del toque de queda, pero que propiciaron que el público estuviera a tiempo y que tuviera espacio para conversar con conocidos o tomar algún trago en el Bar Juan Lockward, del mismo teatro.

De esa manera, una de las primeras piezas en sonar fue "11 y 6", luego de que tras el telón, se dejará escuchar el sonido del toque de unas teclas del piano de cola Steinway & Sons, tras de lo cual entonó "La conquista del espacio", tema que da título a su más reciente disco, publicado el año pasado.

Así fue la noche, yendo del pasado al futuro, con temas como "La rueda mágica", del álbum "El amor después del amor", de 1992, o "Nocturno en sol", de la producción "Rodolfo", de 2007.

El detalle de estar sin más compañero que el piano, le dio oportunidad de dirigirse muchas veces a la audiencia, contando anécdotas de algunas de las canciones. Fue el caso cuando iba a interpretar "Un vestido y un amor", una de sus más importantes composiciones, y que dedicó a su expareja, la actriz Cecila Roth. Explicó que la vio en una entrevista en la que desmintió que ella fuera la musa inspiradora de esa canción.

Cuando habló del hecho de que el año pasado con la cuarentena, hizo algunos conciertos en línea y que cuando estaba ahí, solo en una habitación de su casa, el no tener respuesta, como en los recitales presenciales, lo perturbaba. "El silencio de ustedes, no saben el valor inmenso que tiene, de verdad, porque eso construye un vínculo a través de la música, nuestro vínculo, que es más importante que la música".

Luego de 16 canciones, incluida "I Contain Multitudes", que su admirado Bob Dylan publicó el año pasado en el disco "Rough and Rowdy Ways", se despidió, para volver, ante las peticiones de "otra, otra", por parte del público, regresó con la voz más limpia para hacer tres temas más.

"Vengo a ofrecer mi corazón", hecha en el borde del escenario y a capella, con la complicidad del silencio de la sala, "Mariposa Technicolor" y "Dar es dar", cerraron la noche.